Infraestructuras municipales

Benavente: Obras teme perder los 407.000 euros del proyecto de Carbajés y Francos

Los trabajos no han comenzado, el material no llegará hasta febrero y la subvención tiene que estar justificada el próximo 31 de diciembre

Calle Francos, uno de los dos viales afectados por el proyecto de mejora de redes y pavimentación, cuya inversión podría perderse.

Calle Francos, uno de los dos viales afectados por el proyecto de mejora de redes y pavimentación, cuya inversión podría perderse. / J. A. G.

La Concejalía de Obras teme que la subvención de 407.000 concedida por la Diputación Provincial de Zamora al Ayuntamiento de Benavente para la renovación de las redes de abastecimiento y saneamiento de la calle Carbajés, así como la pavimentación de esta vía y también de la calle Francos, se tenga que devolver con intereses.

El temor de la Concejalía no es injustificado. Los fondos de la Diputación de Zamora tienen que estar justificados el próximo 31 de diciembre y aunque las obras se adjudicaron a la empresa Impalag hace casi tres meses, los trabajos no han comenzado, el material para la pavimentación encargado específicamente a una empresa catalana no llegará hasta el mes de febrero, y aún está pendiente de ejecución un sondeo arqueológico.

A pesar de que hace poco menos de dos semanas la arquitecta municipal asumió la dirección de obra de los trabajos, estos hoy por hoy ni han comenzado ni cuentan siquiera con el acopio de material. Incluso, la constructora adjudicataria, que van desde la posibilidad de renunciar al contrato, a reclamar daños y perjuicios al Ayuntamiento, según ha podido saber este periódico.

Este proyecto fue gestado por el anterior equipo de Gobierno de coalición PSOE-IU. Inicialmente la obra quedó desierta y tuvo que volver a sacarse a concurso. Tras el cambio de Gobierno, la constructora Impalag se hizo con el contrato, pero casi cinco meses después no ha podido comenzar las obras.

Uno de los principales escollos, si no el principal, tiene que ver con el tipo de adoquín elegido, exclusivamente fabricado por una empresa catalana, que no comenzará a producirlo hasta dentro de unas semanas. A pesar de que en el mercado hay un material similar, los técnicos habrían rechazado su sustitución. A tres semanas vista de que expire el plazo para aportar las certificaciones de una obra que ni siquiera ha comenzado, la posibilidad de que la ayuda tenga que devolverse con intereses, al margen de otras reclamaciones, parece tener los días contados.

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