Fiestas

La experiencia revolucionaria de Santa Croya de Tera

Varios miles de personas asisten durante cinco horas al concierto del Dj zamorano

Autobuses y taxis llevaron y trajeron a jóvenes desde varios puntos de la provincia y de la comarca

El Dj Ricky Galende en Santa Croya de Tera.

El Dj Ricky Galende en Santa Croya de Tera. / J. A. G.

J. A. G.

La carretera nacional N-525 recuperó esta madrugada la condición que tuvo antaño de única calzada hacia el norte junto con la N-VI y se convirtió en un vía de alta capacidad tan frecuentada como la A-52 en plena operación vacacional.

Un trasiego peregrinante de vehículos mantuvo una fluidez constante desde la media noche hasta despuntar el alba. Es difícil saber la frecuencia circulatoria de coches en ambos sentidos, pero resultó incesante durante toda la madrugada.

La razón de ser de tanto tránsito: Revolution Experience, el espectáculo de luz y sonido del Dj Ricky Galende que Santa Croya de Tera ha ofrecido por segundo año consecutivo dentro de su programación festiva.

El Dj Ricky Galende en un momento de su Revolutión Experience

El Dj Ricky Galende en un momento de su Revolutión Experience / J. A. G.

Varios miles de personas abarrotaron la explanada próxima al campo de fútbol, convertida en una pradera iluminada por las atracciones feriales y los impactantes fogonazos luminotécnicos del espectáculo.

Bajando la pendiente de la carretera que conduce a Santa Croya desde Santa Marta de Tera, el resplandor que envolvía la localidad producía la sensación de ser un pueblo sometido a un proceso de abducción alienígena digna del más entregado rodaje de Spielberg.

En realidad algo de abducción hubo. Galende mantuvo en vilo durante cinco horas a un público entregado y mayormente adolescente ante su altar revolucionario, en el que ofició como sumo sacerdote rodeado de explosiones de luz y color; ingredientes de un fenómeno masivo pese a que suene a tópico.

Paradigma de un nuevo tipo de oferta musical que se extiende por todas las poblaciones por pequeñas que sean, Revolution Experience es como una de las madres de todas las macrodiscos que ya se programan en casi todas las fiestas populares y una alternativa que de momento convive con las verbenas tradicionales.

Una acusada diferencia hay entre ambas sin embargo: mientras que en las verbenas, como canta Santiago Auserón, el pueblo sigue haciendo sudar al músico ambulante su condición de vagabundo, en las macrodiscos, sean estas más modestas o extraplanetarias, es el Dj el que hace sudar la camiseta al pueblo en calidad de pontífice temporal pero plenipotenciario del baile y de la música.

Ni que decir tiene que Galende hizo disfrutar al respetable durante horas, tiempo durante el que, hermanado con el espectáculo, un macrobotellón se desarrolló en paralelo sin que al parecer se produjeran incidentes. Jóvenes y no tan jóvenes habían desembarcado en el pueblo con bolsas, (capazos en algunos casos), bien surtidos de alcohol para refrescar el gaznate durante la larga madrugada.

Al filo de las seis de la mañana, el peregrinaje desde Santa Croya hacia el norte y hacia Benavente invirtió el sentido del tráfico de ida.

Padres desperezados, con ojos legañosos y semblante serio aguardaban a sus hijos adolescentes junto al camino de acceso al espectáculo. Autobuses fletados en Benavente y en otros puntos de la comarca y de la provincia (al módico precio de 13 euros ida y vuelta en algunos casos) esperaban estacionados a la hora de recogida; algunos taxistas hacían la ruta de ida y vuelta. La larga calle principal de Santa Croya de Tera apenas si dio abasto durante toda la madrugada para tanto estacionamiento, para tanto desembarco y tanta recogida de jóvenes y adolescentes.

Un pedazo de la revolución de Ricky Galende en Santa Croya de Tera

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"Ha sido un honor volver al Valle de Tera", proclamó Galende anunciando la despedida de su Revolution Experience junto a su hermano antes de el último bis, una traca de fuegos artificiales y el último bombardeo luminotécnico. Llegando a Santa Marta, con Santa Croya abajo en la vega, el resplandor se limitaba a las atracciones feriales como si la resplandeciente abducción de Revolution Experience ya hubiera mudado a otra parte a la velocidad de la luz, como un rutilante platillo volante.

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