Opinión

Romper

Sin duda, el realismo aún presente se evapora en la figuración

Obra de Baltasar Lobo en la Feria Arco.

Obra de Baltasar Lobo en la Feria Arco. / M. T. E.

Si asistes a la Feria Internacional de Arte Contemporáneo desde hace cuatro temporadas y sobrevives locamente enamorada de esta propuesta, creyendo en la más infinitiva e inigualable capacidad del ser humano y a pies juntillas que ninguna inteligencia artificial llegará a alcanzar: la libertina subjetividad, eres de mi galaxia. Sin duda el realismo aún presente se evapora en la figuración y la abstracción para intentar comunicar la idea de la creación con una intencionalidad que es indirectamente proporcional a la recepción de cada entendimiento. Todo es ecléctico, todo se ofrece con una amplitud desbordante, todo emociona, decepciona y sorprende, todo rompe con la normalidad y te llena de una modernidad que tanto rejuvenece a nuestra a veces obsoleta y cotidiana mentalidad.

Veamos y vayamos por pasos.

Nada más aterrizar nuestro pudor hizo aguas al visualizar la escultura demostrativa del amor entre dos hombres, uno muy expuesto sin nada o mucho (eso depende del cada quien) que añadir y otro dentro de ese cuerpo vestido y enredado en su corazón. El autor de tal engendro embelesado sostenía conversaciones a diestro y siniestro con tantos admiradores sobre aquella creación. La verdad que de los dos rostros que reflejaba la escultura hecha performance, uno de ellos era muy parecido al páter de la criatura. Seguimos pues tanta composición no tiene espera. Mucho color seguía despertando nuestras pupilas y entre las medianeras de los suelos, que también por cierto eran espacios expositivos, alguna escultura humana inerte. Un hombre cabeza cubo, tal cual con las ideas encapsuladas entre las paredes del caldero, unos zapatos amarillos dispuestos aparentemente sin disposición, una mujer con el pelo cubriendo rostro y cuerpo hasta las rodillas con la apertura adecuada para asomar el extremo de una daga que parecía incrustada en un lugar intermedio y comprometido, cuanto menos inquietante. Pero para cuerpos y estructuras y echando de menos a mis queridos mecanos una composición que desquebrajó el tiempo medio que le estábamos dedicando a las obras. En una pared una sombra dibujaba un perfecto efebo con una silueta que dejaba asomar unos singulares resaltes (aunque apenas apreciables) necesarios para componer aquel diseño de inteligencia y propuesta expositiva. En la parte baja de la obra un foco estaba colocado de tal manera que en perfecto enlace, armonía e increíble encaje iba provocando sombras sucesivas enlazadas para trazar la línea perfecta del cuerpo perfecto, sin duda mi obra favorita. Cuántas horas de pensamiento para encargar aquel equilibrio y proporción a base de algo tan sencillo como el juego de claroscuros, sencillo pero harto complejo para llegar a comprender lo que alguna persona creó rompiéndose la sesera para ofrecernos esta composición que tantos admiradores ha tenido.

En nuestros caminos nos encontramos con visiones ya habituales, la obra de Baltasar Lobo a través de la galería madrileña Leandro Navarro con admiradores rulando, cuadros de Miró entre la oferta más cara para la ansiada venta y los premios Alhambra de Arte Emergente

En nuestros caminos nos encontramos con visiones ya habituales, la obra de Baltasar Lobo a través de la galería madrileña Leandro Navarro con admiradores rulando, cuadros de Miró entre la oferta más cara para la ansiada venta y los premios Alhambra de Arte Emergente. Quizás eché en falta como en muchas otras obras de la feria un texto explicativo que nos acercara al sentido de la obra y el porqué de la creación. Así que a falta de códigos QR que también andaban por allí, pero vaya pereza sacar las gafas para leer en una pequeña pantalla y cargando con el bolso y el abrigo (que el ropero estaba completo), recurrimos a la antigua usanza: preguntar a la amable señorita que estaba con una identificación del stand y dispuesta a ayudarnos. Había tres obras entre los finalistas, un panel con piezas dentales amablemente dispuestas, otra plataforma con estructuras de papel creo recordar de una antigua papelera del Llobregat, bueno catalana sí que era y la ganadora, una mesa con un mantel. Aquella obra había sido la premiada. Resulta que el artista local se inspiró en las formas que reflejaban las hojas de cierto gracioso naranjo que se balanceaba frente a la Alhambra y así sus formas fueron tejidas en un tul preciosista hecho por una modista de muy afamado nombre de Granada. Nuestras felicitaciones y unas cervezas de regalo por haber tenido interés. Sin embriagarnos en demasía pues no fuimos capaces de llegar al cuarto del botellín, nos quedaban muchas propuestas. Algunas de necesaria reivindicación y exaltación del arte del Caribe, de creación de árboles virtuales que luego plantarían en Extremadura, de haces de luz entre la inspiración del color transparente y todas sus posibilidades, de cacharros sensuales para cocinar comida argentina y muchas más de cuyo nombre sí quiero acordarme pero sería un rosario excesivo. Entre tanto agotamiento nos rendimos a unos pufs de cuarzo tan magníficamente tallados que ni la mejor tumbona de la playa de los Enanos… ¡Uy que no hay!

Regresando a la tierra y tras unos días de desencanto por la volatilidad y el quebranto inesperado de la calidez humana, sentí la necesidad de evasión volviendo al mundo de la neutralidad de sentimientos en el Catálogo que prometía la adquisición del ticket de estudiante. ¡Cáspitas!. Recordé que al irlo a pedir a nuestra salida del certamen, la señorita encapsulada nos escopeteó que el día y a la hora que adquirimos nuestro pase, el sistema dio un fallo y nos adjudicó algo a lo que no teníamos finalmente derecho. Las máquinas fallan sí y no se le pueden pedir responsabilidades. Pensé que me habrían dejado sin catálogo redentor aquellas conexiones inanimadas e inertes que no eran capaces de sufrir desazones y aquel hundimiento me engrandeció para estar segura de la eterna desgracia de que ellas, máquinas inteligentes y engendros superiores, no podrán llegar a alcanzar la inspiración de esta conmovedora y enriquecedora ruptura que es Arco. O quizás sí, pero esto ya será otra Historia que no querría nunca contar.

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