Comienza la reforma del Palacio Episcopal de Zamora

El edificio, construido en el siglo XII, se somete a un remozado de sus cubiertas

La actuación conlleva un desembolso de 300.000 euros

R. G.

El Obispado de Zamora comienza la puesta a punto de la cubierta del Palacio Episcopal. La actuación conlleva la mejora de las zonas por las que se producían filtraciones que han afectado también a algunas vigas de la estructura del inmueble que, hasta la primavera de 2021 albergó las oficinas diocesanas.

La intervención supondrá un desembolso de unos 300.000 euros, conllevará la instalación de andamios fijos en las dos fachadas del inmueble y la mejora exterior en algunos lugares de la cubierta y en otros "solo habrá que actuar desde el interior" precisaba a La Opinión-El Correo de Zamora el delegado de Patrimonio, Miguel Ángel Hernández Fuentes en una ocasión anterior.

Las cubiertas del Palacio Episcopal están bastante bien en su conjunto", pero "tienen puntos negros donde se ha filtrado el agua porque no tenía suficientes limas para desaguar y además se producían atascos por los excrementos de las aves" señalaba entonces Hernández Fuentes.

Finalidad de la mejora

Desde el Obispado de Zamora actúan sobre el edificio histórico con un doble objetivo, por un lado ampliar el actual Archivo Diocesano, dado que el depósito actualmente ya resulta pequeño. Un segundo motivo obedece a otorgarle un nuevo aprovechamiento, un empleo con finalidad museística.

Los problemas que ahora van a subsanar impulsaron el traslado de las oficinas administrativas del Obispado al edificio de titularidad eclesial situado en la calle de Ramos Carrión, donde se encuentran en estos momentos.

Evolución histórica

El edificio construido en el siglo XII ha sufrido múltiples intervenciones. Así en el XIII consta que el obispo don Suero arregló la capilla de su palacio. Más tarde en el siglo XV se creó el patio y en el XVI hay constancia de la inclusión de un artesonado y de más modificaciones. En la siguiente centuria su estado era malo y el obispo Isidro Alonso Cabanillas, a principios del XVIII, reedificó la construcción y la dota de la fachada manierista. También hay constancia de cambios a finales del XIX bajo los episcopados de Tomás Belestá y de Luis Felipe Ortiz.

En fechas más reciente se barajó una rehabilitación para su transformación en el espacio de exhibición de la valiosa colección de tapices flamencos que atesora la Catedral de Zamora convirtiéndose en el ansiado Museo de los Tapices. Sin embargo, una serie de problemas técnicos hicieron aconsejable desechar el planteamiento.