Entrevista | Miguel Blanco Periodista especializado en misterio

"No creer es cerrarte puertas a un universo que está ahí, esperándote"

"Hay dos fuerzas en el mundo que controlan la vida de los hombres: el miedo, que te paraliza, y la ilusión, que te lanza"

Miguel Blanco, en Bután.

Miguel Blanco, en Bután. / Cedida

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

El mítico periodista radiofónico Miguel Blanco, pionero en la información del misterio, repite experiencia en el congreso Ahora Ilusión, regresando a Zamora para compartir con el público en directo su programa "Espacio en blanco", de Radio Nacional de España.

–¿Le gusta salir del estudio de radio para grabar en directo "Espacio en blanco"?

–Al equipo nos encanta, porque es la forma que tenemos de entrar en contacto con los oyentes. Descubrir el cariño que se ha generado con el programa es muy halagador.

–¿Qué le aporta tener el público tan cerca?

–Sobre todo, nervios.

–¿A estas alturas de su carrera?

–Yo siempre he dicho que cuando deje de ponerme nervioso al hacer un programa, dejaré de hacer radio. Para mí, tener al público cerca me da satisfacción y, sobre todo, compromiso. Yo he heredado de los árabes la hospitalidad, algo fundamental cuando alguien viene a verte. Las personas que vendrán son nuestros invitados, así que hay que tratarles con sumo cariño y amabilidad.

Miguel Blanco, en un viaje a Nepal

Miguel Blanco, en un viaje a Nepal / Cedida

–¿Por lo menos los nervios son más llevaderos al estar en un escenario que ya pisó en la pasada edición de este congreso?

–Da igual que hayamos estado mil veces, seguimos poniéndonos nerviosos (risas). Vuelvo a Zamora porque creo que hay dos fuerzas en el mundo que controlan la vida de los seres humanos: el miedo, que te paraliza, y la ilusión, que te lanza a hacer cosas. Y los que trabajamos en los medios de comunicación tenemos el deber que generar muchísima ilusión, para que sea la fuerza motriz que nos ayude un poco a salir de este mundo caótico y complicado en el que estamos en este momento.

Tres carreras

–¿Cuándo estudiaba la carrera de Periodismo ya tenía claro que quería especializarse en la información del mundo de lo paranormal?

–Desde el principio yo tenía muy claro lo que quería hacer. De hecho, hice tres carreras: Periodismo para poder comunicar cosas que a mí me pasaban, Psicología para entender las cosas que a mí me pasaban extrañas y Antropología para entender cómo los pueblos del mundo se motivaban y hacían cosas. De hecho, mi primer programa de misterio lo hice a los trece años, de manera no profesional. Más tarde, en Radio Juventud pusimos en marcha el primer programa de Europa sobre el mundo del misterio. Y mucho tiempo antes, recién venido de América, juntaba a los vecinos de mi barrio para contarles historias de terror. Así que la vocación estaba ya ahí.

El periodista Miguel Blanco, en Guayaquil

El periodista Miguel Blanco, en Guayaquil / Cedida

–Así que esa relación con el mundo del misterio comenzó en lo personal, antes que en lo profesional.

–Yo viví poco tiempo en América, pero cuando apenas hablaba, en el jardín de infancia le comentaba a mis compañeros la luz que traía cada día a clase la señorita, es decir, era capaz de ver el aura que la rodeaba, aunque mis compañeros no entendían nada. También teníamos un ama de cría que estaba asustadísima conmigo, porque cuando no tenía el biberón cerca y estaba con hambre, lograba que se acercara a mí con solo mirarlo. Eso se llama telequinesis y la pobre salía corriendo, porque pensaba que estaba endemoniado.

La radio es el mejor medio para narrar el misterio, porque nos hace usar la imaginación

–¿Le marcaron esas virtudes que demostraba desde pequeño?

–Durante mucho tiempo me sentí un tipo muy extraño, de hecho, me acomplejaron bastante, pero también me hicieron estudiar para comprender qué estaba pasando, primero en mí mismo y después en el resto de lugares y personas.

Enamorado de la radio

–¿Considera la radio el mejor medio para narrar historias de misterio?

–El mejor, sin duda, porque haces que los seres humanos utilicen el gran poder que tienen: la imaginación. Cuando estás contando una historia a través de sonidos, ellos, en su mente, ponen lo que falta del ambiente. Están viendo los fenómenos que estás contando y eso provoca una unión muy íntima con las personas, posibilitando una comunicación súper especial. En la televisión, por ejemplo, eso es mucho más difícil, hay demasiada gente alrededor, queda todo más artificial.

Miguel Blanco, en la Isla de Pascua

Miguel Blanco, en la Isla de Pascua / Cedida

–¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI, sigan atrayendo este tipo de historias?

–Porque es algo consustancial a la vida, el misterio forma parte muy íntima del ser humano. Siempre nos hemos preguntado por qué estamos aquí, que pasa después de la muerte…. Y aunque estemos tan tecnificados y secuestrados por la tecnología, una parte de nuestro cerebro nos conecta con ello. A cualquier persona que le preguntes, aunque no crea en estos temas, le pasa alguna cosa extraña que tiene que ver con ese campo del mundo del misterio. Es algo que necesitamos y que, afortunadamente, todavía nos puede salvar de este maremágnum que tenemos con la tecnología y con los móviles, que nos encierra en una visión muy pequeña del mundo y de la vida.

Sin una explicación

–¿A usted ya no hay nada que le sorprenda?

–Es verdad que muchos de los misterios han dejado de sorprenderme, porque quizá los haya visto muchas veces, pero sigo sin tener explicación para ellos. Es como cuando abres una habitación y crees que has descubierto algo y esa estancia tiene más puertas que tienes que seguir abriendo. El miedo es una sensación que siempre me ha encantado sentir, ha sido la gasolina de mi vida, aunque ahora menos, porque tengo un hijo y debo cuidarme de ciertas experiencias que he vivido.

Miguel Blanco, en Etiopía

Miguel Blanco, en Etiopía / Cedida

–¿Hay alguna historia en especial vivida que todavía le ponga el vello de punta al recordarla?

–Sin duda, la del diablo que conocí en Haití. Fue una experiencia muy potente, había llegado al país para grabar rituales de vudú auténticos, que no tienen nada que ver con magia negra, sino con una de las religiones más antiguas. Llegué a ofrecer dinero por grabar aquella experiencia vivida para la televisión, pero no aceptaron.

Abierto a creer

–Después de todas estas experiencias en primera persona, ¿en qué cree Miguel Blanco?

–Creo en todo, porque no creer es cerrarte caminos. Evidentemente, soy un ser espiritual y creo que hay una energía que nos controla, que forma parte de nosotros y nosotros de ella. De hecho, rezo en cualquier templo que me encuentro, de la religión que sea, aunque mis raíces son católicas. A mí me dicen que un burro vuela y me lo creo, luego tengo que investigar para ver que es cierto. No creer es cerrarte puertas a un universo que está ahí, esperándote y que, a veces, te da muchas sorpresas. Creo que hay que seguir teniendo la curiosidad de los niños. La magia es la abundancia con que la vida se derrama sobre la vida de todos los seres vivos y si creo en algo es en la magia. Si te alías a ella, aunque traiga sufrimiento, te dará también enseñanzas y llenará tu existencia de color. Eso tiene mucho que ver con la ilusión y por eso voy a Zamora, primero por Miguel de Lucas, segundo por la ciudad y tercero por esa ilusión.