Entrevista | Pablo Giménez Pintor

Pablo Giménez, pintor: "Una pintura realista exige el esfuerzo de ser objetivo"

"La belleza de las cosas muchas veces se esconde debajo de varias capas, hay que desmenuzar y analizar para encontrarla"

Pablo Giménez entre varias de sus obras. | Alba Prieto

Pablo Giménez entre varias de sus obras. | Alba Prieto / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

El pintor Pablo Giménez reúne una serie de cuadros centrados en la naturaleza, hasta el día 17 de febrero, en la galería de arte Espacio 36-Ángel Almeida.

–Su muestra en la ciudad lleva por título "Naturalezas cercanas".

–Son obras, en general, de pequeño formato, pintadas en una o dos sesiones. Se trata de sitios que son cercanos a donde yo resido que es Valladolid. Son lugares que no son especialmente bonitos, sino que a mí me atraen, me son familiares o tienen una combinación especial de colores que me seducen.

–Usted ¿pinta en vivo?

–Sí, pinto del natural. Hay cosas que solo puedes pintar a través de una foto. Si quieres pintar un retrato de Carolina de Mónaco, por poner un ejemplo, no es una persona que tenga accesible y recurría a una foto, pero si opto, como es mi caso, por plasmar el parque de mi ciudad y lo tengo al lado, no tiene sentido pintarlo a través de un intermediario, como es la fotografía, que te quita cosas. Me interesa estar rodeado por todas partes por el motivo y ver cómo van pasando las horas y va cambiando la luz, el color… Llega un momento en el que para mí es imprescindible, el otro modo no me interesa. Muchas veces también es una excusa para estar delante de una cosa que te gusta durante mucho tiempo. Si me pongo a mirar durante 15 horas un árbol te acaban llevando a un médico (risas), pero sí puedes estar pintándolo durante mucho tiempo hasta que acabes el cuadro, no puedas más... es una excusa.

–¿Siempre ha pintado de esta manera?

–Yo lo he hecho durante toda la vida, pero más desde que he tenido contacto con José María Mezquita y Antonio López, entre otros pintores. Me he convencido de que el natural te da cosas que el pintar de fotos, no.

–Pintar del natural también conlleva ciertas incomodidades.

–Yo pinto durante todo el año. He pintado bajo diluvios porque con óleos puedes, también lo he hecho debajo del mar… no son las mejores condiciones, pero es lo que te llevas de haber podido estar disfrutando de una manera muy intensa. Tiene incomodidades como que te cambia el motivo, pasas calor, pasas frío, hay moscas, pasa la gente y se paran a hablar contigo, hay viento…pero, para mí, merece la pena porque consigo las obras que quiero.

PABLO GIMENEZ EN ESPACIO 36

PABLO GIMENEZ EN ESPACIO 36 / Alba Prieto

–Esta manera de pintar ¿ha cambiado su forma de mirar lo que rodea?

–Sí, te pones en un estado de alerta donde siempre estás pintando, donde te fijas en el tono de una masa de árboles, qué es más luminoso el cielo o lo que se refleja… estás en una vorágine en la que siempre estás pintando, aunque físicamente no lo estés haciendo. La dificultad no reside en pintar, sino en mirar bien y observar bien las cosas y tratar de ser objetivo o de ser muy subjetivo y potenciar aquello que te llama la atención, que muchas veces no sabes qué es.

–¿Resulta complejo educar nuestra mirada para apreciar lo que tenemos a nuestro alrededor?

–Sí, requiere tiempo y atención y también de objetividad. El ejercicio de hacer una pintura realista, más allá de que te quede mejor o peor, exige un esfuerzo de ser objetivo lo que es muy difícil en la vida porque todo lo pasamos por nuestra experiencia, nuestros prejuicios o nuestras manías. El pararte a mirar algo, comparar, medir, analizar en detalle requiere que te sometas a la realidad, lo que es un ejercicio muy bueno para todo en la vida. El ejercicio de ver cómo son las cosas es muy necesario porque nos enfrentamos a las cosas sabiendo de antemano lo que vamos a opinar.

Una mujer observa algunas de las pinturas del vallisoletano

Una mujer observa algunas de las pinturas del vallisoletano / Alba Prieto

–Usted también plasma ejemplos de patrimonio industrial.

–No están elegido de una manera consciente. Pinto aquello que me atrae, no le voy muchas más vueltas. Pinto también una autovía porque para mucha gente es su hábitat diario porque pasa muchas horas en una y porque también tiene su belleza. En las cosas que son claramente bellas cuesta menos encontrar esa belleza, para mí es más interesante rebuscar en una cosa que a priori es fea y ver qué puedes encontrar.

–En todo ¿intenta plasmar la belleza?

–Para mí veo algo y me atrae, pero no sé porque me atrae. El desmenuzar y analizar algo hace que acabes muchas veces encontrando algo que no era lo que tu pensabas y la belleza muchas veces se esconde debajo de muchas capas, como sucede con las personas que hay personas que parece que son maravillosas inicialmente y luego no lo son, o viceversa. Para mi pintar es una exaltación del gozo de vivir, es completar la vida de una manera muy hermosa. La gente debería de pintar más y olvidarse del resultado logrado.

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