El meloncillo conquista Zamora capital

La mangosta africana que se asentó en la Península hace más de 8.000 años se ha colado en la ciudad, "ataca a animales más pequeños que él, que es como un gato"

Un ejemplar de meloncillo captado enZamora.

Un ejemplar de meloncillo captado enZamora. / Alfredo Hernández/Zamora Biodiversa

El meloncillo, la mangosta común o egipcia, ha llegado hasta Zamora ciudad, procedente de la vecina Salamanca, y ha dado el salto ya a León. Esta especie se puede observar cerca del barrio de San Frontis y en el entorno de la capital, "está en expansión de forma natural por sus inmediaciones", explica el naturalista zamorano Alfredo Hernández.

El experto lanza un mensaje de tranquilidad a cazadores y ganaderos alertados por la presencia del animal silvestre para romper con la negra leyenda que lo persigue: no es peligro. Ocurre que es diurno y desarrolla su vida a la vista, en las zonas de pastizales, bosques y terrenos duros y rocosos.

El meloncillo "tiene el tamaño de un gato, pesa unos dos kilos" y sí, "se alimenta de la carne, de otros animales, pero de aquellos que puede matar un gato también porque ¿dónde vas con dos kilos que pesa?, no puede agredir a los grandes".

"Por su tamaño, como un gato, y su peso, dos kilos, no puede atacar a ovejas y a vacas. Los cazadores y los ganaderos lo temen porque se le ve, es diurno, pero esas heridas pueden ser de un zorro, por ejemplo"

Alfredo Hernández insiste en "no puede atacar a las ovejas, al ganado", mucho más grandes que él. De cuerpo es delgado, tiene el rostro alargado, dientes afilados, patas cortas, orejas redondas, cola larga, con un pelo cuyo color va del gris al marrón.

Pero se asienta, de repente, donde antes no había ningún ejemplar, y es cuando comienzan los comentarios: "Me han mordido unos corderos, ha tenido que ser porque está todo el día por aquí y me lo encuentro en el camino. Sin embargo puede haber sido un zorro, por ejemplo", expone este experto en biodiversidad. "¡En Salamanca, alguno llegó a decir que el meloncillo mataba terneros!". Una impresión equivocada, insiste el también ornitólo.

El meloncillo conquista la capital

Varios ejemplares de meloncillos en la capital. / Alfredo Hernández

Efectivo remedio contra serpientes venenosas

La dieta de esta especie de origen africana es variada, predominantemente, se alimenta de roedores e insectos; es muy aficionado a lagartos pequeños, ranas, culebras, aves, conejos, lombrices, ingiere un poco de todo porque es un vertebradro. Precisamente, el meloncillo es muy apreciado porque puede luchar contra las serpientes venenosas, es ágil e inmune al veneno del reptil.

Esta mangosta "necesita vegetación cerrada, matorral, el típico jaral o zarzal muy espeso y extenso, por donde pueda moverse". Y comida, "estamos viendo que hay más donde hay mucho conejo y, a la vez, hay mucho refugio, por eso eligen la ribera de los ríos que tiene mucha vegetación. En la comarca de Benavente, en las inmediaciones de los ríos Esla o el Órbigo, alguno hay ya".

La mangosta se alimenta de roedores, de aves, hay muchas donde la población de conejos es elevada"

Desde África España, por el estrecho de Gibraltar

Se halla en Asia, sur de Europa y de África y "lleva 8.000 o 10.000 años en la Península Ibérica, según estudios genéticos", abunda el también ornitólogo que se remite a los últimos estudios sobre el meloncillo.

Hasta no hace tanto, se creía que estos animales los habían introducido los bereberes, pero las investigaciones recientes indican que la especie debió cruzar el estrecho de Gibraltal viniendo de África, como llegaron otras más pequeñas.

¿El método de transporte? "Entonces, había la posibilidad de cruzar el mar en balsas de vegetación flotante, se dejaban llevar, no intencionadamente, claro. Se sabe que el estrecho de Gibraltar está abierto desde hace 5 millones de años, por lo que existe un trozo de mar que podrían haber pasado estos animales".

El meloncillo conquista la capital

Una jineta en las inmediaciones de la ciudad. / Alfredo Hernández/ Zamora Biodiversa

Muchos otros carnívoros pequeños

En Zamora capital, hay muchos otros carnívoros pequeños, también nocturnos, "que nadie se entera de que están. Los tejones, las ginetas procedentes de África o a las garduñas, "que están por todas partes: en el río y en el bosque de Valorio pero solo salen de sus guaridas por la noche. De día están en edificios abandonados o en el hueco de un árbol".

La garduña tiene dientes afilados, "no les acerques la mano", es del tamaño de un gato, "tenía muy mala fama porque entraba en gallineros y comía los huevos, por eso la gente le ponía los cepos, las garduñeras". Comen ratones, ratas, pájaros y mucha fruta cuando es temperada, silvestre o higos. Los cazadores "recorrían comarca tras comarca para colocar los zepos para vender las pieles".

"Son bichos bonitos, antiguamente, mucha gente las cazaba porque la piel es muy buena y se destinaba a hacer abrigos", pero la desaparecder la caza al trampeo, muchas de estas especies se están recuperando y ha aumentando su población, "y muchas las tenemos ya en la ciudad". Existen ejemplares en San Frontis, junto al Puente de los Poetas, y la cárcel vieja.

Eso mismo ocurría con las de las jinetas, igualmente, como un gato pero con la cola muy grande y con pintas, su piel era muy apreciada, "antaño se pagaba carísima". Esta especie vive en bosque de Valorio y en el río Duero. Son nocturnas y se pasan el día en el hueco del árbol, donde viven y donde se refugian. Tienen el ocico afilado y las orejas altas y triangulares, "trepan como ardillas por el tronco de los árboles" y comen ratones y pájaros.

La comadreja es más pequeña, como una rata, "corre como un rayo, mata ratones y ratas, es una fiera diminuta". No hay muchas porque son depredadores y de forma natura

EJEMPLAR DE NUTRIA VISTO EN EL RIO DUERO EN ZAMORA

Una nutria pesca en el cauce del río Duero en Zamora. / María Baña, Zamora Biodiversa

l se controla la propia especie, de hecho, "las ves, en estas temporadas, cuando hay tanto topillo porque se alimentan de ellos". Al tener más comida, sacan más crías adelante, sobreviven más tiempo. "Los machos, de mayor tamaño que las hembras, comen conejos y liebres, aves, especialmente las que anidan en el suelo, saquean y destrozas los nidos", ilustra el ornitólogo zamorano. En su dieta, están lagartos, serpientes, ranas y peces.

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El Duero ha recuperado las nutrias "porque ya no se les mata para usar la piel". En los años 80 del siglo pasado, estuvieron de moda los abrigos de nutria, un apunte al que Alfredo Hernández apostilla: "Muchos eran de roedores, pero se hacían pasar por nutria".

Aunque hay pocas, "se dejan ver", pero no salen del cauce del río porque "temen a los perros" y las riberas del Duero son un lugar habitual de paseo con las mascotas, refiere el naturalista y ornitólogo. Por esta razón, "es más fácil que espere a salir por la noche o que ande por dentro del río". Cuando el acceso al interior del río es más complicado, se las puede observar sin que se espanten. 

La explicación a que existan pocos ejemplares en el tramo urbano es que "no viven por parejas, los machos viven solos y su territorio, que puede tener ocho o diez kilómetros de río, es más extenso que el de las hembras, se superpone al de estas, a veces puede abarcar el de dos o tres hembras". De hecho, cada macho tiene varias hembras, a las que se une en época de celo únicamente.

En cada territorio en el que vive un macho, solo puede estar él, se encarga de mantener a raya a otros ejemplares de su mismo sexo e, incluso, a las hembras si no es tiempo de aparearse. "He visto una pelea de dos machos junto al Puente de Piedra hace poco. Es por esto que no puede haber muchas nutrias en el cauce urbano del Duero".

Si vemos más nutrias en alguna ocasión es porque "los cachorros, de 1 a 3 por camada, están con la madre casi todo el año, pero cuando crecen tienen que irse lejos a buscar su lugar". Hay ejemplares en Olivares y Cabañales.

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