La llegada de extranjeros amortigua la pérdida de población de Zamora

Sin la llegada de inmigrantes la provincia había retrocedido en 1.056 vecinos entre enero y octubre, cifra que se ha quedado en 371

Despoblación en el mundo rural de Zamora

Despoblación en el mundo rural de Zamora / EMILIO FRAILE

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

La llegada en lo que va de año de 685 extranjeros a Zamora es el factor fundamental que explica que la demografía de la provincia esté "manteniendo el tipo" en este 2023 y en el periodo del 1 de enero al 1 de octubre se mantenga con tan solo 371 habitantes menos.

Lo que dicen los números del Instituto Nacional de Estadística es que si tuviéramos solo en cuenta a la población nacional Zamora tendría en estos momentos 1.056 habitantes menos que a principios de año, es decir, un descalabro de proporciones similares a la de los últimos ejercicios.

Sin embargo, como ocurriera ya antes de la crisis económica de 2012, Zamora está resultando atractiva para la población extranjera y los 685 residentes que la provincia gana procedentes del exterior es lo que permite amortiguar en buena parte la caída poblacional hasta dejarla claramente por debajo del medio millar de personas.

De los 166.280 habitantes que en estos momentos tiene Zamora, 158.081 son españoles (había más de 159.000 al comenzar el año) y 8.199 extranjeros, colonia que superaba por poco las 7.500 almas al inicio del presente ejercicio.

Si se tiene en cuenta el lugar de nacimiento, dentro o fuera de las fronteras nacionales, los españoles pierden habitantes en prácticamente todos los tramos de edad, mientras que entre los extranjeros ocurre todo lo contrario.

Entre los 0 y los cuatro años, por ejemplo, hay 146 españoles menos y cuatro extranjeros más. El tramo de edad entre los 15 y 19 años gana 11 habitantes, pero también gracias a que los 42 extranjeros que han llegado suman más que los 31 españoles que se han ido.

De 20 a 24 años, en cambio, aumenta la población provincial tanto española como extranjera, tramo de edad donde se da este fenómeno junto con el de los 45 a 49 años y de los 60 a los 69, de los 80 a los 85 años y de los mayores de 90 años. En estas edades de los nonagenarios es la población nacional la que crece, 284 personas frente a solo seis extranjeros.

La llegada de población inmigrante se antoja, pues, vital para empezar a revertir la situación demográfica, siguiendo la senda iniciada a inicios de siglo, truncada por la crisis.

Evitar las fugas a otros puntos del país es la segunda clave

Los datos del avance del Instituto Nacional de Estadística no permiten determinar la influencia de otra de las grandes variables que es necesario revertir para iniciar el camino de la recuperación demográfica: evitar que los zamoranos emigren a otras provincias en busca de trabajo.

La pérdida de población por el saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) es quizá el factor más difícil de dar la vuelta, entre otras cosas porque es consecuencia de décadas de despoblación y pérdida de los elementos más dinámicos de la población.

Sin embargo, si Zamora logra, como parece, atraer población extranjera y si consigue, algo que no corroboran aún las cifras, retener la población joven y en edad de trabajar estaría en la buena senda para solventar uno de sus principales problemas, el de la despoblación. Dar la vuelta por completo al calcetín, es decir, pasar de perder a ganar habitantes es muy difícil por el peso del crecimiento vegetativo negativo.

Pero si se empezara a ganar habitantes por la vía de atraer extranjeros y nacionales (empezando por los propios zamoranos) la dinámica cambiaría por completo y la esperanza en un futuro más próspero estaría más que justificada.

De ahí la importancia de aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas formas de desplazamiento y teletrabajo, que acortan sobremanera las distancias entre los domicilios y los centros laborales, de tal forma que es perfectamente posible vivir en Zamora y trabajar a distancia e incluso presencialmente en otras ciudades con las que esté bien comunicada.

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