El emporio de la sal en Villafáfila, un negocio zamorano con 4.500 años de historia

Lagunas de Villafáfila.

Lagunas de Villafáfila. / Ana Burrieza

Las propiedades salinas de las aguas de Villafáfila fueron en su tiempo un negocio próspero, puesto que las lagunas que ahora son reserva natural y paraíso de la biodiversidad constituyeron, hace 4.500 años, el único punto en el que se podía hacer acopio de sal en un área de 150 kilómetros a la redonda y con las distancias de entonces eso suponía una fuente de riqueza económica.

El arqueólogo y catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid, Germán Delibes de Castro, ha intervenido este viernes en el III Congreso de Historia de Zamora junto a los expertos Javier Abarquero y Elisa Guerra para detallar cómo las nuevas tecnologías aplicadas a la investigación han permitido afianzar los conocimientos sobre la arqueología de la sala en las Lagunas de Villfafáfila. Delibes de Castro ha recordado que la sal de Villafáfila fue un recurso estratégico en la Edad Media que convirtió a Villafáfila "en un emporio, donde hay en la actualidad seis pueblos había cuarenta", lo que da idea de la "pujanza" que tenía la explotación de la sal. De hecho, de allí procedía la que llegaba a buena parte del Noroeste Peninsular ya que era "un punto aislado" al tratarse de las únicas salinas en ese círculo imaginario de 150 kilómetros de radio con epicentro en Villafáfila.

MIguel Delibes de Castro, a la izquierda, en la mesa del III Congreso de Historia de Zamora.

MIguel Delibes de Castro, a la izquierda, en la mesa del III Congreso de Historia de Zamora. / LOZ

En base a esa constatación histórica, un grupo de investigadores entre los que figuraba el propio Delibes razonó que esa circunstancia geoestratégica tenía que haberse aprovechado también en la prehistoria. Por ello, se pusieron manos a la obra, a buscar yacimientos y hacer excavaciones hasta dar "con esa realidad inequívoca ya hoy de que hace 4.500 años, al menos desde el 2.500 Antes de Cristo, se estaba explotando la sal de allí".

En la investigación se han hecho prospecciones con georadar, prospección magnética con un magnetómetro de cesio y análisis de contenido de cerámica, una aplicación de las nuevas tecnologías a la que contribuyó Javier Abarquero, que indicó que lo primero que hicieron fue una prospección superficial que descubrió restos cerámicos con una característica muy particular como es el briquetaje, que durante la prehistoria se utilizó en todo el continente europeo para la ebullición de la sal. La explotación comercial de la sal en Villafáfila se mantuvo hasta el siglo XVI, cuando cayó en declive. Hoy en día, son las aves acuáticas invernantes a las que el contenido salino de las aguas les sirve para hacer parada aquí en su ruta migratoria desde el Norte de Europa y encontrar una fuente de agua salada.

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