Las traiciones del hotel Rey Don Sancho de Zamora en el concurso de acreedores

Un juicio saca a la luz las tensiones entre los antiguos responsables del establecimiento y el administrador judicial

Hotel Rey Sancho, otrora establecimiento de referencia en Zamora que entró en concurso de acreedores y ahora ha cambiado de dueños.

Hotel Rey Sancho, otrora establecimiento de referencia en Zamora que entró en concurso de acreedores y ahora ha cambiado de dueños. / JOSE LUIS FERNANDEZ

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

El administrador concursal del Hotel Rey Don Sancho, J.R.M.P. se enfrenta a penas que van desde los seis años de cárcel que pide la acusación particular a los cinco del Ministerio Fiscal por los delitos de extorsión, administración desleal y estafa procesal, además de solicitar diez años de cese de actividad para su empresa.

La historia empieza en 2014, cuando el Hotel Rey Don Sancho entra en concurso de acreedores y el juzgado nombra un administrador judicial. Según el relato de los hechos del que fuera director del hotel, F. C., en el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Provincial, el administrador poco a poco le fue haciendo peticiones en su beneficio propio, extorsiones que le eran concedidas para evitar "el cierre del negocio de que dependían 40 familias".

El administrador concursal, explicó el entonces director, le empezó pidiendo algunos favores, como ir a cenar con los amigos menús que incluían lubina y Peñasanta, por 15 euros, cuando bien a gusto podían costar normalmente en torno a los 50 euros. Peticiones de este tipo se iban sucediendo y el director accedía a ellas. Entre estas figura una factura de 9.801 euros por unos trabajos que realizó la empresa del administrador judicial de revisión de las cuentas del hotel y la empresa propietaria del edificio donde se asienta.

J.R.M.P (derecha) en el banquillo, con su hijo A.R., como representante de la sociedad J.R.M. | Emilio Fraile

J.R.M.P (derecha) en el banquillo, con su hijo A.R., como representante de la sociedad J.R.M. | Emilio Fraile / Carlos Gil Andrés

Para cobrar esta factura y con la firma del propio administrador, se giró dinero desde las cuentas del Sancho a una empresa propiedad de un familiar del director, para que esta a su vez ingresara el dinero en la sociedad vinculada a J.R.M.P.

Prácticas de Calabria

A esas alturas, en diciembre de 2015, el director del hotel empezó a grabar las conversaciones telefónicas que mantenía con el administrador con el fin de que quedara reflejada la extorsión, "prácticas más propias de Calabria", en palabras de su abogado. De esos 9.801 euros el despacho de administrador llegó a recibir por cheque un ingreso de 2.843,50 euros de la empresa a la que curiosamente el Sancho le acababa de transferir exactamente esa misma cantidad supuestamente por unos trabajos que nunca se realizaron.

Tiempo después fue el propio director el que sacó dinero de su propia cuenta personal y entregó en mano tres mil euros en el despacho del administrador. Pero como pasaba el tiempo y el resto de la deuda no se abonó el administrador concursal presentó un monitorio (procedimiento judicial para pedir el pago de una deuda) para intentar cobrar el resto.

Es cuando saltó la denuncia del director por extorsión contra el administrador. F. C. asegura que su intención era evitar que el administrador cumpliera su amenaza de cerrar el hotel y por eso tuvo que acceder a sus exigencias, pero cuando intuyó que no cesarían nunca es cuando se decidió a grabar las conversaciones con el fin de tener pruebas con las que defenderse de las amenazas.

Problemas en las cuentas

La versión del administrador difiere sustancialmente de la del director. Explica que cuando se hizo cargo de la administración concursal apreció importantes desfases contables tanto del Sancho como de otras empresas del grupo, como la que tenía la propiedad del edificio del hotel, que curiosamente compartían el mismo dueño. Fue esta la razón por la cual su despacho, y no él como administrador, se encargó del trabajo de poner a punto las cuentas de tres años para regularizarlas y presentaras en Hacienda y el Registro mercantil. Y de ahí sale la minuta de 9.801 euros, no de ninguna extorsión, aunque la forma de pago no fue directa, sino a través de una empresa interpuesta. "De haber sido un sinvergüenza se hubiera quedado con los tres mil euros que entregó en mano y sin pedir recibo F. C. en su despacho. Pero ese dinero lo restaron de la deuda", dijo su abogado.

Niega que nunca haya tenido problemas con el director ni el que seguía siendo administrador del hotel, M.R.S.G., que cuando se convocó el concurso se apartó de la gestión porque creía que el negocio no tenía solución, al contrario que el director, F.C., empeñado en salvar los 40 puestos de trabajo.

Las obras del edificio las pagó el hotel

Entre otras cosas el administrador judicial descubre que las obras de remodelación del edificio las encargó la empresa propietaria, pero las facturas las pagó en Hotel Rey Sancho. De hecho ya hay una sentencia firme de concurso culpable de acreedores, lo que supondrá para el anterior administrador del Sancho, M.R.S.G., la inhabilitación para administrar empresas por un periodo de dos años. Además con la sentencia la empresa propietaria debe devolver al Hotel Rey Don Sancho un millón y medio de euros por las facturas que pagó por unas obras de las que se tenía que haber hecho cargo el propietario, no el establecimiento que estaba en arrendamiento. Además dejaba en mal lugar al director por su gestión en este periodo.

Una de las fricciones entre el director y el administrador concursal se debieron a que el primero seguía vendiendo banquetes de bodas, bautizos y otros eventos, mientras el segundo se oponía ante la posibilidad de que el negocio tuviera que cerrar y dejara a clientes "colgados".

Fue este "excelente trabajo" el que originó que ambos, director y el antiguo administrador, tramaran una venganza contra el administrador concursal, una trampa tipo "juego de trileros" con los cheques y las grabaciones telefónicas. Y es que el hotel, el edificio donde se asienta y otras empresas administradas por M.R.S.G. si bien eran independientes en la práctica funcionaban con "caja única".

Actualmente el Hotel Rey Don Sancho sigue abierto y lo lleva otra empresa. "Yo no me opuse a la venta, sino a que se regalara el género a precio de saldo", precisó el administrador concursal en su turno final de palabra.

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