El turismo cierra un verano con menos visitantes, pero con las pernoctaciones al alza

Menos viajeros, pero más pernoctaciones. Esa ha sido la tónica del verano en la provincia, que se acerca poco a poco al objetivo de dos noches por persona tan deseado por los profesionales del sector. El mes de agosto ha sido el que ha marcado el ritmo del turismo en el territorio. A lo largo de sus 31 días, un total de 31.920 visitantes han llegado a la provincia para conocer sus encantos, de acuerdo con las cifras oficiales aportadas por el Instituto Nacional de Estadística. El número es ligeramente inferior al de hace exactamente un año, pero con la diferencia sustancial de que, los que han venido, han apostado por quedarse más tiempo. Y, eso, es mucho.

Los datos publicados este pasado viernes por el Instituto Nacional de Estadística constatan ese cambio de paradigma del turismo, que se acerca más a lo que desde hace tiempo anhela Zamora. Ya no se busca tanto engordar a cualquier precio la cifra de visitantes, sino que el objetivo es retener a quien venga. Que, una vez en la provincia, no tenga prisa por marcharse y aproveche hasta el último instante para conocer la tierra. A lo largo de este verano se han contabilizado 81.130 viajeros, que han realizado un total de 137.336 pernoctaciones. La comparativa con el pasado ejercicio demuestra la nueva tendencia: en aquel estío, fueron 82.318 personas para 136.218 noches de hotel.

Los números, pese a ese incremento de las pernoctaciones, todavía no se pueden dar por buenos si se comparan con los registrados antes de la pandemia. En 2019, marcado como el mejor año para el turismo en la provincia de Zamora, se contabilizaron 94.688 visitantes durante los meses de junio, julio y agosto, que hicieron un total de 159.139 noches. El parón tras la irrupción del coronavirus ha hecho mucho daño a un sector que se encuentra entre los que más han sufrido, puesto que la gente se quita primero de las vacaciones cuando pasa más apuros. Por eso, los brotes verdes de esta temporada estival hacen presagiar un nuevo florecimiento de la actividad.

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