Vino zamorano con traje de etiqueta

El zamorano Javi Garduño triunfa en los Premios Nacionales de Diseño Gráfico con el "packaging" de una botella de la DO Toro

Javi Garduño (derecha), junto con su compañero Israel García, con el premio recogido en Barcelona. A la izquierda, la botella con la etiqueta ganadora y debajo la mención con los licores, todo productos de Toro. | Cedidas

Javi Garduño (derecha), junto con su compañero Israel García, con el premio recogido en Barcelona. A la izquierda, la botella con la etiqueta ganadora y debajo la mención con los licores, todo productos de Toro. | Cedidas / B. Blanco García

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

Iban tranquilos, porque ya se sabían ganadores, puesto que la buena noticia ya se la habían dado hace algunas semanas. Barcelona volvió a recibir con los brazos abiertos a Javi Garduño e Israel García, del estudio de diseño que lleva el nombre del primero y que está ubicado en La Hiniesta. Y de allí, a comerse el mundo, como le gusta apuntar a este zamorano cada vez que recoge un premio. Poco espacio le queda ya en sus vitrinas, llena de galardones, tanto nacionales como internacionales.

El último, recogido este fin de semana, pertenece a los Premios Nacionales de Diseño Anuaria, de los más prestigiosos del país. Y, de nuevo, destacando en la modalidad de "packaging", porque si por algo se caracteriza ya Garduño es por diseñar etiquetas que ayudan a vender los productos de las empresas que confían en el buen hacer de este estudio zamorano.

Premios Anuaria Javier Garduño

Premios Anuaria Javier Garduño / Cedida

"Llevábamos varios años presentándonos a estos premios y se nos resistían", bromea el zamorano. Se puede decir que esa espinita se la ha sacado doblemente, ya que, junto al oro por la etiqueta del vino "El Alma de Gildo", se suma una selección —una especie de diploma finalista— por el etiquetado de los licores Santo Santó. "Los dos productos son de empresas toresanas y yo también soy de allí, así que es una satisfacción triple", asegura Garduño.

Vino homenaje

El vino de la DO Toro es un caldo homenaje a Hermenegildo García —de ahí su nombre—, famoso viticultor de Toro que ya supera el siglo de vida y de sabiduría alrededor de la profesión. Ese aniversario merecía un etiquetado especial, que es el que, finalmente, les ha dado ese oro en los Premios Nacionales de Diseño Anuaria. "Para el concepto, nos basamos en la idea de que el alma es una cosa que está, pero no se ve, se tiene que descubrir, como sucede en la etiqueta", explica enigmático Garduño sobre este original "packaging".

Javi Garduño (derecha), con su compañero Israel García.

Javi Garduño (derecha), con su compañero Israel García. / Cedida

Mediante un complejo troquelado se formó un "pop up" que, al levantarlo, el cliente puede terminar de leer el nombre completo del vino. "En la etiqueta también va una poesía en golpe en seco que escribió el propio Gildo", añade el diseñador. "Y para cerrar la botella, usamos lacre blanco con terminación en diagonal, para acentuar el formato premium que tiene este exclusivo vino", remata Javi Garduño sobre el etiquetado ganador. "Es un vino que bien merece esta etiqueta tan especial y elaborada", justifica. De hecho, este etiquetado se ha realizado a mano, con trabajadores de Intras. "Confiamos en ellos siempre que hay que hacer un trabajo más especial, que requiere más cuidado", estima el toresano.

De vinos a licores

Con la misma ilusión habla del diseño que ha quedado finalista en la edición de estos premios nacionales, celebrados en Barcelona. Se trata de las etiquetas elaboradas para la colección de licores de la firma Santo Santó. "En ellas se pueden ver ilustraciones de diferentes santos, como San Pedro, San Isidro o Santiago", pone como ejemplos, mientras que para la selección de cremas se optó por mujeres como Santa Teresa o Santa Lucía. "Estos productos son un homenaje a los monjes de los monasterios donde se empezaron a elaborar estas bebidas", explica Garduño.

Vino con traje de etiqueta

Vino con traje de etiqueta / B. Blanco García

Para la gráfica, las ilustraciones de estos santos y santas se han realizado con unos colores muy vivos, diferentes para enmarcar cada uno de los sabores. "Todos ellos están dentro de un claustro románico y es la etiqueta la que viste toda la botella", detalla el diseñador zamorano, quien asegura que su cliente se encuentra encantado con el resultado, ya que la vistosidad de este trabajo "ayuda a que se venda mejor el producto, incluso en lugares como Galicia, donde hay tanta competencia con este producto", destaca Garduño.

La gala de Barcelona también les sirvió para conocer el trabajo de compañeros y de pequeño respiro antes de continuar con su siguiente proyecto.

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