Zamora y la supervivencia eterna del libro

Centenares de ciudadanos aprovechan los descuentos del 23 de abril en la plaza de la Constitución para adquirir algunas de las novedades

Una trabajadora atiende a la clientela en uno de los puestos ubicados en la plaza de la Constitución. |

Una trabajadora atiende a la clientela en uno de los puestos ubicados en la plaza de la Constitución. | / Emilio Fraile

Entre estímulo digital y estímulo digital, el libro siempre resiste. La literatura mantiene su vigencia, a pesar de las miles de sentencias de muerte que le han dedicado, y todas las generaciones conservan en mayor o menor medida un grupo de fieles al tacto del papel y a la pasión que genera una historia bien contada. Entre esas personas que dedican una porción de su tiempo al placer de leer se encuentran miles de zamoranos, que este domingo tuvieron la ocasión de pasarse por la plaza de la Constitución para ver las ofertas de siete librerías de la ciudad ubicadas en una línea de stands de apenas 40 metros.

La celebración del Día del Libro permitió esta apertura simultánea de una porción de cada librería. Los negocios no pudieron trasladar a la calle todo su material, aunque algunos se quedaron con las ganas, pero sí pusieron a disposición del público las principales novedades editoriales, las apuestas temáticas que cada librero quiso ofrecer a la gente y mucho contenido zamorano para hacer patria, que falta hace siempre.

Libros para todos

La presencia de todas estas librerías en un mismo espacio geográfico atrajo a centenares de zamoranos dispuestos a curiosear y a llevarse algún ejemplar, siempre con el estímulo de los descuentos previstos con motivo del 23 de abril. "No sabíamos cómo iba a responder la gente por el tiempo y porque los domingos hay muchos desplazamientos a los pueblos, pero esto está bastante animado", explicó, tras la primera impresión, Sandra Alonso, una de las profesionales más distinguibles, por el público concreto al que dirige su oferta literaria.

Alonso es la responsable de Mis Cuentos Infantiles, un negocio cuyo nombre indica claramente lo que hay: "Estamos especializados en libros para niños y hemos intentado traer aquí una oferta bastante variada, aunque siempre es difícil elegir", subrayó esta librera que puso en marcha su aventura en plena pandemia y que está lejos de arrepentirse de su paso adelante: "Está siendo una experiencia muy chula y haría esto mil veces", aseguró la profesional.

En cuanto a las preferencias de su clientela habitual, Alonso explicó que a los niños les llaman mucho la atención "los libros con muñecos" y también todo "lo desplegable, lo que tiene movimiento y lo musical". Los padres, por su parte, buscan "herramientas didácticas" para iniciar a sus hijos en un hábito que puedan mantener en el tiempo: "Hay muchísimos niños lectores", afirmó la librera zamorana, que lamentó un cierto bajón a partir de los diez años, cuando quienes continúan apuestan sobre todo por temáticas relacionadas con la fantasía y con la tecnología.

De Ana Obregón a Ruth Anderson

Otra librería de apertura relativamente reciente es Ler Zamora, que se presentó en la plaza de la Constitución con las últimas novedades y que halló también el interés del público en la novedad editorial de Ana Obregón, en los thrillers y en obras relacionadas con la provincia. Uno de los responsables del negocio, Tomás Fernández, destacó en ese capítulo el libro vinculado a la exposición fotográfica de Ruth Anderson, que tan buena acogida tuvo recientemente en el Museo Etnográfico.

En general, Fernández se mostró satisfecho con la respuesta inicial del público, de la misma manera que percibe ese respaldo en el día a día del negocio: "Es complicado como todo comercio en Zamora, pero la acogida es buena y tenemos mucha clientela joven", destacó este librero, que incidió en que las nuevas generaciones "leen más de lo que la gente piensa y son bastante entendidas".

Casi a la otra punta de la zona de stands, Judith Pino trataba de manejar su inquietud por no haber podido trasladar la librería Semuret entera al stand: "Me haría falta otro puesto entero para haber traído lo que quería", indicó divertida esta responsable de un negocio que finalmente apostó por "los top venta más las recomendaciones" por las que apuestan. "Estamos vendiendo obras que disfruto, sobre todo thrillers y novela histórica", comentó Pino, consciente aún así de que hay ciertos productos que la gente consume en masa, aunque no entren dentro del capítulo de literatura de calidad. Al ejemplo previamente citado de Obregón se une el éxito que cosechó el año pasado el libro de Paz Padilla.

Más allá de eso, en lo tocante al día a día de Semuret, su responsable reconoció un pequeño parón tras la Navidad, pero se mostró feliz en líneas generales: "No todos los meses pueden ser un diez", aceptó. "Ahora quizá hemos estado algo relajados de más", apostilló desde su stand Clara Sánchez, de la librería Octubre, que subrayó las ganas de salir de la gente tras una pandemia que, no obstante, dejó un rastro positivo en lo referente a los hábitos de lectura.

Sánchez añadió que hay ciertas novedades y determinados escritores que se venden bastante bien y profundizó en la opinión favorable de algunos colegas de profesión sobre la afición de los jóvenes a la lectura: "Leen mucho. Los chicos se dispersan un poco más, pero las chicas adolescentes sí se animan bastante", concluyó.

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