Ferrovial factura al año en Zamora casi 35 millones por la autovía a Benavente

Ferrovial obtiene al año en Zamora un montante cercano a los 35 millones de euros por la explotación de la autovía A-66 en el tramo comprendido entre la capital y Benavente.

La compañía presidida por Rafael del Pino, una de las grandes constructoras y empresas en general del país acaba de anunciar que se va a los Países Bajos, según explica por una supuesta "falta de seguridad jurídica" en España.

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En Zamora, sin embargo, tiene el negocio asegurado hasta 2042, ya que hasta entonces seguirá cobrando un sustancioso canon anual por la autovía entre la capital y Benavente, que fue ejecutada mediante un procedimiento conocido como colaboración público privada o pago por disponibilidad.

La teoría es sencilla. En tiempos de estrecheces presupuestarias, como lo fue la crisis de 2012 el Gobierno en vez de paralizar o ralentizar el proyecto, se lo encarga a una empresa privada para que ejecute y financie la obra. La ventaja es que se hace una autovía sin que compute déficit alguno y la desventaja que durante 30 años se está pagando un sustancioso canon a la empresa para compensarle de lo que costó la autovía, su financiación y el mantenimiento durante tres décadas.

Así se hizo. Ferrovial, a través de su filial Cintra Infraestructuras, en consorcio con Acciona y el fondo de infraestructuras Meridiam (francés) alcanzaban un acuerdo con BBVA, Santander, ICO y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para financiar la obra de construcción del tramo de la autovía A-66 entre Benavente y Zamora. Las obras se adjudicaron en 2012, que es cuando empiezan a contar los plazos de concesión de 30 años y la autovía se puso en servicio en 2015.

Hace una autovía, cobra 6

Ferrovial Agroman, filial de construcción de Ferrovial, y Acciona Infraestructuras se encargaron de la construcción del tramo que incluye un área de servicio y el pago de un canon anual por parte del Estado. La autovía costó 168,9 millones de euros, aportados por las empresas privadas que a cambio se llevaran 998 millones de euros hasta 2042, que es cuando acaba el plazo de concesión.

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Los ciudadanos circulan por el tramo Zamora Benavente como por cualquier otro tramo de la Ruta la Plata, es decir, sin abonar un solo euro. Pero mientras el Estado tiene ya pagada toda la autovía, en este tramo tiene que seguir abonando un canon anual, establecido en 33,7 millones de euros para 2023. Dicho de otra forma, el Estado va a pagar por los 49 kilómetros entre Zamora y Benavente el equivalente a seis autovías. Aún descontando el coste del mantenimiento anual, parece que el negocio de Ferrovial es más que beneficioso para sus intereses.

De ahí que haya causado estupor, sobre todo en las filas del Gobierno, que una empresa de estas características, con intereses tan claros en España haya decidido hacer las maletas para tributar en los Países Bajos.

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La empresa Ferrovial, además del tramo entre Zamora y Benavente, ejecutó otros trazados de la autovía A-66. "Ruta de la Plata", como el que discurre entre Plasencia y Cañaveral, en la provincia de Cáceres; en El Ronquillo (Sevilla)-límite provincial de Huelva; y el tramo Guijuelo-Sorihuela, en Salamanca.

Como una de las grandes constructoras del país Ferrovial también ha tenido participación en la construcción del AVE que une Madrid con Galicia, el que pasa por Zamora, en la que desarrolló novedosas técnicas, por ejemplo, para el montaje de vía en el tramo que discurre entre la localidad zamorana de Pedralba de la Pradería y la orensana Campobecerros.

Y fue, por ejemplo, la compañía que llevó a cabo las obras de construcción de plataforma del tramo Túnel de Padornelo-Lubián, de 7,6 kilómetros de longitud, que transcurre en los municipios de Requejo y Lubián. un proyecto complejo, ha que comprendía la construcción de un túnel y dos viaductos, con una inversión de 108 millones de euros.

Durante el proyecto, por cierto, colaboró con el servicio territorial de Medio Ambiente de Castilla y León en estudios de seguimiento, vigilancia y protección de la fauna de la zona. Ello se debió a que la obra se situaba en la proximidad de cauces fluviales, donde hay presencia de especies altamente sensibles a las variaciones en las condiciones ambientales de dichos cauces, como es el caso del desmán ibérico, la náyade o mejillón de río o la trucha común.

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