Planes en Zamora

Sejas de Sanabria acampa en el centro de Zamora

El campamento sanabrés conmemora sus 50 años con una interesante exposición en la Alhóndiga

Sejas de Sanabria acampa en el centro de Zamora

Sejas de Sanabria acampa en el centro de Zamora / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

La idea del campamento en Sejas de Sanabria surgió cuando el sacerdote Francisco Díez estaba en San Lorenzo, pues una señora de la parroquia, que había sido maestra en la población, le habló de ella y “así surgió todo”, indica el sacerdote con motivo de la muestra “50 años de campamento San Lorenzo. Sejas de Sanabria” que propone, hasta el 27 de enero, en la Alhóndiga un entrañable recorrido por la historia de la actividad con fotografías y los más dispares elementos.

La bienvenida la da un retrato de don Paco, formado con 2.000 fotografías de los chicos que a lo largo de estas cinco décadas han pasado por Sejas.

Los materiales demandados en los inicios y un colchón de paja acompañados de fotografías dan cuenta de cómo fueron esos primeros veranos cuando los chicos dormían en el suelo en las casas de los vecinos. Más tarde llegó la construcción del albergue. “En 1976 pusimos la primera piedra, unos particulares y el propio Ayuntamiento de Sejas nos cedieron unos terrenos y se hizo poco a poco por prestación personal los fines de semana”, comenta don Paco. Junto a la pala y un casco de obra pueden contemplarse una maqueta del edificio con las imágenes de los niños que acudieron el último verano.

Rincón a don Paco

También hay un ámbito dedicado a don Paco, con múltiples fotografías de él o colgadas algunas de “sus frases míticas” como “esta es la tarea” o “¡qué bonito es escuchar!” sin pasar por alto la “Paconeta”, la furgoneta del cura que utilizan para todo y que ha hecho con “todo tipo de detalles” el monitor Rubén Blanco. “El campamento, sin duda, es don Paco. Sin él, esto no hubiera funcionado”, sentencia con contundencia Raúl Alonso, quien comenzó acudiendo como niño y posteriormente como monitor y que forma parte del equipo de media docena de voluntarios que han hecho posible que la exposición haya pasado de ser un proyecto a una realidad.

La muestra también dedica un espacio a los matrimonios que han surgidos. 21 uniones, representadas en imágenes, que siguen teniendo presencia a través de sus hijos e incluso de algún nieto.

Sejas y las patrullas

El pueblo y el río Negro tienen su rincón al igual que el interior del campamento, con una de las literas actuales y una taquilla. Las cocineras, los monitores, que han sido más de 1.100 a lo largo de estas décadas, o las banderas de las distintas patrullas (los grupos en los que se dividen) y un listado de todas ellas con el nombre de cada monitor a lo largo de los 50 años o incluso la caza de los gamusinos cuenta con representación en la exposición. También está “la puerta 16, traída del campamento, que da acceso a un cuarto en el que hay ... de todo y que llamamos Narnia”, explica Raúl Alonso.

En varias vitrinas pueden observarse documentos relacionados con el albergue o el árbol seco pintado con el nombre de los últimos monitores o los premios “Paquitos” que se entregan el último día.

“Es una satisfacción haber vivido estos 50 años y poder contarlo y compartirlo” expresa Francisco Díez.

La exposición, que sin duda comprenden mucho mejor quienes han acudido a lo largo de estos 50 años y que invita a acudir a quienes no lo han hecho, supone historia muy viva de una gran familia, la del campamento de Sejas capitaneado por don Paco.