La Opinión de Zamora

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La exaltación del arte sacro de Zamora: el Museo Diocesano cumple diez años

El Museo Diocesano cumple una década de divulgación de la riqueza artística de la Diócesis de Zamora

Autoridades eclesiales y políticas en inauguración del Museo Diocesano. | J. de la Fuente | J. DE LA F, N. R. Y J.L.F.

Más de 200 metros cuadrados, un total de 134 piezas, dos directores, más de 28.000 visitantes y una década de existencia representan algunas de las cifras vinculadas al Museo Diocesano que cumple diez años de apertura en Santo Tomé, convertido en la referencia del arte sacro de toda la Diócesis de Zamora.

La gestación del proyecto combinó el deseo y la sensibilidad del entonces obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, y del delegado de patrimonio de ese momento, José Ángel Rivera de las Heras, por mostrar las excepcionales obras artísticas depositadas en el Obispado de Zamora desde hacía años que no estaban accesibles al gran público, otras cedidas parroquias en depósito o incluso procedentes de comunidades religiosas desaparecidas como las Concepcionistas o bien las Juanas.

Una donación testamentaria, de 200.000 euros, hizo viable el anhelado espacio donde se pone de manifiesto la riqueza del arte sacro que “representa una parte importante historia del pueblo cristiano”, dijo en la inauguración el obispo Gregorio Martínez Sacristán, quien señaló también el deseo de prestar “un servicio de calidad a la sociedad en general y a las gentes de Zamora”.

Antonio Pedrero junto a algunas de las obra que se vieron en la muestra temporal que tuvo. | E. Fraile

Muchos fueron los lugares que sonaron para acogerlo, como en antiguo convento de las Concepcionistas al encontrarse situado en la rúa de los Notarios, no lejos de la Catedral y su museo. Sin embargo, el marco designado correspondió a Santo Tomé, un pequeño templo románico del siglo XII sin culto, situado en el barrio de la Horta que había sido restaurado años antes a través del programa de Zamora Románica.

El primer director del Museo, José Ángel Rivera de las Heras, explica los capiteles exhibidos. | E. Fraile

La apuesta fue arriesgada. Un edificio alejado del eje turístico de la ciudad, pero a su favor tenía la excepcional cabecera y unos bellos capiteles, que integrados en el discurso expositivo, hacen que continente y contenido tengan similar relevancia.

El centro abrió sus puertas en el verano de 2012 con 134 obras artísticas entre escultura, pintura, platería, orfebrería, metalistería, mobiliario y objetos pétreos datados entre el siglo I, como estelas hispanorromanas, así como elementos artísticos previos a la constitución de la Diócesis, restablecida en el año 1121, que proceden de la iglesia de San Pedro de la Nave, sin olvidar pintura y esculturas de grandes firmas como Gregorio Fernández o Juan Ruiz de Zumeta.

Un hombre contempla el Niño Jesús procedente del desaparecido convento de las Juanas.

Diez años después el público puede descubrir el mismo discurso expositivo en el que la rica cabecera se integra de tal forma que se puede apreciar la belleza del inmueble.

MUSEO DIOCESANO IGLESIA DE SANTO TOME EMILIO FRAILE

Entre quienes acuden al centro, que en los primeros tiempos careció de señalización que facilitara su ubicación tanto para los turistas como para los propios zamoranos, coexisten dos perfiles. De un lado se encuentran aquellas personas, procedentes principalmente de Madrid, que se desplazan hasta Santo Tomé “motivados por la arquitectura, por el Románico, y muchos se quedan literalmente sorprendidos por el montaje del interior”, indican desde el Diocesano.

Un segundo grupo lo integran visitantes que “aunque tienen interés por la iglesia, lo visitan por la calidad de la colección que se puede contemplar” indican desde el centro que atesora una Inmaculada firmada por Gregorio Fernández o dos bustos o un Ecce Homo y una Virgen Dolorosa, de Pedro de Mena.

Una joven observa las casullas exhibidas tiempo atrás Emilio Fraile

La cesión de obras ha sido una constante en el Diocesano de Zamora desde su apertura. Y es que incluso en ese momento faltaba una pieza porque estaba siendo exhibida. Se trataba de “un capital con una nereida de Santa María La Nueva que en esa ocasión estaba en una muestra Monacatus en Oña”, puntualizan fuentes del centro que ha generado dos puestos de trabajo.

El Ecce Homo y la Dolorosa de Mena, que antes de la apertura de Santo Tomé se exhibían en el Museo Catedralicio, representan las obras más viajeras del Diocesano. Han sido reclamadas, y cedidas por la institución, para numerosas ediciones de las Edades del Hombre e incluso actualmente el visitante observa fotos de ellas sobre cartón pluma, ya que se exhiben en la muestra de arte sacro de Carrión de los Condes y Sahagún.

Las fotografías de las piezas prestadas actualmente JOSE LUIS FERNANDEZ

Otra de las piezas cedidas para una exhibición sobre moda en Toledo ha correspondido a una de las joyas del centro, el Niño Jesús procedente del desaparecido convento de San Juan de Jerusalén. Una pequeña escultura datada de finales del XVI, policromada y dorada. “Es una de las piezas que más llaman la atención al visitante, quizá por su vestimenta”, atestiguan fuentes del centro que desde 2016 forma parte de la entrada conjunta a la Catedral y el Museo Catedralicio.

Obra expuestas en el Diocesano JOSE LUIS FERNANDEZ

El Diocesano desde su inicio ha contado con exposiciones temporales, situadas físicamente en el primer ámbito del templo. Hasta la fecha, 17 han sido las propuestas artísticas desarrolladas durante seis meses, un esquema que con la irrupción de la pandemia se amplió hasta un año.

Desde los lienzos marianos de Francisco Antolínez, tablas del retablo mayor de la iglesia Barcial del Barco o las de la antigua iglesia de San Nicolás de Castroverde de Campos o una serie casullas bordadas de los siglos XV al XVII han podido descubrirse, mientras que ahora el protagonismo recae en unos libros litúrgicos procedentes de la Biblioteca Diocesana.

La iniciativa que ha contribuido a otorgar una mayor visibilidad entre los zamoranos, quienes menos conocen las dependencias, corresponde a la elección de artistas locales que exhibieran sus obras sacras durante seis meses. En el primer semestre de 2016 pudo descubrirse obra religiosa del pintor Alfonso Bartolomé. Le sucedieron creaciones de Antonio Pedrero, José Luis Alonso Coomonte, quien por primera vez mostró al público su Cruz de los ausentes integrada actualmente en el desfile de Luz y Vida; Tomás Crespo Rivera, Ricardo Flecha e Hipólito Pérez Calvo.

EL MUSEO DIOCESANO DE LA IGLESIA DE SANTO TOME ACOGE LA EXPOSICION DE ALFONSO BARTOLOME , UN HOMENAJE POSTUMO JAVIER DE LA FUENTE

Los cambios en los hábitos por el COVID también han condicionado el préstamo de las audioguías que el museo tuvo desde su inicio. El dispositivo ha sido sustituido por un código QR que permite descargarse en el móvil la información de cada uno de los elementos exhibidos.

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