Braganza, con careta y tenedor

La tradición gastronómica y cultural de Braganza volverán a fusionarse entre el 17 y el 21 de febrero durante la celebración simultánea del festival del botillo y las casulas y del carnaval de los caretos, dos eventos que suelen atraer a miles de visitantes a la ciudad lusa. La doble cita supone un estímulo también para los zamoranos, que suelen aprovechar la coyuntura para ir a pasar el día o el fin de semana a esta localidad fronteriza, ubicada a apenas una hora de viaje desde la capital de la provincia.

Conscientes del mercado con el que cuentan en Zamora, los responsables de la Cámara Municipal de Braganza presentaron este jueves, en la sede de la Fundación Rei Afonso Henriques, los detalles de "dos de los eventos más emblemáticos de Tras-os-Montes, que combinan lo mejor de los embutidos de la región con los protagonistas de lo más auténtico de las tradiciones de invierno" en la zona.

48 expositores

En la vertiente gastronómica, el festival del botillo y las casulas reunirá a 48 expositores que venderán carnes embutidas y ahumadas, otros productos de la zona, como casulas, aceite de oliva, vino, miel y licores, o distintas piezas de artesanía. El epicentro de esta cita se ubicará en la plaza de Camoes, un espacio céntrico en el que se realizarán igualmente demostraciones y degustaciones de la mano de prestigiosos chefs brigantinos.

En el marco de este festival, Braganza organizará un concurso el 20 de febrero para elegir el mejor pastel brigantino. Se trata de un dulce típico de la zona elaborado con miel, castañas, almendras y aceite de oliva que también estará a disposición de los visitantes en los distintos negocios de restauración de la ciudad.

Los personajes ancestrales

En cuanto a la parte cultural, el carnaval de los caretos reunirá en Braganza a varios centenares de mascaradas procedentes de distintos puntos de la península. La tradición dicta que es en esta época cuando los personajes ancestrales se liberan de su medio natural y asaltan la ciudad para el deleite de quienes tienen la ocasión de disfrutar del espectáculo.

Uno de los momentos más importantes de este carnaval tendrá lugar el sábado 18 de febrero, a partir de las seis de la tarde hora española, con el desfile de los grupos por las calles del casco histórico. Al cierre de la comitiva, se procederá a la quema del Mascareto, una figura de siete metros de altura, en la ciudadela de Braganza.

Ya el día 21, miércoles de ceniza, tendrá lugar la recreación de la tradición secular del Diablo, la Muerte y la Censura, una representación centenaria de la ciudad de Braganza. Unos días antes de ese cierre, el viernes 17, está previsto que la Cámara Municipal aproveche el contexto de este evento para presentar su candidatura a Ciudades Creativas de la Unesco.

La encargada de ofrecer todos estos detalles en Zamora fue la responsable de Cultura y Acción Social de Braganza, Fernanda Silva, que defendió la pertinencia de juntar ambos eventos y que subrayó la importancia de implicar a los más jóvenes en todas estas actividades. A su lado, el antropólogo Antonio Tiza incidió en la vinculación entre el carnaval y la gastronomía típica de la zona, y remarcó que se trata de elementos "complementarios".

En lo tocante a la representación zamorana, el concejal de Turismo, Christoph Strieder, reiteró la importancia de conservar la vinculación entre Zamora y la ciudad vecina, y recordó que, desde el punto de vista del Ayuntamiento, Braganza "es la ciudad más importante en las relaciones fuera de España". "Tenemos muchos proyectos comunes", apostilló.

La semana gastronómica

Strieder y el resto de los participantes en la comparecencia animaron a los zamoranos a desplazarse a Braganza para asistir a estos eventos y para participar en la semana gastronómica del botillo y las casulas, que implicará a 27 restaurantes y que se desarrollará desde este mismo sábado y hasta el próximo 26 de febrero.