Un mitin para darle la vuelta al estado de ánimo en el PSOE, insuflar ánimo y optimismo, apelar a las emociones, al "orgullo" y al "honor" de los socialistas cuando se instala en el imaginario colectivo español que la derecha ganará las próximas elecciones. Era el objetivo de este domingo y Pedro Sánchez no dudó en dejar de ser presidente del Gobierno para convertirse en un guerrero que desplegó su fuerza sobre el escenario. El concierto fue de rock del duro, nada de baladas ni canciones pop melódicas. De "Vamos a seguir luchando", "No hemos hecho esto para quedarnos aquí", "No estoy dispuesto a que el camino termine aquí", "El viaje debe continuar" fue el repertorio.  "Tengo más fuerza y más ganas que nunca de ganar las elecciones", fue el grito de Sánchez.