Dos pasos de la Semana Santa de Toro "resucitan" tras su restauración

La cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla ha cumplido el “viejo anhelo” de devolver el esplendor a dos de sus pasos señeros que han sido sometidos a un complejo proceso de restauración.

El presidente de la cofradía, Crescencio Álvarez, ha presentado este sábado el resultado de la restauración, acto en el que destacó el gran trabajo realizado por los especialistas Cristina Torinos e Ignacio Gutiérrez, artífices de la puesta en valor de “La Flagelación”, tallado por Antonio Tomé en 1708, y “La Desnudez” creado en 1959 por el imaginero conquense Luis Marco Pérez.

Reconoció Álvarez que, tras varios intentos frustrados por la falta de fondos, la cofradía ha logrado alcanzar un objetivo que se marcó la actual junta directiva cuando tomó posesión de los diferentes cargos y planteó la necesidad de ejecutar la restauración de los dos conjuntos escultóricos.

Tras llamar a muchas puertas, los párrocos de Toro, Agustín Crespo y Pedro Faúndez, abrieron la del convenio de restauración de bienes muebles de la iglesia suscrito entre la Diputación Provincial y el Obispado de Zamora.

El coste de la restauración ronda los 15.000 euros que serán sufragados al 50% mediante el citado convenio y con fondos propios de la cofradía. No obstante, en la presentación del resultado de la restauración, Álvarez subrayó que una intervención no prevista en los anclajes de las tallas que conforman los conjuntos escultóricos y ejecutada siguiendo las directrices del Museo Nacional de Escultura ha encarecido el coste de los trabajos en 3.000 euros, que serán aportados por la hermandad toresana. El presidente cerró su intervención recordando que “con paciencia y empeño se consiguen grandes logros y de eso sabemos mucho los hermanos de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla”.

Por su parte, el vicepresidente de la Diputación, Víctor López de la Parte, destacó la variedad y amplitud del patrimonio zamorano que, en ocasiones, precisa una restauración que en la medida de la disponibilidad de fondos, se ejecuta en el marco del convenio suscrito tanto con el Obispado de Zamora como con el de Astorga. Además, anunció que la institución provincial mantendrá su decidida apuesta por poner en valor el patrimonio de la provincia, a la vez que subrayó que desde el Patronato de Turismo este año se ha realizado una importante campaña de promoción de la Pasión de Toro y que se enmarca en un plan de divulgación de las Semanas Santas que se celebran en los pueblos zamoranos para mantener su esencia y una tradición con siglos de antigüedad.

Incendio de 1957

En el acto de presentación de los pasos también participó el gerente ecónomo de la diócesis de Zamora, José Manuel Chillón, que ensalzó el resultado de la restauración y destacó que ambos pasos representan el incendio que en 1957 calcinó la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina y todas las imágenes que custodiaba en su interior.

En este sentido, precisó que el paso de “La Flagelación” tallado en el siglo XVIII por Antonio Tomé “representa lo que fuimos”, mientras que el de “La Desnudez” recuerda “lo que no debimos dejar de ser nunca”, en alusión a que “es una recuperación del paso antiguo que se quemó en el desgraciado incendio”.

Además, anunció que en el marco del convenio de colaboración entre el Obispado y la Diputación está previsto impulsar la recuperación de otros pasos de la Asociación del Santo Sepulcro y La Soledad de Toro para preservar no solo su valor artístico sino también su “valor moral y religioso” muy importante en la ciudad de Toro. Chillón cerró su discurso agradeciendo la labor de un “gran mecenas”, José Navarro Talegón, que al frente de la Fundación González Allende ha impulsado destacadas intervenciones para preservar y recuperar el patrimonio toresano.

La restauradora Cristina Torinos fue la encargada de explicar paso a paso el proceso de restauración de los dos conjuntos escultóricos de la cofradía que presentaban importantes daños por el paso del tiempo, su exposición al sol en las procesiones, el “cimbreo” provocado por el movimiento al ser portados a hombros en los desfiles o por diferentes intervenciones que se han realizado “con buena intención”, pero que han contribuido a agravar su deterioro.

Así, al margen de grietas o fendas en las tallas de madera, los restauradores apreciaron otros problemas como el desgaste de la policromía, repintes, “pegotes de barniz”, ausencia total de una capa de protección o las deficiencias en los anclajes de las figuras que suponían un riesgo para la integridad del conjunto.

Del mismo modo, precisó que las tallas de madera estaban huecas y, como curiosidad, apuntó el hallazgo de cartones y de un paquete de cigarrillos de la marca “Celtas” en el interior del brazo de un Sayón, materiales introducidos para cerrar y ocultar una pérdida de soporte de madera de la talla.

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