De la siembra a la cosecha

La campaña de remolacha de Toro llega a las 203.592 toneladas recolectadas, con una riqueza del 15,75 debido al ataque de cercoespora

Agricultores proceden a la recolección de la remolacha. | Cedida

Agricultores proceden a la recolección de la remolacha. | Cedida / Irene Alfageme

Irene Alfageme

José Ramón García, agricultor toresano, lleva toda su vida cultivando remolacha, ya que es hijo de agricultores; aunque, durante tres años, tuvo que hacen un parón y dejar de sembrar, ya que, "no le daba rentabilidad". Este año 2023 volvió a sembrar esta variedad en las tierras, aunque el cultivo ha tenido perdidas de producción debido a un ataque de cercoespora, un hongo que provoca que la remolacha enferme, por lo que "la riqueza ha sido más baja de lo normal", informa el agricultor. El nivel se ha estimado en torno de 15 grados de media, cuando lo normal es que se sitúe en los 17, por lo que la producción por hectárea va a ser menor de la que se esperaba antes de campaña.

Las primeras estimaciones de la campaña en la localidad toresana, según los datos obtenidos en las muestras, apuntaban a obtener medias de 100 toneladas por hectárea y un nivel de sacarosa de 17 grados de polarización, lo que no se ha cumplido debido al ataque de cercoespora. Para prevenir las enfermedades en la remolacha es conveniente usar tratamientos fungicidas y hacer caso a las recomendaciones de los técnicos, según indica García. Los últimos datos de la campaña de remolacha en la localidad toresana, según la consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, están en: 203.592 toneladas, con una riqueza de 15,75 y un descuento de 6,04.

Para que la cosecha sea buena es fundamental la preparación del terreno por parte del agricultor, además de llevar un buen manejo del cultivo "a través de riegos, además de ceñirte a las recomendaciones de los técnicos", manifiesta el agricultor toresano. Además, también resalta la importancia de estar pendiente de los tratamientos fungicidas.

La duración de todo el proceso es de, más o menos 10-11 meses, ya que se empieza en el mes de febrero y se acaba sobre noviembre o diciembre. En ese momento es cuando se procede a recoger el producto, pero, antes, se han tenido que seguir una serie de pasos. En primer lugar, es necesario preparar correctamente el terreno, en el que se produce un primer abonado "de sementera", es decir, cuando se siembra el terrero; tras este paso, se procede a la nascencia, es decir, al efecto de nacer. En este punto "hay que aplicar riegos de nascencia, para que se pueda implantar bien el cultivo", detalla García.

Para tener una buena cosecha, el cultivo debe tener una densidad de planta optima. "Existen remolachas con 60.000 plantas, en el caso de que se sembraran 130.000.140.000 plantas por hectárea. Lo bueno sería que obtener unas 100.000-110.000 plantas por hectárea, como mínimo, para no estar limitado a la hora de la producción", recomienda el agricultor. Tras estos primeros pasos, es la hora de hacer el abonado en cobertera, y, por último, regar y realizar los tratamientos correspondientes.

Haciendo hincapié en la dimensión económica, el cultivo tiene "una importancia relativa en el conjunto de la producción agraria a nivel nacional, pero de gran importancia socioeconómica en las comarcas en las que se concentra", según informan desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Los últimos datos aseguran que la producción de la remolacha azucarera "representan aproximadamente el 0,2% de la Producción de la Rama Agraria y el 0,3% de la Producción Final Vegetal".

El negocio de la remolacha se paga a buen precio, o eso resalta García, ya que "lo normal es un precio de 71 euros por tonelada de remolacha". El agricultor toresano incide en que es un negocio que depende del mercado internacional, ya que "está manejado por multinacionales", lo que repercute a lo que pase a las cosechas que se sitúan en Castilla y León o Zamora. En la siembra de la remolacha, "se ha aumentado mucho la superficie", señala García, y esto puede ser debido a que la tonelada de azúcar, hoy en día, está a 1.200 euros. En la zona de Toro, según los datos, la superficie ha alcanzado las 6.300 hectáreas, llegando a crecer un 75%.

Según la información del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación – en el Censo Agrario 2020, ya que es el último disponible- se contabiliza un total de 3.597 explotaciones con cultivo de remolacha azucarera, "destacando Castilla y León con el 58% del total de explotaciones", detallan. En relación con las dimensiones, más del 30% de las explotaciones tienen más de 100 hectáreas y el 22% se corresponde con aquellas de entre 50 a 100 hectáreas, "aunque el tamaño medio por explotación es de 8 hectáreas", comunican desde el Ministerio.

En relación con el futuro del negocio de la remolacha, García opina que "sí que tiene futuro". "Esta administración ha apostado porque tenga futuro. No sé si por el tema de los agricultores, o por todo lo que conlleva por detrás, es decir, todos los puestos de trabajo que tiene", expresa el agricultor toresano.

Y es que, a lo largo de todas las fases de la producción de la remolacha, también llamada "Beta vulgaris", la figura del agricultor resulta fundamental, desde la siembra hasta la cosecha, ya que son ellos los que se encargan de todos los cuidados, es decir, de que salga un buen producto.