El nuevo reto de la DO Toro: conquistar Estados Unidos

El Consejo Regulador promueve una "misión inversa" con importadores para aumentar las ventas de los vinos toresanos en el mercado americano

Participantes en la acción promocional catan vinos de las bodegas de Toro

Participantes en la acción promocional catan vinos de las bodegas de Toro / M. J. C.

Incrementar las ventas de los vinos que elaboran las bodegas de la Denominación de Origen Toro en Estados Unidos. Este es el objetivo que se ha marcado el Consejo Regulador, con una nueva "misión inversa" en la que participan una decena de importadores americanos que, hasta el viernes, compartirán una experiencia inmersiva y descubrirán la extensa tradición vitivinícola que atesora Toro.

El gerente del Consejo Regulador, Rubén Gil, destacó la "diversidad" de los importadores que participan en la acción promocional, ya que trabajan en diferentes zonas de Estados Unidos como Nevada, Texas, Los Ángeles, Florida, Las Vegas o Washington.

Importadores americanos prueban vinos y escuchan las explicaciones de bodegueros en uno de los dos encuentros comerciales programados  | M. J. C.

Un importador saluda a una bodeguera en el encuentro / M. J. C.

De esta manera, el ente regulador ha logrado "abarcar todo el espectro geográfico de Estados Unidos" para intentar alcanzar su meta de aumentar las ventas en el mercado americano que, al margen de Europa, "es el más importante en volumen" para los vinos amparados por el sello de calidad toresano.

De hecho, como subrayó Gil, en la actualidad Alemania es el país en el que más bodegas de Toro "declaran ventas con importador propio", un total de 39 de las 61 certificadas, mientras que 24 industrias han logrado introducir sus vinos en el mercado de Estados Unidos, que además ofrece "mucha posibilidades para seguir creciendo".

La nueva "misión inversa" ha despertado el interés de las bodegas de la zona, ya que un total de 28 participan en los dos "showrooms" o entrevistas comerciales con los distribuidores que se celebran en los salones del Hotel Juan II de Toro, durante los que, además de presentar sus vinos, intercambian impresiones sobre "aspectos técnicos" que influyen en la "posibilidad de venta", tales como calidad, precios, envíos, marcas o etiquetas.

En cuanto al perfil de los importadores que participan en la iniciativa, Gil señaló que algunos "buscan bodegas de un corte más familiar" y vinos de gamas medias o altas, mientras que otros están especializados en industrias con un mayor volumen de producción, por lo que en el amplio abanico que conforman las firmas vinícolas de Toro pueden encontrar aquellos vinos que pueden encajar mejor en sus preferencias.

Al margen de mantener encuentros comerciales, los importadores visitarán bodegas de la zona, así como sus viñedos, para que "tengan una imagen global de toda la zona de producción".

El mercado americano, objetivo de la DO Toro

Un distribuidor comprueba el color de un vino de la zona / M. J. C.

En su primer contacto con Toro, los participantes en la "misión inversa" también han tenido la oportunidad de descubrir el patrimonio histórico artístico de la zona, además de visitar la bodega histórica del vino de Toro, con el objetivo de que puedan comprender las características que diferencian a la zona de producción de otras y la extensa tradición vinícola de la ciudad.

La acción se enmarca en las ayudas a la promoción en terceros países englobadas en la OCM del sector y, para alcanzar el objetivo de incrementar las ventas en Estados Unidos, la "misión inversa" se ha complementado con la publicación de un reportaje sobre los vinos de Toro en la prestigiosa e influyente revista "Wine Spectator".

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