La Opinión de Zamora

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La conservación del patrimonio de Toro, en buenas manos

La Escuela de Restauración de Madrid retoma las campañas de verano y recupera dos retablos en la iglesia de Tagarabuena

Los alumnos de la Escuela de Restauración de Madrid rehabilitan desde dos andamios dos retablos laterales de la iglesia de San Juan Bautista de Tagarabuena. M. J. C.

Tras un paréntesis de cuatro años, la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid ha regresado a Toro, para desarrollar una nueva campaña de verano promovida y financiada por la Fundación González Allende.

Pilar Sendra dirige la nueva campaña en la que colaboran el profesor, Iván López, y una docena de alumnos de diferentes disciplinas que cursan sus estudios en el centro madrileño.

Estudiantes acceden al andamio instalado junto a uno de los retablos del templo M. J. C.

La campaña se desarrollará durante este mes en la iglesia de San Juan Bautista de Tagarabuena y la intervención prevista se basa en la restauración y consolidación de dos retablos laterales dedicados al Cristo de la Vera Cruz y a la Virgen del Rosario.

Para proceder a la rehabilitación y consolidación de ambos retablos, de estilo barroco, se han instalado dos andamios que permiten el acceso de los estudiantes que dedicarán el mes de julio a ampliar la formación que reciben en las aulas y a trabajar sobre obras que precisan diversas intervenciones técnicas para garantizar su conservación.

Destacó Sendra que los dos retablos presentan problemas estructurales de montaje, que se van subsanando a medida que los alumnos acceden a cada uno de los cuerpos.

Además, en las dos obras se han apreciado otros problemas de fijación de la policromía original, especialmente en los dorados, que “están un poco desprendidos del soporte de madera”, y que precisan una minuciosa intervención que, como remarcó Sendra, “es tan necesaria como el primer punto de conservación, porque con la manipulación y la fricción podrían caer al suelo”.

De hecho, la directora de la campaña de verano reconoció que en el “ático” de ambos retablos, en los que han arrancado los trabajos de limpieza y rehabilitación, “empiezan a despuntar los brillos dorados”, después de que los alumnos hayan procedido a la consolidación, tanto de la policromía que se estaba desprendiendo del soporte como de la estructura, porque “hay muchas piezas sueltas y en movimiento que es necesario asegurar y devolver a su ubicación original”.

Un alumno del centro trabaja en la recuperación de la policromía dorada de un retablo M. J. C.

Sobre los retablos de la iglesia de Tagarabuena que serán recuperados, el historiador y presidente de la Fundación González Allende, José Navarro Talegón, resaltó que datan de la primera década del siglo XVIII y que los bancos los conforman cuatro columnas armónicas, aunque también cuentan con unos fanales destinados a custodiar reliquias.

La construcción de ambos retablos fue promovida por la parroquia de Tagarabuena y sus áticos fueron adornados con pinturas de Antonio Tomé que, según el historiador, es probable que fueran ejecutadas por su hijo Diego Tomé.

Campañas de verano como las que se está desarrollando en la iglesia de San Juan Bautista contribuyen a la formación práctica de los alumnos que, en los dos últimos años por la pandemia, han tenido pocas oportunidades de trabajar sobre obra.

En este punto, Sendra reconoció que la pandemia obligó a la Escuela a suspender clases o a impartirlas online, lo que ha impedido que los estudiantes hayan podido trabajar en el taller para completar su formación.

De hecho, remarcó que para los alumnos “poder trabajar sobre obra es un aprendizaje básico e importantísimo”, ya que “es lo más parecido a lo que van a encontrar en el mercado laboral cuando finalicen sus estudios”.

La directora de la campaña alabó la “voluntad” de los alumnos que colaboran en la campaña, ya que también han tenido que adaptarse a un ritmo de trabajo exigente y diferente al de las aulas.

Estudiantes preparan el material para recuperar dos esculturas de los retablos M.J. C.

Por otra parte, Sendra ensalzó la “relación” que la Escuela mantiene con Toro desde el año 1984 y reconoció que, regresar a la ciudad para formar a los alumnos “tiene una connotación especial” a nivel personal, porque participó como estudiante en una de las primeras campaña impulsadas por la Fundación González Allende.

En las diversas campañas desarrolladas en Toro el centro madrileño ha ejecutado intervenciones en centenares de obras, tanto esculturas como pinturas, piezas arqueológicas o documentos gráficos y, en la iglesia de Tagarabuena, ya recuperó el retablo mayor y otros dos laterales.

El Ayuntamiento concedió en el año 2004 la Medalla de Oro de la ciudad a la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid, distinción con la que reconoció su valiosa aportación a la protección y a la puesta en valor del patrimonio toresano.

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