La Opinión de Zamora

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Vecinos de Toro urgen una solución para el "Edificio de las Carnicerías"

Negocios de Zapateros y Trasalfóndiga notan las "pérdidas económicas" por el corte al tráfico de ambas calles y el riesgo de derrumbes

Edificio de las antiguas “Carnicerías” de Toro vallado para evitar incidentes y el paso de vehículos. | M. J. C.

Comerciantes, hosteleros y vecinos de las calles Trasalfóndiga y Zapateros de Toro han reclamado una “solución urgente” para el antiguo "Edificio de las Carnicerías”, cuyo deterioro y el riesgo de derrumbe han obligado a vallar su entorno y a cortar el tráfico.

Los afectados han trasladado sus quejas al Ayuntamiento y a los propietarios del inmueble, a los que han pedido la urgente subsanación de un problema que repercute negativamente en la actividad y en la economía de los negocios ubicados en ambas calles, porque el riesgo de desplome o la imposibilidad de estacionar vehículos en la zona retraen a los clientes.

A estas quejas se suman las de los vecinos que residen en ambas calles, por el peligro de derrumbe y por la suciedad acumulada en el entorno de la antigua edificación desde que fuera vallado. De hecho, aseguran que “el pueblo mágico está lleno de basura”.

Recuerdan los afectados que desde hace meses esperan a que las administraciones competentes obliguen a los propietarios a acometer la rehabilitación de un edificio que, por su protección estructural, no puede ser derribado, o a que actúen de forma subsidiaria para evitar posibles incidentes.

De hecho, comerciantes y hosteleros de Trasalfóndiga y Zapateros, así como los vecinos de ambas calles, se preguntan “si es necesario esperar a que ocurra algún incidente grave para actuar y para adoptar soluciones” y, en su caso, “quién sería el responsable”.

El antiguo "Edificio de las Carnicerías" fue construido en el año 1900 y, en la actualidad, está deshabitado.

El pasado mes de octubre, el Ayuntamiento procedió a apuntalar una viga de uno de los muros de cerramiento, aunque los Bomberos también tuvieron que intervenir días más tarde por desprendimientos en una fachada lateral.

Cinco meses después, el Ayuntamiento comunicó a los propietarios el inicio de la declaración de ruina del edificio, aunque al estar catalogado en el Plan de Ordenación Urbana (PGOU) de Toro, no puede ser derribado por su protección estructural.

El Ayuntamiento también adoptó otras medidas preventivas como vallar el entorno del histórico inmueble y cortar el tráfico en ambas calles y que, como critican los propietarios de negocios de la zona, repercuten negativamente en su actividad.

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