El Ayuntamiento de Toro ha notificado a los propietarios del antiguo “Edificio Carnicerías” el inicio del expediente de declaración de ruina inminente de una parte del inmueble y de ruina para el resto, aunque también ha adoptado medidas para evitar daños personales y materiales.

El edificio, enclavado en la Plaza Mayor y las calles Trasalfóndiga y Zapateros, fue construido en el año 1900 y está catalogado en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Toro, lo que limita su demolición parcial o total.

En este sentido, la concejala de Obras, Ruth Martín, precisó que el histórico edificio, por su protección estructural, no puede ser derribado a pesar de su evidente deterioro, lo que ha obligado a poner en marcha diferentes medidas recomendadas por los servicios técnicos para evitar posibles incidentes.

La resolución de Alcaldía sobre el inicio del expediente de declaración de ruina detalla que el inmueble presenta un “continuo deterioro” en su construcción y diversas deficiencias que afectan a sus condiciones de seguridad, de salubridad y ornato público, por lo que se ha procedido a instar a los propietarios a cumplir con el “deber” de conservación aunque, si no acatan su obligación, el Ayuntamiento podría acudir a la ejecución subsidiaria para aplicar “medidas provisionales” que eviten posibles incidentes.

Por el momento, ya se ha procedido a extender el vallado de la zona afectada y se ha cortado el tráfico en el entorno del edificio, dejando libres las aceras para que los vecinos puedan acceder a viviendas y locales.

El inicio del expediente de declaración de ruina conlleva además el desalojo de los ocupantes del inmueble. Otra recomendación de los técnicos es proceder a apuntalar la fachada en la zona en la que ha quedado vista la estructura por la caída del cerramiento de la fachada y el dintel del hueco situado debajo de la parte más afectada.

Una vez notificado el inicio del expediente, los propietarios, entre los que se encuentra el propio Ayuntamiento, podrán presentar alegaciones.

Parte de la fachada de la calle Transalfóndiga que ha sido apuntalada por el riesgo de desprendimientos M. J. C.

El deterioro del histórico inmueble se agravó el pasado mes de octubre cuando se produjo el derrumbe de parte de la fachada en la calle Trasalfóndiga.

Ante los daños detectados, el Ayuntamiento encargó la elaboración de un informe técnico sobre el estado de conservación del edificio en el que se detalla que, una parte, se encuentra en situación de ruina inminente, tras apreciar daños sobre el cerramiento, con pérdida del revestimiento de acabado y de la verticalidad.

El estudio también apunta que la fachada enclavada en Trasalfóndiga está abombada y desunida del forjado, fachada en la que también se ha apreciado un desplome del cerramiento hacia el exterior, con el consiguiente riesgo de caída hace la vía pública.

En el resto de la construcción, los técnicos aprecian una situación de ruina. En concreto, los elementos estructurales de madera presentan un elevado grado de pudrición y alabeo por la presencia de agua, así como actividad de xilófagos y acumulación de materia orgánica por la presencia de palomas en el interior.

Del mismo modo, los técnicos han constatado el deterioro de las escaleras de acceso a las viviendas por la actividad de los xilófagos y los excrementos de palomas, que han deteriorado su estructura “hasta hacerla impracticable”, así como grietas en los núcleos.

Las viviendas presentan las mismas patologías que imposibilitan su uso, aunque también se han detectado tabiquerías desprendidas y agrietadas, carpinterías dañadas, rotura de acristalamientos y ausencia, casi total, de acabados de protección como pinturas y barnices.

Además, las instalaciones de abastecimiento, saneamiento o de “baja tensión” no pueden ser reutilizadas por su obsolescencia y por la falta de adecuación a la actual normativa, así como por su nulo mantenimiento o reposición.

Fachada del antiguo inmueble en la parte enclavada en la Plaza Mayor de Toro M. J. C.

La cubierta del histórico inmueble presenta elementos sustituidos, pero el resto “está contaminado por la humedad y xilófagos”, por lo que “su vida útil está agotada”.

El edificio está catalogado en el PGOU como “un bien protegido con grado de protección estructural” y, en sus soportales, se ubicaron las “antiguas carnicerías” de Toro en las que se vendía carne a los vecinos del municipio y del alfoz y, en la zona enclavada en la calle Trasalfóndiga, se encontraba la panadería denominada “La Alhóndiga”.