Procesión infantil con solera

La Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén celebra este año los 75 años desde que saliera aquel Domingo de Ramos de 1949

Procesión infantil con solera

Procesión infantil con solera / B. Blanco García

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

«La procesión de la Borriquita fue presenciada por millares de fieles y con gran recogimiento religioso. Desfilaron junto al paso miles de niños zamoranos, que ponían la nota alegre de su acompañamiento en revuelo de las palmas». La crónica de este desfile bien podría valer para lo que se va a vivir hoy por las calles de Zamora, pero así se sentía ya hace décadas, muchos antes de que un 10 de abril de 1940 saliera acompañada por la Real Cofradía de Jesús en su Entrada en Jerusalén, que este año celebra los 75 años desde que se presentó oficialmente por las calles de la capital.

EL CORREO DE ZAMORA se hacía eco el 11 de abril de 1949 de la primera salida de esta cofradía el día anterior, Domingo de Ramos. «Como había sido anunciado, salió de la iglesia de al Concepción a las cuatro la típica y tradicional procesión de la Borriquita, acompañada de la nueva y Real Cofradía de Jesús en su Entrada en Jerusalén. Su presentación oficial constituyó un éxito para los organizadores y representa, indudablemente, una valiosa aportación a nuestra Semana Santa», se valoró en aquel primer domingo, haciéndose eco también «de la premura con la que han tenido que confeccionarse la túnica los pequeños cofrades y las dificultades de organización, siempre inherentes a todo lo que se empieza».

Procesión infantil con solera

Procesión infantil con solera / B. Blanco García

Pero el resultado no pudo ser más esperanzador, en unos días de Pasión que —como estos primeros de la Semana Santa de 2024— «hay buen tiempo, quizá demasiado bueno y en una animación que por momento se acrecienta, llenando hasta casi abarrotar nuestras calles y plazas céntricas». Como se puede comprobar, hay cosas que el tiempo no cambia y hace 75 años la que era una nueva cofradía contó con «un éxito que supone una realidad —base sólida— sobra la que pueden augurarse las más halagadoras esperanzas».

Buenos vaticinios

Ya por entonces, la crónica periodística vaticinaba una larga vida a esta procesión, que se disfruta de manera popular en un día de auténtica fiesta, solo equiparable a la del Domingo de Resurrección. «No vacilamos en anticipar que para el año próximo y en otros sucesivos, con duración permanente, ya se irán renovando los entusiasmos y será esta simpática hermandad infantil una de las más numerosas en la capital y de las que más contribuirán al esplendor de nuestra ya renombrada Semana Santa», apuntaba el periodista de EL CORREO DE ZAMORA en aquella crónica de la Semana Santa de 1940.

Procesión infantil con solera

Procesión infantil con solera / B. Blanco García

Lo que apenas ha cambiado en este tiempo ha sido la vestimenta de los cofrades. Como se señalaba en aquella primera crónica, «de estilo hebreo», donde la niñas «se cubren la cabeza con una toga azul celeste que cae sobre una túnica de raso blanco y los niños con un rodete o turbante de color corinto». Como acompañamiento, las tradicionales palmas, que también se han mantenido en el tiempo, con pequeñas variaciones de adornos con lazos o diferentes trenzados.

Procesión infantil con solera

Procesión infantil con solera / B. Blanco García

En definitiva, una procesión festiva y muy familiar, que contribuía —y lo sigue haciendo— a que muchos de los más pequeños de la casa tomaran su primer contacto con la Semana Santa zamorana y sus tradiciones, acompañando al grupo escultórico «La Borriquita», del escultor segoviano Florentino Trapero, que supuso un gasto de 100.000 pesetas de la época.

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