Las primeras Siete Palabras de Cristo en Toro

La nueva cofradía de Pasión pone en la calle una imponente procesión con la imagen titular del Cristo de la Luz

Siete Palabras han resonado fuertemente en la noche del Sábado de Pasión en cada uno de los cubos del Alcázar que en otras épocas fuera residencia de reyes y presidiarios.

También hubo un Rey de Reyes que, junto a otros dos presos condenados, pronunció aquellas palabras hace más de 2000 años. En esta noche de Pasión, las mismas oraciones se han elevado hacia el negro cielo toresano en boca de José Manuel de la Fuente.

Los hermanos encienden sus teas a la salida de la iglesia. | C.T.

Los hermanos encienden sus teas a la salida de la iglesia. | C.T. / Carmen Toro

Y el Cristo de la Luz, presidiendo la escena frente a cada uno de los antiguos torreones, las ha escuchado paciente mientras el sonar seco de las matracas rompía el silencio entre cada una de las oraciones. Fueron las últimas Siete Palabras de Cristo las que esta noche han marcado la cadencia del Sábado de Pasión en la que, por vez primera, la recién fundada Asociación Parroquial de las Siete Palabras ha puesto en las calles de Toro la procesión homónima, con su imagen titular del Cristo de la Luz.

El cortejo ha partido desde la iglesia de San Salvador de los Caballeros, de donde el crucificado ha salido acompañado por los hermanos, ataviados con hábito monacal de arpillera ceñido con cíngulo y sus pies, calzados con sandalias.

Penitentes durante la procesión de las Siete Palabras. | C. T.

Penitentes durante la procesión de las Siete Palabras. | C. T. / Carmen Toro

Atrás han dejado las calles Mirabustos o Caballerizas del Conde. Y al llegar a la plaza de la Colegiata, el Cristo, portado en plano inclinado, ha alzado su mirada hacia la majestuosa cúpula que corta con su filo el negro noche.

Han dirigido después su caminar por el paseo del Espolón, que han iluminado con la luz crepirante de las llamas de sus teas tras ese acto central que daba sentido a la procesión: la lectura de las Siete Palabras. Desde allí, han ido a devolver a su Cristo a su sede de la Colegiata, a cuya entrada ha sonado "Luz del Salvador", el himno compuesto por David Rivas. En el interior, los cofrades han participado de un acto íntimo de oración.

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