Opinión | Zamoreando

Sumiso Sánchez

Bajada de pantalones en Arabia Saudí, chulería y prepotencia en España ante el rey don Felipe

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una reunión de la ejecutiva federal del PSOE.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una reunión de la ejecutiva federal del PSOE. / PSOE/Eugenia Morago

Además de con el independentismo catalán y los herederos de ETA vascos, Sánchez se muestra sumiso, de una sumisión reverencial con los dirigentes de Arabia Saudí, país que siempre está en el punto de mira de la izquierda española y cuantos se arrogan la progresía como si fuera monopolio exclusivo de una ideología. El presidente ha viajado al país árabe en busca de "cooperación económica entre ambos gobiernos para la identificación y ejecución de oportunidades de inversión". Para eso el país árabe es bueno, para que jueguen allí nuestros deportistas o empresarios españoles acuerden negocios, para eso, no, salvo que se pase por el filtro del Gobierno.

La doble cara del presidente español le ha permitido exhibir sintonía económica con el príncipe heredero de Arabia Saudi, Mohamed bin Salmán, mientras destina una partida multimillonaria a la inclusión del Estado patrio en Telefónica con el único fin de protegerla del fondo soberano que preside el mismo líder árabe. Sánchez va de listo pero que se ande con cuidado, porque Salmán lo es más.

Pero no es de esto de lo que quiero hablar. Me duelen las carnes al comprobar, merced a las fotos distribuidas por la agencia saudí SPA, el notable respeto de Sánchez al príncipe heredero en el encuentro mantenido en la noche del martes en el Palacio Real de Jeda. La reverencia o inclinación de cabeza de Sánchez no ha pasado desapercibida. Lo que no hace ante el rey y jefe del Estado español, Felipe VI, lo hace con los mismos dirigentes a los que, una vez en España, critica por sus costumbres bárbaras y la creciente falta de libertades. Hipocresía gubernamental.

Esa inclinación de cabeza respetuosa, yo diría que sumisa, de Sánchez ante el árabe, pone en evidencia al presidente del Gobierno español exhibiendo siempre dos varas de medir según convenga. Bajada de pantalones en Arabia Saudí, chulería y prepotencia en España ante el rey don Felipe. Su actitud, a veces grosera y arrogante, cuando acompaña al rey de España, no hace más que retratar a un cada vez más desubicado presidente del Gobierno de España.

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