Opinión

El Centro de la Migración de Castilla y León posiciona a Zamora en el mundo

Pocas veces un proyecto de esta envergadura se encuentra con un camino tan llano

Más de dos décadas después de que catedráticos y estudiosos de los movimientos migratorios iniciaran las "operaciones añoranza" de la mano de la Diputación de Zamora para conectar la provincia con los miles de habitantes que tuvieron que buscar un futuro laboral en distintos puntos del planeta, la Junta ha dado un paso al frente al ubicar en la capital el Centro de la Migración de Castilla y León. A falta de decidir la ubicación definitiva, las conversaciones entre el Gobierno de Mañueco y la institución provincial materializarán en breve lo que fue una promesa del PP en las elecciones de 2011 para crear lo que entonces se llamó Museo de la Emigración y, más tarde, Archivo-Museo de la Emigración hasta evolucionar al actual Centro de la Migración. El objetivo es reunir en unas mismas dependencias todo el material recopilado durante los últimos años por el Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa, vinculado a la Cátedra de Población de la UNED.

A través de los Premios Memoria de la Emigración tanto en Zamora, con el apoyo de la Diputación, como en Castilla y León, con el de la Junta, se ha recopilado en las dos últimas décadas un fondo de 500 relatos, miles de cartas, fotografías y material audiovisual que corrían el riesgo de languidecer al mismo tiempo que sus protagonistas. En la actualidad, y mediante convenios con la Fundación Cooperación y Ciudadanía, se han reunido más de 50.000 documentos, parte de los cuales se han podido visualizar en varias exposiciones en América y en España. Se trata de un material tan valioso como la propia historia de la comunidad, único, y que hay que preservar y poner a disposición de todas aquellas personas que quieran indagar sobre sus antepasados para recomponer sus orígenes.

El éxito de las convocatorias en Zamora hizo que en 2022 se uniera a esta iniciativa la Secretaría de Estado de Migraciones, del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y la Secretaría General para el Reto Demográfico, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con la convocatoria de la primera edición del Premio Memoria de la Emigración Española a fin de mantener y recuperar el testimonio de los emigrantes españoles. Un salto al ámbito nacional que situaba de forma inequívoca a la provincia como referente de la emigración de los castellanoleoneses y del resto de españoles, y que ahora se ve recompensado con la sede del Centro de la Migración.

Existe la decisión y existen los recursos, tanto de inmuebles como del patrimonio que se pretende poner en valor, en este caso los fondos sobre la emigración de la comunidad que se custodian en Zamora

La emigración exterior procedente de las provincias de la región ha sido muy relevante, con más de 300.000 emigrantes hacia América desde principios de la década de los ochenta del siglo XIX hasta los años sesenta de la centuria pasada, y una intensa corriente hacia distintos países europeos que se ha relanzado con la crisis económica del siglo actual. A lo que hay que sumar el éxodo rural dentro de España. Los descendientes de esos miles y miles de emigrantes tienen derecho a buscar sus orígenes y a enamorarse de su memoria. Y Zamora se ha ganado con creces albergar el centro de referencia que brinde a ciudadanos de distintas partes del país y del resto del mundo la posibilidad de bucear en la fascinante búsqueda de sus orígenes para obtener una referencia, un arraigo, el punto hacia el que poder mirar para conocerse mejor, para explicar interrogantes familiares o para llenar espacios en blanco.

En Nueva York, cada año, cuatro millones de turistas se sientan frente a pantallas de las computadoras que contienen 50 millones de archivos en un viaje a sus raíces familiares, en busca de pistas de los más de 12 millones de inmigrantes que desde Europa y Asia, fundamentalmente, entraron a través de esta puerta a Estados Unidos entre 1900 y 1924. El futuro centro de la Migración de Zamora, sin pretender ser la Isla de Ellis, sí puede ser un reclamo que atraiga también a personas deseosas de obtener repuestas y proporcionar una rentabilidad emocional, pero también económica en una provincia que ha sufrido como ninguna primero la emigración de sus gentes y, más recientemente, la despoblación.

La voluntad institucional, imprescindible, se ha sellado con el compromiso de la Junta de Castilla y León, que nunca ha dejado de mirar hacia Zamora cuando se trataba de canalizar propuestas dirigidas a los emigrantes y a sus descendientes. El presidente de la Diputación, Javier Faúndez, ya ha ofrecido a Mañueco la sede del antiguo Palacio Provincial, un espléndido edificio modernista de Segundo Viloria en pleno casco histórico que en la actualidad alberga servicios de la institución, y cuyo traslado a otras dependencias no supondría problema alguno. Opciones igualmente interesantes a explorar son el Museo Etnográfico de Castilla y León y el Colegio Universitario en el que tiene su sede la UNED.

Existe la decisión y existen los recursos, tanto de inmuebles como del patrimonio que se pretende poner en valor, en este caso los fondos sobre la emigración de la comunidad que se custodian en Zamora. Pocas veces un proyecto de esta envergadura se encuentra con un camino tan llano. Hay que ir dando pasos para hacerlo realidad lo más pronto posible. La tentación de poner piedras en el mismo se antoja un dislate mayúsculo.