Acabemos con la desaparición del comercio de cercanía

Lo más preocupante es la desertización de las zonas comerciales tradicionales

Francisco José Alonso

Francisco José Alonso

El comercio de cercanía o de barrio se desangra a borbotones. La fiebre de los descuentos en las grandes superficies, los costes disparatados y la presión inflacionaria, así como el frenazo del consumo están hundiendo las posibilidades de supervivencia del comercio tradicional y de barrio, donde eran conocidos por sus nombres e ir a ellos a comprar era como estar comprando en casa.

Lo más preocupante es la desertización de las zonas comerciales tradicionales. Tradicionalmente eran las zonas de paseo y de compras de los vecinos. No tenemos más que darnos un paseo por los centros de las ciudades o por los lugares de paseo del barrio y es deprimente, cada vez que se pasea se ve un nuevo comercio que cierra. Después de que uno esta comprando toda la vida en las mismas tiendas, que las nombras por el nombre de su propietario, acabas pensando que te han echado de casa.

Siempre he sido contrario a las grandes superficies, pues aparte de que deprimen los barrios, al quedar los locales vacíos y en muchos casos abandonados. Descapitalizan al país ya que parte de sus ganancias salen fuera al país de los propietarios que en su mayoría suelen ser grandes fondos de inversión (sin corazón y sin importarle en daño que están haciendo, les mueve solo y exclusivamente los beneficios de sus inversiones).

Ahora la carne la compramos en bandejas, la ropa por Internet y la fruta en sitios de autoservicio en los que tienes que apañártelas para saber si la fruta está madura o no. Si quieres un mueble, vas a Ikea, que decir si se te rompe un electrodoméstico o la tele, compras otra automáticamente no la mandas reparar llevándolos al técnico como era la costumbre

En los años 80 realice una pregunta parlamentaria en las Cortes de Castilla y León, como procurador en las mismas, sobre la repercusión que las grandes superficies, tendrían sobre los comercios tradicionales. Y la respuesta entre otras, me vinieron a informar que un trabajador de una gran superficie, sustituye a 7,5 del comercio tradicional o de barrio.

Miles de comercio de cercanía-tradicionales o de barrio cierran cada año, porque las prisas y el poco tiempo que decimos que disponemos hoy día nos hace ir a lo cómodo, acudir a las grandes superficies en los que creemos encontrar todo lo que buscamos en un mismo lugar (la mayoría de las veces compramos lo que no necesitamos).

La compra en las grandes superficies nos parece los más cómodo, sí, pero también tenemos que tener en cuenta que es la más fría. La relación cliente-vendedor se está perdiendo, ya no hay los buenos días, por favor o gracias. Ahora la carne la compramos en bandejas, la ropa por Internet y la fruta en sitios de autoservicio en los que tienes que apañártelas para saber si la fruta está madura o no. Si quieres un mueble, vas a Ikea, que decir si se te rompe un electrodoméstico o la tele, compras otra automáticamente no la mandas reparar llevándolos al técnico como era la costumbre.

Lamentablemente tengo que decir (según mi opinión), que somos nosotros los causantes de que todas estas tiendas, muchas de ellas han ido pasando de generación en generación tengan que cerrar y con ellas todos nuestros recuerdos.

Son los ayuntamientos de todas las ciudades los que deben fomentar la protección y apertura de estos comercios de cercanía con subvenciones y ayudando a las tiendas que ya están funcionando antes que cierren. Pues con ello garantizan la supervivencia de las ciudades y protejan el patrimonio de las mismas, así como un modo de vida más equilibrado y sosegado. Desde aquí hago un llamamiento a que tomemos conciencia y digamos "no a la desaparición del comercio tradicional de cercanía".

Que no tengamos que ver una cerrar los comercios en los que compramos y crecimos.

(*) Presidente de la Liga Española Pro Derechos Humanos.

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