Gracias a Antonio Pedrero Yéboles. Genio hecho ingenio

No soy experto en arte. Como mucho diferencio la buena escultura y la buena pintura. Igual que diferencio e interpreto la poesía, como me inculcaron mis profesores de Lengua y Literatura José Ignacio y Fernando Primo en el Instituto Maestro Haedo. Igual puedo distinguir el buen vino de Toro, de los que no son tan buenos vinos como el de Toro.

En algún momento de mi vida, como Teniente Alcalde y Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zamora, tuve la suerte y el honor de estar en la XII Bienal de Pintura Ciudad de Zamora. Con Miguel Gamazo y Carlos Evangelista al frente. Tanto les tengo que agradecer porque tanto me enseñaron. Creo que tenía 25 años cuando asumí esa responsabilidad que me encargó el Alcalde socialista Andrés Luis calvo a principios de los años 90.

Muy joven en ese momento, seguro, para entender la relevancia del arte expresado en la pintura y la escultura. Pero de ello me quedó una mirada hacia los grandes pintores y escultores que ha tenido Zamora, genios del arte.

En algún momento también he expresado mi admiración por la escultura de Baltasar Lobo. Creo que Zamora no ha estado a la altura dándole el valor que merece al legado escultórico que lleva casi 25 años sin el lugar que merece.

No estoy de acuerdo en que se descarte el Castillo Medieval y el proyecto primigenio de Rafael Moneo. Porque la obra de Lobo y el proyecto de Moneo serían, a mi juicio, además del valor infinito de ambos, un revulsivo y una referencia para la ciudad de Zamora. Una oportunidad para el Castillo Medieval y para el Casco Antiguo de Zamora. Una oportunidad.

Hoy quiero poner en valor a otro de nuestros genios de Zamora. En el mismo nivel que Baltasar Lobo. Sin menospreciar a otros grandes artistas de aquí.

Por ejemplo a Higinio Vázquez, el imaginero de la Virgen de la Alegría, la del Encuentro, para que no me enfade mi primo Juanmi Colino, la que llevamos con orgullo en casa, la que llevaba Antonio Rodríguez.

Me refiero a Antonio Pedrero Yéboles.

Antonio Pedrero es como el alma máter de nuestra Zamora. Su obra pictórica repartida por la ciudad refleja nuestra historia, refleja nuestra visión y nuestra manera de entender el arte.

Antonio es arte. Es pintura, es escultura, es imaginería, es fotografía hecha arte. Es Semana Santa.

Pero me voy a quedar con lo mejor de Antonio Pedrero. Es bondad, es ser humano, es la persona que nos gustaría ser de mayor a todos nosotros.

Antonio Pedrero es mucho más que una referencia cultural y artística de Zamora. Y Zamora, la Humanidad, tienen que sentirse orgullosos de Antonio Pedrero.

No podría terminar este humilde relato sin añadir que Antonio Pedrero y Antonio Rodríguez era amigos. Eso. Gente increíble.

Gracias por todo, Genio del Ingenio.

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