Buena jera

Y que el Barça gane la Champions

Las exigencias de Junts y el sí del PSOE entran ya en el terreno del peor surrealismo

LaLiga - FC Barcelona vs. UD Almeria

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Luis Miguel de Dios

Luis Miguel de Dios

¿Cuál será la próxima exigencia de Junts a Pedro Sánchez para seguir apoyándole a él y a las medidas que el Gobierno lleve al Congreso? Se admiten apuestas, aunque ya se sepa que ganarán los de Puigdemony. Y la imaginación de muchos ciudadanos (votantes del PSOE incluidos) vuela hacia aquella memorable escena del camarote de los hermanos Marx de la película "Una noche en la ópera". Groucho está pidiéndole en el pasillo al camarero una cena pantagruélica y, tras cada plato del menú, Chico vocea desde dentro de la mini habitación "Y también dos huevos duros". Después se oye un bocinazo. Es Harpo, el mudo, que reclama. Groucho lo interpreta : "Que sean tres". Y así un buen rato ("Y también dos huevos duros; que sean tres") hasta que Harpo hace sonar su claxon con insistencia. Groucho remata: "No sé si es que hay niebla (viajan en un barco) o que tienes que traer media docena más". Desde esta genialidad, la frase "Y también dos huevos duros" se ha incorporado al lenguaje cotidiano para significar que alguien está pidiendo más de lo que se le puede dar. Hasta esta semana en la que los "dos huevos duros" se han convertido en una recafila de exigencias y síes que, si no fuera por la gravedad de la situación, harían soltar la carcajada.

Todo dependerá del pie con que se levante Puigdemont en Waterloo o del grado de confrontación y tortazos en la guerra Junts-ERC, en la que la citada Nogueras parece que le está comiendo el pienso a Rufián, otrora rey del independentismo más cerril. ¿Exagero? Es posible, pero ¿alguien podía imaginar hace solo unos pocos días el pacto para delegar la inmigración?

Volvamos a la pregunta inicial: ¿cuál será la próxima de Junts? A la vista de lo ocurrido hasta ahora, no será fácil acertar. No importa que el Gobierno central o el PSOE no tengan competencias o no puedan hacer nada ante el memorial de agravios (acabarán recurriendo a Wilfredo el Velloso o a Gala Placidia) que les presenten los secesionistas. Da igual. Y si no nos lo dais, os llamamos antidemócratas, centralistas y otras lindezas, votamos en contra y os tragáis la ley, el decreto y lo que sea menester. Por eso he titulado este artículo así. Porque intuyo que, en la próxima reunión, Miriam Nogueras, vicaria en la tierra del dios Puigdemont, mirará con desdén y suficiencia a sus interlocutores y dirá:

–Y que el Barça gane la Champios este año. De la siguiente edición ya hablaremos.

–Pero, hombre, ahí no pintamos nada; manda la UEFA y ni siquiera podemos recurrir a Negreira.

–Vosotros sabréis; eso son excusas de mal pagador. Si Xavi no levanta la orejona, no apoyaremos las medidas para potenciar la agricultura ni el nuevo subsidio de paro ni la autovía Zamora-Alcañices ni la reapertura de la Vía de la Plata. (Estas dos últimas obras suponiendo, que es mucho suponer, que la portavoz de Junts sepa donde están Zamora, Alcañices y la Vía de la Plata).

–A ver, Miriam, maja, ¿qué tiene que ver la Champions con la agricultura y las obras en Zamora?

–Me da igual; a mí solo me interesa Cataluña y el Barça es su mejor embajador. Ya dijo Vázquez Montalbán que el Barça era el ejército desarmado de Cataluña; y eso que Manolo era charnego.

Ante la cara de incredulidad y estupefacción de Santos Cerdán, Bolaños y demás representantes de PSOE y Gobierno, Miriam Nogueras esbozó una sonrisa supremacista y se dijo para sus adentros:

–Y eso que todavía no les he pedido que aprueben medidas para que llueva cuanto antes en Cataluña porque nos estamos quedando sin agua. O que nos trasfieran cuanto antes las competencias de "Rogativas, triduos y salmos" para que nosotros saquemos a nuestros santos y santas en procesión.

Es posible que ésta sea la siguiente exigencia. Todo dependerá del pie con que se levante Puigdemont en Waterloo o del grado de confrontación y tortazos en la guerra Junts-ERC, en la que la citada Nogueras parece que le está comiendo el pienso a Rufián, otrora rey del independentismo más cerril. ¿Exagero? Es posible, pero ¿alguien podía imaginar hace solo unos pocos días el pacto para delegar la inmigración? Creo que nadie. Sin embargo, en este asunto caben muchas preguntas. ¿A quién se van a delegar, si es que se delegan de verdad, esas competencias? Que yo sepa, en la Generalitat manda Pere Aragonés, de ERC, que no se había enterado del acuerdo Junts-PSOE. O sea, tú cedes una materia tan sensible y polémica a alguien que no la puede ejercer porque no gobierna. ¿Cabe más surrealismo, más absurdo?

Mientras tanto, que no se preocupan los culés. Si lo exige Puigdemont, el Barça ganará la champions. Los madridistas nos resignaremos.

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