Sin cilicio

Como profesor de matemáticas explico qué es Sumar

Cada partido seguirá siendo cada partido para que así cada cual mantenga su banderín de enganche

Ione Belarra e Irene Montero durante un acto de Podemos, en el Palacio de la Prensa, a 16 de diciembre de 2023, en Madrid (España). Podemos ha organizado un acto hoy para reivindicarse tras decidir romper con Sumar en el Congreso y pasar al Grupo Mixto.

Ione Belarra e Irene Montero durante un acto de Podemos, en el Palacio de la Prensa, a 16 de diciembre de 2023, en Madrid (España). Podemos ha organizado un acto hoy para reivindicarse tras decidir romper con Sumar en el Congreso y pasar al Grupo Mixto. / Ricardo Rubio / Europa Press

Francisco Molina

Francisco Molina

El éxito de la religión católica en cuanto al número de creyentes se debe sin duda a su sistema organizativo. Sistema que descubrió, o por sabiduría popular o porque Dios se lo recomendó.

Estudiemos por qué la estructura organizativa de la Iglesia es la que es. Usemos para ello la tesis de que hay Dios y que éste les inspiró. En ese caso, Dios, en la medida en que sabe lo que ha creado ("un humano tonto como él solo y sin arreglo") sabe de qué pie cojean sus criaturas.

En esa línea, condenados los humanos a "tropezar 2 veces con la misma piedra" (pecado mortal donde los haya) sabe que en el fondo todos los líderes acabarán queriendo ser un Mesías que salve a la Humanidad entera.

Por esa manía de querer ser un Mesías, Dios sabe que los líderes en vez de coger el camino de la Unidad cuando su grupo es pequeño (por aquello de que "el pueblo unido jamás será vencido" e incluso por lo de la Internacional al subrayar el "agrupémonos todos en la lucha final") van a crear, cada uno, un sanedrín que, según cada cual, predica y sabe cuál es "la verdad verdadera".

Así que buena gana de ir contra las fuerzas de la naturaleza. Como cada uno se va a creer el ombligo del mundo, que lo sea.

Y por eso inventa Dios la estructura perfecta: la Iglesia Católica

En ella, distintas organizaciones tienen, cada una, sus posesiones, jefes y manías, pero están todas unidas en la defensa del programa común: la salvación de los fieles ("o cielo o infierno", tú verás). Y eso les ha permitido aguantar más de 2 mil años.

Porque imagine usted qué habría pasado si por un lado los franciscanos dijeran: "Para ir al cielo tienes que hacer lo que te decimos nosotros y sólo nosotros". Que a su vez los jesuitas dijeran lo mismo. Y que también fueran las carmelitas descalzas las que advirtieran a los creyentes: "Oíd majos, al cielo solo se puede ir si se hace lo que predicamos nosotras. Imitaciones, no".

Los fieles acabarían siendo infieles por aburrimiento,

Bueno, pues ese es el problema de las izquierdas en España. Izquierda Unida dice que tiene la pócima para la salvación de la clase obrera. Lo cual está muy bien si no fuera porque Podemos dice lo mismo (que su mejunje es el bueno). Cosa que también hacen las izquierdas de las 17 autonomías.

Por eso surge Sumar, que trata de crear una organización estructurada como la Iglesia Católica (aunque tal vez no lo sepa).

Es decir, cada partido seguirá siendo cada partido para que así cada cual mantenga su banderín de enganche, creciendo según su fama y méritos. Prestigio y energía que se usará para que la estructura electoral, Sumar, aumente en estima ciudadana (que sólo el número de diputados puede llevar al paraíso o al infierno).

Con esta idea, Sumar nació con 15 partidos (varios de carácter autonómico y algunos de ámbito estatal).

Entre los partidos más grandes, están IU, Podemos y Más País.

Sin embargo, ocurrió algo: que apareció un cuarto partido nacional, creado en paralelo a la aparición de la coalición electoral "Sumar". Ese partido pasó a llamarse "Movimiento Sumar" (en el que por cierto se integró todo el partido Más País, salvo los de Más Madrid que sigue existiendo).

Es decir, Sumar es una plataforma electoral, mientras que "Movimiento Sumar" es un partido político como otro cualquiera

El usar la misma palabra para el paraguas que para uno de los que protegidos bajo él, es un error que está haciendo que hasta los periodistas nos armen un lío cuando de Sumar se habla.

Bueno, nada es perfecto, pero la idea de crear Sumar es útil por necesaria, sobre todo mientras las izquierdas no estén muy católicas. Paradojas de la vida.

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