Más frecuencias y mejores tarifas para que Zamora rentabilice el AVE

Tren en la estación del AVE de Zamora. | LOZ

Tren en la estación del AVE de Zamora. | LOZ / Diego G. Tabaco

Editorial

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En 2010, cuando aún faltaban cinco años para la primera llegada oficial de la alta velocidad en Zamora, la Cámara de Comercio expuso la conveniencia de llegar a un "pacto" entre empresarios, instituciones y otros agentes sociales, con el fin de obtener el máximo rendimiento de una infraestructura largamente anhelada y reivindicada. Así lo habían hecho Segovia y Ciudad Real, paradigmas de los beneficios que podía reportar el AVE a una ciudad de medianas dimensiones. Acercar la comunicación con Madrid, la urbe que más emigración zamorana absorbe, y dejar el tiempo de viaje en apenas una hora, creaba expectativas sobre la posibilidad de, al menos, funcionar como "ciudad dormitorio" de quienes decidieran trabajar en la gran ciudad, pero disfrutar de las ventajas de su tierra de origen como residencia.

Al mismo tiempo, se buscaba consolidar la provincia como destino turístico, tanto con la estación de la ciudad de Zamora como la creada en Otero de Sanabria.

Más de dos décadas después, ninguno de los dos objetivos se ha cumplido. Aquel pacto quedó en el aire y, como consecuencia, Zamora no contó con ningún plan estratégico para un tren que llega, pero que acaba pasando de largo en sentido metafórico y literal.

El AVE llegó con unos precios desorbitados que, ante el evidente malestar de los viajeros, necesitó de la intervención tanto del Gobierno central como de la Junta para crear los disputados abonos de los denominados pasajeros "recurrentes", la mayoría de ellos con trabajo en Madrid y residencia en Zamora. Pero la escasez de billetes, tanto para abonados como para usuarios ocasionales, provoca cada vez más protestas (la última, esta misma semana), sin que se halle solución definitiva. Los "extras" de algunos fines de semana deben, como mínimo, incorporarse como habituales.

Tampoco se ha convertido en el medio de transporte habitual para los turistas. Ni en embajador de los atractivos de una ciudad y su provincia, que sigue siendo una gran desconocida. Muchas veces, por descoordinación entre las distintas administraciones que tienen la competencia de divulgarla. Hay datos positivos, desde luego, aunque parecen insuficientes. Por un lado, al menos las dos principales instituciones encargadas de la promoción turística, Ayuntamiento y Diputación, caminan ya de forma coordinada. Por otro, están las estadísticas que demuestran que las paradas del AVE en Zamora no obedecían a un capricho: la línea entre Madrid y Galicia es de las que siguen incrementando su tráfico y eso incluye también pasajeros con origen o destino en Zamora, según los propios datos de ADIF.

Pero siguen pendientes cuestiones que condicionan su explotación para que una inversión multimillonaria se acerque, siquiera, a una hipotética rentabilidad. Los expertos ferroviarios calculan que la línea, actualmente, solo aprovecha el 31% de su capacidad.

Faltan trenes y frecuencias. La entrada en servicio de los nuevos Avril, que mejoraría ambos, se queda en agua de borrajas con la misma frecuencia que se anuncia por parte del Ministerio. La desconfianza crece a la misma velocidad que escalan los precios de los billetes

Faltan trenes y frecuencias. La entrada en servicio de los nuevos Avril, que mejoraría ambos, se queda en agua de borrajas con la misma frecuencia que se anuncia por parte del Ministerio. La desconfianza crece a la misma velocidad que escalan los precios de los billetes: "Si el AVE cuesta 100 euros, el turista no vendrá nunca", afirma, tajante, el nuevo responsable del Patronato de Turismo de la Diputación de Zamora.

Si hacemos una comparación estimativa del precio con otros trenes de alta velocidad que circulan entre Madrid y capitales de provincia, veremos que el zamorano es el más caro: una media de 63,37 euros por trayecto frente a los 57,76 de León o los 46,67 euros de media del AVE a Valladolid. Si el destino es Sanabria, el precio es aún más caro. Y no hay abono que valga para el turista.

La solución, podría pensarse, vendría de la introducción de los trenes "low cost", los Iryo y los Avlo, pero entonces el obstáculo es el trazado que discurre, justamente, por la provincia de Zamora.

Existen dos tramos en los que la plataforma se construyó para doble vía, aunque solo se ejecutó una de ellas: entre Medina del Campo y Coreses y entre la estación de la capital y la localidad de La Hiniesta. Así que esa vía "low cost" parece, de momento, lejana en el tiempo porque el Ministerio, en este caso, no mueve ficha.

A pesar de ello, Zamora puede rentabilizar el AVE como plataforma turística de otras maneras. Desde 2016 la capital forma parte de la Red de Ciudades AVE, en la que se inscriben 33 destinos, que tiene como objetivo facilitar las visitas de los viajeros mediante la creación de paquetes que incluyen desde la búsqueda del billete más barato, hasta alojamiento y propuestas de actividades. Esta semana, el Ayuntamiento de Zamora acordaba en la última reunión de la Red adoptar una nueva estrategia de promoción con escapadas de fin de semana y un paquete conjunto con Orense, además de acciones dirigidas a promover el turismo religioso. El concejal de Turismo estima que Zamora puede integrarse en el gran mercado turístico del futuro dada la tendencia actual del viajante de "decantarse por ciudades pequeñas".

Habrá que ver el impacto y confiar en poder encontrar la publicidad sobre los encantos de Zamora con la misma frecuencia con que se observan las de otras ciudades. El primer gran examen llega dentro de solo dos años: Las Edades del Hombre.

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