Y las abejas se quedaron huérfanas: en recuerdo del apicultor zamorano Guillermo Díez

Guillermo y sus abejas.

Guillermo y sus abejas.

Cartas de los lectores

Cartas de los lectores

Son muchas las personas que abandonan Aliste en búsqueda de trabajo, muy pocas las que vuelven o se quedan apostando por ella y por nuevas formas de vida. Hace años un joven emprendedor Alistano vio como el arte de la apicultura, dedicado hasta ahora al consumo doméstico, podía ser una de las salidas laborales, entonces emprendió un negocio familiar con el mismo amor y dedicación que a él le habían enseñado, así nació “Las Obreras de Aliste".

A mi siempre me enseñaron que si te gusta tu trabajo, madrugaras alegre, irás a trabajar contento y el triunfo y reconocimiento vendrán solos, a Guillermo le valió con eso, amar su trabajo y el éxito llegó, decenas de reconocimientos y premios que no solo era cosa de un buen producto, sino del cariño con el que lo producía. Pero hablar con él no solo transmitía la dulzura de la miel sino la dulzura agradable como persona, intento recordar a Guillermo con una cara seria y creo que no soy capaz, porque era feliz, junto q su familia, en su tierra, haciendo lo que le gustaba.

Cada feria, cada evento que promocione los productos artesanales de la tierra, ahí estaba su mesa con su trabajo.

Ayer todos nos quedamos amargos con la noticia de su fallecimiento pero con el tiempo nos quedaremos con lo importante de la vida y esa amargura se convertirá en dulzura por el legado que ha dejado, es por eso que Guillermo deja un recuerdo muy dulce no solo en la miel sino en nuestros pensamientos, un ejemplo de persona y un ejemplo de Alistano.

Hoy las abejas, sus obreras, se quedan huérfanas, pero su querido apicultor, su jefe, no morirá siempre que queden paisanos que las trate como él las trataba y verán como su artesanía no solo era el dulzor de la miel, sino el amor por su trabajo y la tierra donde lo producía.

D.E.P. Querido Guillermo

Santi Moral