Buena jera

Ya sacan a Puigdemont a escena

Del "Que te vote Txapote" al supuesto gran protagonismo del ex presidente catalán

PUIGDEMONT PRESS

PUIGDEMONT PRESS / Europa Press

Luis Miguel de Dios

Luis Miguel de Dios

No tardaron ni medio día en dar el máximo protagonismo a Puigdemont. Apenas se conocieron los resultados del 23-J y la victoria amarga de Feijóo, con y sin Vox, portavoces del PP y medios de comunicación muy afines (o rabiosamente anti Sánchez, que viene a ser lo mismo) lanzaron por tierra, mar y aire la especie de que todo depende ya del ex presidente catalán, huido desde hace seis años a Bélgica y residente a cuerpo de rey en Waterloo. Napoleón perdió allí la batalla decisiva y don Carles, instalado en la comodidad y la abundancia, sueña con la victoria final sobre el malvado Estado español mientras baja, y mucho, el porcentaje de independentistas en Cataluña. Pero, claro, los resultados electorales le brindan la oportunidad de jugar un papel en la hipotética investidura de Pedro Sánchez y, oye tú, allá que te voy y a ver si pican estos de Madrid.

Para nadie es un secreto que los pasados comicios nos han dejado un panorama de batiburrillo. Todo el mundo lleva una semana echando cuentas hasta con los dedos. Suma, resta, traza alianzas más o menos realistas y vuelta a empezar. ¿Nuevas elecciones como ocurrió no hace tanto? Es probable. Y a ver entonces a quien o quienes le echamos la culpa de esas posibles votaciones en pleno invierno, fechas, quizás, de añorar el calor contra el que hemos despotricado, unos más que otros, en julio. Para algunos, ese culpable está claro: Pedro Sánchez. En primer lugar, por no haberse dejado ganar hace una semana. Solo a un personaje satánico se le ocurre ofrecer tanta resistencia y desmentir a tal cantidad de encuestas. Esa faceta de su carácter le incapacita para seguir gobernando España, una nación en la que tienen que mandar los que han mandado siempre. Lo contrario es antinatura . De modo que Pedro Sánchez, y otros cuantos más, no pueden ser considerados españoles al cien por cien. Ni hablar, eso sí que no.

Y como el PP y Vox no han barrido (los de Abascal, incluso, ha perdido 19 escaños, cinco en Castilla y León), hay que sacar enseguida un tema que mantenga la crispación a flor de piel. Nada de esperar a que pasen unos días, a que se establezcan conversaciones o negociaciones. No, lo mejor es atacar cuanto antes y lanzar a los cuatro vientos la soflama de que todo depende de Puigdemont. O sea, el exmolt honorable dirá lo que hay que hacer y lo que no en España. Ese es el mensaje que se quiere disparar y que muchos españoles están dispuestos a comprar. De nada sirven las negaciones, obligadas, además, por la Constitución, de que no habrá referéndum de autodeterminación en Cataluña, como piden los de Junts, el partido de Puigdemont. Da igual. Lo importante para oposición y ciertos predicadores es que Sánchez pactará con Puigdemont y romperá España, como ya la ha roto quince o veinte veces, no sé, ya he perdido la cuenta.

Agosto se nos ha echado encima y el personal está más pendiente de las vacaciones, las fiestas de los pueblos, los viajes y la playa que de los estacazos por llegar a La Moncloa

¿Solución? Muy fácil: que el PSOE se abstenga o vote a Feijóo, total que lo mismo le da. A cambio Feijóo, Cuca Gamarra, González Pons y hasta Aznar le entregarán un certificado de idoneidad para ser español y alzarán al PSOE a la categoría de "Partido de Estado", condición que ha perdido durante estos años en los que ha destruido España sin importarle lo más mínimo. Y por ahí van los tiros. Feijóo sabe que, pese a ganar con claridad, no suma y a Sánchez tampoco le salen los números. Así que Puigdemont al poder. Ya hemos dejado atrás a Txapote, ya no nos sirve el eslogan; ahora hay que caminar por otros derroteros y, sobre todo, convencer a Sánchez de que no se presente a la investidura, porque, si ganara, no derogaría el sanchismo y PP y Vox se quedarían sin argumentos. Un lío, que va ocupar unos cuantos meses (o más).

Y a todo esto agosto se nos ha echado encima y el personal está más pendiente de las vacaciones, las fiestas de los pueblos, los viajes y la playa que de los estacazos por llegar a La Moncloa. Y hay muchos que iniciarán el descanso con el buen sabor de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) referentes al segundo semestre. España cuenta por primera vez con más de 21 millones de trabajadores y la tasa de paro ha descendido hasta el 11,6%, el nivel más bajo desde la Gran Recesión del 2008. En Castilla y León también han ido bien las cosas. El número de ocupados supera el millón y la tasa de paro se ha situado en poco más del 9%, cifras muy positivas y esperanzadoras. Menos mal, pensará Feijóo, que la EPA no salió en plena campaña y en alguno de los debates. ¡Qué alivio! Si no, ¿a ver a qué hubiera atribuido yo tal fracaso, no se llega a los 22 millones de empleos ni contando los camareros de la costa ya vendrá octubre, ya? Y en esas estamos. Ya veremos hasta cuándo.

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