Zamoreando

Los pintamonas

A falta de colaboración ciudadana, que las cámaras de vigilancia realicen su función

GRAFITIS PUENTE NUEVO

GRAFITIS PUENTE NUEVO / EMILIO FRAILE

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Tenemos Zamora hecha un asquito. Mientras los murales embellecen la ciudad, las pintadas la ensucian y la afean. Da lo mismo una pared, un contenedor, el suelo o un monumento. Cuando el pintamonas de turno decide mostrar su “arte” se emplea a fondo. Sólo que ni arte ni ná. Ni siquiera es una forma de expresión. Me quedo con el precioso mural del toresano Carlos Adeva que forma ya parte de un catálogo por el que muy bien se puede reconocer a Zamora. Ojalá nos convirtamos en noticia de telediario. Puede ser. Echo de menos un mural con la lozanía de los dibujos de Paco Somoza. Lo que atesora en sus cuadernos bien puede trasladarse a la calle. Ya sé que no es un artista urbano, pero es, en cierta medida, un artista universal y se debe a ello. Ahí lo dejo.

Cada vez que veo una pintada nueva en Zamora, me rebelo. Nada le digo cuando se vandaliza un monumento, "chorrateras" incluidas, entonces me pongo directamente en el disparador. Quiero firmeza y dureza por parte de la autoridad municipal. Déjense de buenismos absurdos que no conducen a nada y procedan con todo el peso que conlleva la infracción o como quieran llamar a esta situación reiterada. Son incapaces de hacer la vista gorda con un coche mal aparcado a causa de una prisa y sin embargo levantan la mano cuando los pintamonas actúan. ¡Ya vale!

La Policía Municipal, que es rápida, ha logrado identificar y por lo visto también sancionar al incapaz de turno y lo llamo incapaz porque ni siquiera es aprendiz de artista, de dibujante o de pintor, es simple y llanamente un delincuente, pero conozco los percales y sé que la sanción no será lo suficientemente alta como para que se lo vuelva a pensar. Porque, los pintamonas, son todos ellos reincidentes. Me gustaría que a David Gago no le tiemble la mano.

No voy a decir que disfracen a los pintamonas como a los herejes o presuntos herejes de la Edad Media y los expongan a escarnio público, pero casi. No quiero que ensucien la ciudad que es de todos, también de ellos, merecedora de respeto. El respeto que ellos no tienen con el patrimonio y con sus convecinos. Me parece de perlas que, a falta de colaboración ciudadana, las cámaras de vigilancia realicen su función y pongan al descubierto a todos estos vándalos que se han propuesto embadurnar Zamora.

Estando, como están, advertidos de cámaras que sí funcionan, muy seguros tienen que estar para desafiar la tecnología y exponerse a la multa. A lo mejor si los expusieran a la vergüenza pública, la cosa cambiaba.

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