El ruido y sus efectos

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Cartas de los lectores

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El ruido es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como un sonido desagradable y molesto que es potencialmente nocivo para la audición. Tiene un gran impacto pernicioso en nuestra salud, afectando al nivel de concentración en nuestras actividades, la calidad de nuestro sueño, nuestra capacidad auditiva, nuestra capacidad de comunicación y puede llegar a suponer impactos físicos como incremento de presión arterial o de la hormona del estrés, incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, disminuye la capacidad de memoria y motivación, en definitiva, afecta de forma directa a la capacidad de vida saludable.

Hay un hecho indubitado, cual es que, el ruido es un peligro para nuestra salud y sus efectos han pasado a ser considerados un problema sanitario, cada vez más importante.

Según las estadísticas, más de la mitad de los ciudadanos europeos vivimos en alrededores ruidosos, un tercio soporta niveles ruidosos que dañan y perturban el sueño y, no olvidemos que el ruido en niveles superiores a 80 dB, puede aumentar la agresividad y puede haber, según he leído, una conexión entre el ruido comunitario y ciertos problemas mentales, buena prueba de ello puede ser la demanda, cada vez mayor, de tranquilizantes y somníferos.

Sin entrar a analizar el ruido profesional o industrial, propio del ámbito laboral, quiero hacer especial hincapié, en el llamado "ruido comunitario", que es el que afecta, por ejemplo, a los conciertos al aire libre, discotecas, ruido callejero, en definitiva, al ruido comunitario, ambiental, residencial, doméstico, vecinal, etc...

Hay un tema que afecta a un sector muy amplio de la población y es relativamente reciente, cual es el originado por los sistemas y aparatos de ventilación, máquinas de oficinas, aparatos domésticos y Dios nos libre, de vecinos ruidosos y, en consecuencia, poco respetuosos con la paz ajena.

No podemos omitir otras fuentes de ruidos, especialmente, en las ciudades, como son el tráfico, así el transporte por ferrocarril, aéreo y por carretera.

Hemos de sensibilizarnos, cada día más, para evitar, en la medida que nos sea posible, causar ruidos, molestias y daños que perturben la paz y el silencio, al que tienen derecho nuestros paisanos y vecinos, en definitiva, todo ciudadano. El ruido, según numerosos estudios, origina graves problemas de salud, afectando al sistema respiratorio, circulatorio, disminución de defensas, produce insomnio, irritabilidad, depresión, falta de concentración y, en consecuencia, falta de rendimiento escolar.

La Ley 37/2003, de 17 de noviembre del Ruido, cuyo objeto es prevenir, vigilar y reducir la contaminación acústica en el ámbito nacional define la contaminación acústica como: "La presencia en el ambiente de ruidos y vibraciones, cualquiera que sea el emisor acústico que los origine, que implique molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza o que causen efectos negativos sobre el medio ambiente."

No podemos ser tolerantes con los ruidos, del tipo que sean, porque está comprobado científicamente que, son muy perjudiciales para la salud, por ello las autoridades deben vigilar que no se sobrepasen los límites establecidos, para el día y para la noche, aunque tengan que tomar medidas antipopulares, pero no olvidemos que, el derecho a la salud y al descanso en paz, son sagrados y deben ser respetados. Cultivemos el silencio.

Pedro Bécares de Lera

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