Zamoreando

Nos estamos volviendo locos

Perder las formas es otra de las lacras de nuestra sociedad

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Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Creo que nos estamos volviendo locos si no lo estamos ya. No sé si se trata de una bacteria o un virus altamente contagioso para que la sociedad del mundo mundial en general y la española en particular, digan y sobre todo hagan cosas impensables en seres humanos. Se está perdiendo con demasiada frecuencia la calidad de "humano" para añadir la "in", de inhumano.

Aunque los hechos ocurrieran en mayo del año pasado, no deja de ser increíble que un padre de 41 años dejara ciego a su bebé de cuatro meses porque no paraba de llorar y por consiguiente no le dejaba dormir. Las secuelas que padece el bebé son terribles. No quiero ni enumerarlas porque me da auténtica grima. Por muy cansado que estuviera la mala bestia, no era para hacer lo que hizo. Los niños siguen siendo víctimas propiciatorias dada su vulnerabilidad. Un bebé de cuatro meses no puede defenderse. Un pequeñin de tres o cinco años tampoco. Los energúmenos se aprovechan para descargar sobre ellos sus frustraciones, su odio, su violencia en esas mil manifestaciones que todos conocemos.

Perder las formas es otra de las lacras de nuestra sociedad. Malo entre eso que se ha dado en llamar la ‘gente de a pie’, muy malo si se trata de representantes públicos. Acaba de suceder, como quien dice. La sesión plenaria del Parlamento andaluz debatía la polémica proposición de ley de regadíos de Doñana que tiene dividida no solo a la clase política, también a distintos municipios andaluces que son como la Parrala, unos dicen que muy bien y otros que muy mal. Para gustos se hicieron los colores.

Por cierto, Sánchez que veranea, entre otros palacetes de patrimonio, también en el palacete de Las Marismillas, ubicado en tan emblemático lugar, se ha descolgado, avisando a la Junta de Andalucía que “Doñana no se toca porque es Patrimonio Nacional”. No lo entiendo, el palacete en el que veranea no entra en esto de los regadíos. Volviendo a la noticia, intervenía la diputada de Adelante Andalucía, Maribel Mora, mostrando su rechazo a la iniciativa, argumentando que “con esta ley se va a secar absolutamente Doñana”.

No conforme con lo dicho, pasó a los hechos. Se acercó al asiento que ocupa el presidente Juanma Moreno, en aquel momento ausente, arrojando un jarro de arena sobre la mesa. ¡Para qué queremos más! El cruce de acusaciones convirtió en un circo el Parlamento andaluz. Digo yo, que no hay que llegar a ciertos extremos para protestar, para mostrar indignación. Cuando se pierden las formas, cuando se pierde el respeto, se pierde también la razón aunque se tenga. ¿Será que nos estamos volviendo locos?

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