Explorando el encanto italiano: una aventura Erasmus en Brescia

La estudiante Victoria Díaz, en uno de los puentes sobre los canales de Venecia. | |  CEDIDA

La estudiante Victoria Díaz, en uno de los puentes sobre los canales de Venecia. | | CEDIDA / Victoria Díaz

Victoria Díaz

Italia, con su rica historia y vibrante vida cotidiana, se convirtió en mi hogar temporal, más específicamente, la pintoresca ciudad de Brescia.

La experiencia de viajar sola a un país extranjero para vivir durante unos meses fue un cambio drástico que nunca había experimentado. Brescia, a primera vista, parecía una amalgama perfecta entre la tranquilidad de un pueblo y la plenitud de una ciudad completa. Sus extensas zonas verdes, su imponente castillo y sus calles empedradas se fusionaban para crear una ciudad cálida y acogedora.

A pesar de que el anochecer llegaba temprano en las tardes de otoño e invierno, sumergiéndome en una atmósfera envuelta en niebla, la ciudad emanaba una energía especial.

Hospitalidad de la gente

La hospitalidad de la gente local fue una de las joyas más preciadas de mi estancia en Brescia. Rápidamente, descubrí que esta afirmación no carecía de fundamentos, ya que siempre conté con el apoyo comprensivo de alguien dispuesto a orientarme en una ciudad donde estaba aprendiendo tanto el idioma como las costumbres.

Lo fascinante de Brescia no se limitó solo a sus calles empedradas y sus iglesias históricas. La ciudad también se reveló como un punto de partida ideal para explorar las maravillas arquitectónicas y culturales de Italia.

La accesibilidad y el eficiente sistema de transporte de este país me brindaron la oportunidad de visitar numerosos pueblos y ciudades, cada uno con su propio encanto único, consolidando mi amor por la belleza incomparable de Italia.

Toda una experiencia

Mi experiencia en el programa Erasmus en Brescia fue una travesía transformadora. Desde la diversidad gastronómica hasta la amabilidad de sus habitantes y la exploración de las joyas culturales, Italia y su gente dejaron una marca indeleble en mi corazón y mente.

Este viaje no solo ha ampliado mis conocimientos académicos, sino que también me ha brindado unas valiosas lecciones de vida que llevaré conmigo mucho después de haber regresado a casa.

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