Champions

El equipo mutante de Guardiola calibra la sed de venganza del Real Madrid

Ancelotti apela a lo emocional y busca revancha por la goleada del año pasado 

Pep no se fía de Carletto y espera que se saque algo de la chistera

Imagen del Etihad Stadium en la previa del partido con el Madrid.

Imagen del Etihad Stadium en la previa del partido con el Madrid. / EFE

Fermín de la Calle

La nueva geopolítica del fútbol, reconfigurada a base de petrodólares pérsicos, ha llevado al Real Madrid a jugar cuatro de sus cinco últimas eliminatorias de la Liga de Campeones en Inglaterra (Liverpool, Chelsea, Manchester…). Lo que confirma, en realidad, que la Champions no está tan alejada de la pretenciosa Superliga de Florentino Pérez. Pero lo que se libra este miércoles en el Etihad trasciende al fútbol. Se trata de un duelo mayúsculo entre dos modelos de éxito futbolísticos (y empresariales). Uno regado con petróleo y una gestión multicultural con acento catalán y rasgos árabes. El otro es el triunfo del ladrillo y el personalismo de un presidente que controla cada rincón del Real Madrid, su obra más faraónica.

Deportivamente City y Madrid se han convertido en la némesis del otro. Con el Barça menguado por su desastrosa gestión, el Madrid reconoce en los 'citizens' a su nuevo 'alter ego'. El ying y el yang. Dos equipos que hoy se explican desde su convivencia con el otro. Guardiola terminó de matizar su City campeón mientras se relamía las heridas de aquella derrota impensable en el Bernabéu con dos goles de Rodrygo en un minuto. Ese trance perfiló su último retoque, el que hizo campeón a los 'sky blues'. El Madrid, por su parte, se ha reinventado esta temporada desde las cenizas del 4-0 del año pasado. Ancelotti ha ‘robustizado’ el mediocampo tras aquella goleada que cerró abruptamente una época gloriosa, aunque todo comenzó a marchitarse con la marcha de Casemiro y ahora Modric y Kroos apenas conviven en el campo. Carletto cocina con los ingredientes que Florentino vierte en la olla mientras Txiki abastece a Guardiola de los condimentos que este le pide.

El dilema esta noche radica en si se jugará al ajedrez, como pretende Guardiola, o a las damas, como propone Ancelotti. Carletto avisa que “habrá sorpresas ni magia, Pep puede estar tranquilo”. Los dos tratarán de imponer sus fortalezas al tiempo que rentabilizan las debilidades rivales. E incluso alternarán ambas sin desequilibrarse, obsesión de ambos técnicos “en un partido”, que como ha advertido Bellingham, “tendrá muchos partidos dentro”. Es el City un equipo con alfiles (Bernardo Silva o Grealish), torres (Rodri, Stones o Ruben Dias), reyes (De Bruyne) y reinas (Haaland). Mientras este Madrid rocoso es más diagonal y eléctrico. El swimg de Sugar Ray Leonard ante la pegada de Rocky Marciano.

Todos miran a Bellingham, que atraviesa por su momento más espeso de la temporada. El inglés dota al equipo de consistencia y comprensión futbolística. Con la pelota en los pies habla el mismo idioma que Kroos o De Bruyne, pero tiene un punto de exuberancia ofensiva que le acerca a Vinicius y Haaland. Sin embargo, el epitome del Madrid 2024 es Federico Valverde. El uruguayo es el sacrificio hecho jugador, el primer defensor y el último atacante. Este año Carletto le ha endurecido el gesto, le ha pedido más kilómetros que goles. Y ahora, con Camavinga (o Tchouameni), le guarda la espalda a Kroos y el sitio a Bellingham. Pero ‘El Pajarito’ es el comodín de la baraja, el verdadero unicornio del equipo, un número primo en una plantilla en la que Carletto dobla posiciones, menos con el charrúa.

El equipo mutante de Guardiola

Sale con todo el City que ha recuperado a Ederson, Walker y De Bruyne para este partido. Pep volverá a apostar por un equipo mutante con una línea de 4 en defensa que en ataque se convertirá en tres con Stones pasando al mediocampo para generar ventajas con Rodri en el pivote. Se volverán a manchar de cal las botas Bernardo y Grealish, dando libertad en el medio a De Bruyne y a un Foden esplendoroso con Haaland por delante. Y esta vez no estará Gundogan, lo que le resta paciencia y ese punto artesanal al City.

Enfrente Carlo alinea una defensa de especialistas. Carvajal y Mendy cerrarán los carriles, evitando el sufrimiento a un Camavinga que el año pasado fue torturado por Guardiola cargando el juego por su lado. Además será Nacho quien acompañe en el eje de la zaga a Rudiger, quien dio la clave de cómo parar a Haaland: “Hay que frenar a quienes le pasan la pelota”. Con Vinicius conectado y Rodrygo ante su víctima favorita, le toca mover ficha a Bellingham. Un jugador que Florentino se empecinó en fichar para este tipo de partidos. Un cisne entre cocodrilos.

'Superbia in praelia’ reza el escudo del City (Orgullo en la batalla). El que mostrarán esta noche en el Etihad ambos para comprobar si el City tiene el estómago lleno tras su primera Champions o si la sed de venganza blanca por la goleada del año pasado pesa más. Mucho más que un partido. Mucho más que fútbol.