El obispo de Astorga finaliza este viernes su vista pastoral en la Alta Sanabria

Araceli Saavedra

El obispo de la Diócesis de Astorga, Jesús Fernández González, finaliza este viernes en los pueblos de la Alta Sanabria su visita pastoral a las 132 parroquias incluidas en la Unión Pastoral UPA Sanabria y Carballeda. Monseñor abrió su recorrido este jueves por la ermita de Murias y la parroquia de Cerdillo y Murias, Sotillo, Limianos, la residencia Nuestra Señora Virgen del Rosario de El Puente y la parroquia de San Ciprián y Coso.

El vicario de Pastoral, José Manuel Carrasco, y el párroco Miguel Ángel Fernández acompañaron los actos en el templo, muy bien recibidos por los vecinos por la cercanía, aunque con el problema de que no tienen misa con la regularidad que desean. Solo Miguel Ángel atiende a 30 parroquias, aunque para el obispo como ha expresado en su visita, habrá que contemplar otras posibilidades como asistir a misa en los pueblos cercanos donde se programe. El padre Luis Alfredo Carrión atiende 31 parroquias, y Gregorio Contreras atiende otra treintena. "Se intentará que esté en los momentos centrales de la parroquia, como las fiestas, y los funerales" como trasladaba en algún momento de su visita pastoral de esta última semana.

"Cuanto más pequeño es el pueblo, más cálida es la acogida" reconocía el prelado en la visita a la iglesia de San Tirso de Limianos. En esta penúltima jornada visitó las parroquias más pequeñas "y más cerca del cielo" en alusión a la altitud de Murias. Sotillo fue especial por la segunda visita del obispo, la primera poco después de tomar posesión y para visitar a Miguel Ángel en su pueblo natal.

En el templo de San Tirso se vivió uno de los momentos singulares, cuando una vecina fue invitada a contar el milagro de un vecino de Sotillo, que había quedado cojo y usaba dos muletas quedó exento del servicio militar. Un día fue a San Tirso y cuando andaba por el camino al llegar a un descampado, ya cerca del templo, cayó al suelo y al incorporarse pudo andar sin necesidad de muletas. Las mentadas muletas se exhiben en el templo. En cuanto al joven que trabajaba de criado precisamente en casa de los abuelos del padre Miguel Ángel fue reclutado por la notoriedad del milagro. Limianos cobró protagonismo en las Edades del Hombre de Ciudad Rodrigo, donde la Trinidad dio notoriedad al pequeño pueblo.

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