Tras la huella de Fabián y Sebastián

El niño de nueve años, Antonio Rivera Rivera, repetía como mayordomo de los Mártires en Valer, ejemplo de la supervivencia de las tradiciones

Antonio Rivera Ribera, nacido el 27 de marzo de 2014, mayordomo de los Mártires en Valer.

Antonio Rivera Ribera, nacido el 27 de marzo de 2014, mayordomo de los Mártires en Valer. / Ch. S.

Las antigua Vicaría de Aliste vivió ayer un día histórico con la celebración en su día propio de la festividad de Los Mártires (San Fabián y San Sebastián) en Valer, Viñas, Latedo, Pobladura, La Torre y Gallegos del Campo al caer el día 20 de enero en sábado, algo poco habitual pues la despoblación rural ha obligado los últimos años a trasladar la celebración a fin de semana.

El sábado tendrán lugar en Matellanes, Grisuela y Rabanales con Principius y en Tola y San Juan del Rebollar con Kizito, dos religiosos africanos conociendo las costumbres y devociones.

San Sebastián protector contra la peste) y San Fabián, más conocidos con en Aliste con el nombre propio de Los Mártires, han sido venerados durante siglos en la única Vicaria que a lo largo de su historia a pertenecido a lo que hoy son dos países diferentes: Portugal (en el año 1145 Aliste forma ya un arcedianato bracarense en Jurisdicción Eclesiástica de Braga) y España (a partir del 1200 pasaba a depender del Arzobispado de Compostela hasta el 15 de agosto de 1888 que paso a la Diócesis de Zamora.

Desde el siglo XVI

Tras la huella de Fabián y Sebastián

Tras la huella de Fabián y Sebastián / Chany Sebastián

La devoción hacia Sebastián y a Fabián desde tiempo inmemorial para protegerse de la peste (males) cuando, sin galenos, el único remedio era la protección divina, convirtió a los dos Mártires "coloraos" en precursores de la construcción de ermitas en su honor y cofradías para rendirles culto, muchas ya existente cuando se celebró en 1600 el Sínodo de las Vicarias de Aliste y Alba.

Valer acogió la cofradía más importante de los Mártires, con hermanos de otros pueblos, castellanos y gallegos, gracias a la ubicación de su santuario justo en la antigua vereda real de Galicia, centro del pueblo y junto al río Frío, el más antiguo y obligado paso de los peregrinos del sur de la Península Ibérica hacia Santiago de Compostela ya que la única manera de cruzar el Esla era la barca de San Vicente del Barco. Entre ellos en 1567 el embajador de Venecia, Saboya y Baviera Segismundo Cavalli y en 1612 el canónigo de Córdoba Bernardo de Aldrete. La última ermita de se abrió al culto el 20 de enero de 1902 por el curas Vicente Zapatera y Rafael Gallego. Se derribó en 1962 para construir la iglesia.

Tolilla, Lober y La Torre

Tras la huella de Fabián y Sebastián

Tras la huella de Fabián y Sebastián / Chany Sebastián

Tolilla y Lober contaron con su ermita más peculiar ya que se ubicaba en La Raya de los dos pueblos y sus vecinos compartían cada 20 de enero una día campero de rezos y hermandad. En 1791 con Manuel Elías de Soto de Cameros (Obispado de Calahorra) de cura, el templo estaba "muy decente y se puede celebrar en ella". En 1785 tenia 96 feligreses, 52 de Tolilla y 44 de Lober; contaba con hermandad propia y de ella se conserva el libro de cuentas que recoge sus aconteceres entre 1663 y 1820.

Luego acogería la cofradía de la Santa Cruz congregando allí los devotos de ambos pueblos en Jueves Santo y el Domingo de Ramos. En 1884 ya estaba muy deteriorada y en los años sesenta del siglo XX fue asaltada y robada recuperando la Guardia Civil las imágenes de Fabián y Sebastián en Madrid, reinstaladas en la iglesia de Santa Inés, que ayer celebró su fiesta.

Muy importante fue la cofradía de La Torre de Aliste donde los dos mártires eran incluso mas venerados que los barqueros San Julian y Santa Basilisa (patronos de la iglesia) o la Virgen de las Nieves (patrona del pueblo).

Gallegos del Campo tenía ubicada antaño fuera del pueblo la iglesia de su patrono San Jorge, siendo la ermita de San Fabián y San Sebastián la que estaba dentro del núcleo urbano y en ella se celebraban las misas y se custodiaba el Santísimo Sacramento.

Riofrío fue otro de los pueblos con ermita y cofradía por desgracia sus santos Fabián y Sebastián fenecieron en el incendio que calcinó la iglesia de San Pedro la noche del 15 de agosto de 1969.

El mayordomo de los Benditos Mártires portaba la vara y organizaba La Función invitando a comer a cura, alcalde, familiares y allegados. En los pueblos con cofradía la convidada o pitanza era a base de un plato caliente dadas las fechas con los Santos de la Nieve: un cazo de chanfaina, o cocido de garbanzos con bacalao con vino y aguardiente.

El niño Antonio Rivera Rivera, nacido el 27 de marzo de 2014, repetía ayer como mayordomo de los Mártires en Valer, un claro ejemplo a seguir: la supervivencia de las tradiciones rurales esta en manos de las nuevas generaciones. El peligro de extinción es evidente y a la vez inminente.

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