Los niños de Sanabria se acercan al obispo de Astorga

El prelado, Jesús Fernández, visita a los vecinos de Anta de Rioconejos, Entrepeñas, Rioconejos, Letrillas y Utrera en su recorrido pastoral por la comarca

La parroquia de Anta de Rioconejos ha marcado este sábado la excepción en la visita pastoral del obispo de Astorga, Jesús Fernández González, a las comunidades de la Unidad Pastoral de Sanabria y Carballeda. Daniela, Mario, Sara Paula y Lena los cinco niños, "la alegría del pueblo", en palabras de una vecina, se sentaron en el primer banco de la iglesia por expreso deseo del prelado. En la celebración ante los 32 asistentes al templo, el obispo aludió a "estas familias que han traído los niños, les están enseñando y mostrando quién es Jesús".

El obispo, acompañado del vicario de Pastoral, José Manuel Carrasco Pascual, y el párroco, José Gregorio Contreras Vaca, inició su visita pastoral con la celebración de una misa en la iglesia de Entrepeñas donde 16 vecinos, prácticamente todo el pueblo, recibían a la autoridad eclesiástica al sol, con expectación y tañendo las campanas. El obispo, cada vez más cómodo en su visita, dedicó unos minutos a interesarse por los vecinos y comentar lo cotidiano.

Esta vez el obispo contó una anécdota sobre las estafas cuando a él mismo le quisieron timar por teléfono. Tras comunicarle que era un concurso y formularle preguntas de cine del que sabe poco y tener la sospecha de que todo lo que había contestado era erróneo, su sorpresa fue que "acerté todas". Y acto seguido la pregunta fue "el número de cuenta". Con esta anécdota advertía de no caer en estas estafas. Son unos instantes donde obispo y vecinos hablan de la familia, del trabajo, de los enfermos, de todos los temas que rompen la formalidad de estar ante el obispo. Una comunidad "profundamente religiosa" como calificó el párroco.

Una vez en el templo y tras la bienvenida del párroco y ante toda la parroquia recordaba en su homilía este "encuentro de fe y fraternidad" y este periodo dedicado por el Papa Francisco "a la palabra de Dios". En muchas de las iglesias que visita monseñor, 24 a cargo de José Gregorio, aún está el Portal de Belén y el Niño Jesús, porque en Venezuela "es costumbre tenerlo hasta el día de San Blas". Al finalizar la misa, ya en la calle, el obispo saludó a un peregrino. Los vecinos prepararon un tentempié incluidas sopas de ajo y crema de Entrepeñas preparada con calabaza, para reconfortar del frío.

Doble regalo

En su segunda parroquia, Anta de Rioconejos, le esperaba el grupo más numeroso de cuantos han recibido la visita pastoral. Tras la breve celebración, los niños recibieron un doble regalo de Fernández, que llevaba preparados los caramelos, aunque por falta de costumbre, como reconocía le costó encontrarlos. Los vecinos le trasladaron el problema del talud del entorno de la iglesia que está roto por los rodillos que pisaron para asfaltar la entrada. En Entrepeñas se le mostró un problema de goteras y la tierra acumulada en el cementerio, además de la necesidad de cambiar el tejado de uralita.

Y 12 vecinos, un número especial para la Iglesia, esperaban a Fernández en la parroquia de Rioconejos, donde realizó una celebración ante el altar de Santiago Apóstol, que le sirvió para recordar su etapa de obispo en Santiago y subrayar la figura del apóstol "para todo el noroeste en la difusión de la fe".

Al obispo se le escapan pocos detalles, así reparó en el caballo de Santiago a los pies de la imagen, que completa las tres representaciones como maestro, peregrino y matamoros, acepción que desaparece por no ser políticamente correcta. En clase de necesidades, la parroquia le pidió la limpieza del retablo mayor, algo viable "siempre que no tenga carcoma", y reparar alguna tabla en otro de los retablos.

El obispo cerró otra jornada maratoniana con la visita a Letrillas y Utrera de la Encomienda, los pueblos más pequeños de la Diócesis, pero que recibieron tiempo y atención del prelado de Astorga con el mismo entusiasmo de una comunidad numerosa.

Aunque el obispo ha destacado el papel misionero de José Gregorio con estas parroquias, los vecinos de los diferentes pueblos suscriben el buen hacer del sacerdote con sus comunidades.

Suscríbete para seguir leyendo