Un pueblo zamorano festeja tres días de tradición de Reinado

Los personajes del Rey, Virrey y Conde recorren las casas de la localidad de Castromil para pedir el aguinaldo

Los vecinos de Castromil han salido en el Día de Reyes a la calle para conmemorar la tradicional fiesta del Reinado y pedir el aguinaldo. Un recorrido en el que participaron prácticamente todos los residentes, abriendo las puertas al cortejo "real".

En esta tradicional fiesta en territorio de los Tres Reinos se elige a los personajes de Rey que este año encarna Manuel Antonio Diéguez Piornedo; el Virrey, Luis Garrido Fernández; y el Conde, Jesús Nieto Garrido.

El Rey junto con el resto de personajes se encarga de organizar la fiesta y proveer a los participantes de todo lo necesario. La festividad en la que solo participaban los hombres tenía un sentido de confraternidad entre los varones y en compartir comidas y cenas en épocas en que no eran precisamente abundantes.

El festejo del Reinado comenzaba la víspera de Reyes con la primera de las comidas vecinales en las que solo participan los hombres. Manuel Gilberto Piornedo, de 85 años, recordaba cómo era esta tradición en su juventud, cuando ejerció de Rey. En su memoria tiene vivos los 38 cántaros de vino –unos 16 litros por cántaro- 2 terneras y 8 días de fiesta de Reinado hasta que se terminaba toda la vianda.

A escote "pagamos 48 duros", el equivalente a 240 pesetas. Días antes se subía al monte a buscar la leña. Se contrataron en ese año de su reinado 2 cocineras, las únicas mujeres que participaban. Manuel Gilberto afirma que en su época todas las comidas y cenas eran a base de ternera y chorizo "no había ni bacalao, ni pulpo, que hay ahora". Empanada, sopa, chuletas y arroz con leche degustaron los 43 hombres que participaron de la primera comida colectiva del año.

Comensales de la comida de fraternidad del Día de Reyes en Castromil

Comensales de la comida de fraternidad del Día de Reyes en Castromil / A. S.

El día de Reyes unos 80 comensales, con las mujeres y los niños del pueblo y que estos días aún están de vacaciones, compartieron paella, cordero con ensalada y roscón de reyes.

Había unas normas que en estos últimos reinados se han ido cambiando, ningún varón menor de 18 años podía participar, y el que ingresaba a esta confraternidad era objeto de "una putada" que le untaran de vino y pimentón la entrepierna, como un ritual de iniciación. La única mujer que podía acudir a la fiesta era una cocinera. En esta ocasión los hombres, algunos con amplia experiencia culinaria, se encargan de la parrilla y asar las chuletas.

A la mesa se sientan el más mayor del banquete, Delfín Pérez Tamerón, y el más joven, Lucas González Rodríguez de 14 años, en el que es su segundo año de "invitado" a la fiesta del Reinado de sus mayores. Aunque vive en A Gudiña, sigue la tradición de su padre y abuelo.

A diferencia de otros pueblos, en Castromil el Reinado se ha conservado ininterrumpidamente desde que alcanza la memoria de los presentes y la transmisión verbal de sus antepasados.

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