Valer se encomienda a Santa Eulalia

El obispo de la Diócesis de Zamora reabre el templo que fue consagrado al culto el 17 de septiembre de 1963 tras culminar la reforma de las paredes exteriores

Valer reabre su iglesia por Santa Eulalia y el obispo celebra una misa. | Ch. S.

Valer reabre su iglesia por Santa Eulalia y el obispo celebra una misa. | Ch. S. / Chany Sebastián

Valer de Aliste reabría ayer al culto la iglesia parroquial tras su restauración coincidiendo con la festividad de la patrona del pueblo, Santa Eulalia de Mérida, con una misa de acción de gracias presidida por el obispo de la Diócesis de Zamora Fernando Valera Sánchez y el párroco José Alberto Sutil Lorenzo.

El Obispado de Zamora ha sido el encargado de promover y financiar las obras de restauración y recuperación del templo que han sido realizadas magníficamente por la empresa de Francisco Mateos de Tola. Los trabajos se centraron en restaurar todo el repello del exterior del recinto religioso para dejar ahora todas las paredes de piedra vista. Una actuación que ha dejado encantados a todos los feligreses.

Tras la celebración del acto religioso se ofreció una convidada a los vecinos por cortesía del Ayuntamiento de Gallegos del Río Pascual Blanco Martín, coordinado por la concejal y alcaldesa pedánea Esther Ribera Blanco.

La actual iglesia parroquial de Santa Eulalia de Mérida de Valer de Aliste fue bendecida y abierta al culto hace ya 60 años, más concretamente el día 17 de septiembre de 1963, siendo obispo de la Diócesis de Zamora Eduardo Martínez y párroco Antonio Campo González religioso nacido en Losacio de Alba que había llegado al pueblo en 1961.

Al acto asistieron los curas de las parroquias de Gallegos del Río, Domez de Alba, Lober, Samir de los Caños, Alcañices, Matellanes, Rabanales, Gallegos del Campo, Mahide, Sarracín y Bercianos, así como los claretianos Juan Casado e Isidro Sanabria (misioneros en Filipinas y Venezuela) y el padre Ferreras.

La antigua iglesia estaba ubicada en el paraje de las Cortinicas, en la margen izquierda del río Frío y fuera del casco urbano: "en pésimas condiciones y amenizaba ruina" según rezan los manuscritos de la época de Valer en el Archivo Histórico Diocesano de Zamora. Desde el primer momento el joven cura se propuso con "la ayuda de Dios y del obispo construir una iglesia nueva y mas céntrica".

Las dificultades para llevar a cabo la obra eran muchas y así era comprendido por el obispo, pero el sacerdote no dejó de insistir hasta que el prelado le comunicó la aprobación del presupuesto: "Inmediatamente reuní a los vecinos y después de dejar a un lado todas las dificultades, quedó marcada la iglesia en el lugar donde estaba emplazada la ermita dedicada a los mártires San Fabián y San Sebastián".

Las obras dieron comienzo el día 3 de agosto de 1962 siendo cura Antonio Campo González y alcalde Victoriano Santos y concejal del Ayuntamiento de Gallegos del Río Valeriano Sanabria.

Malas fechas pues coincidía con la época de la siega, acarreo y trilla. Aun así el pueblo entero cooperó a prestación personal con sus carros en el arrastre de piedras y apertura de los cimientos, al mismo tiempo que aportaron trece chopos para amaderar la nueva iglesia: "Todos cumplieron con entusiasmo y ayudaron a levantar la casa de Dios y casa común de todos los feligreses". Como peón de los maestros albañiles estuvo Venancio Martín Sanabria que aún vive.

Aunque "fueron muchos los trabajos y los sinsabores" todo quedo compensado cuando el Día 8 de septiembre de 1963, festividad de la Natividad de la Virgen quedaba terminada la obra. Las obras duraron un año y para ese período se habían habilitado las nuevas escuelas de la Portilla para oficiar los actos religiosos.

Valer celebró durante siglos la fiestas patronales el día 10 de diciembre, unas fechas intempestivas que dificultaban muy seriamente las celebraciones

El último niño bautizado en la antigua iglesia de las Cortinicas fue Julian Silva López (hijo de Atilano y Brígida) en septiembre de 1961. Derruido ya el templo para poder reutilizar sus piedras, el bautizo de Sebastián Calvo Baz (hijo de Felipe y Justa), al no haber iglesia, tenia lugar en la ermita de San Fabián y San Sebastián en la Vereda Real de Galicia, antes de ser desmontada, pues se ubicaba donde iba la nueva iglesia. Sin templo religioso Eduardo Santos Lorenzo (hijo de Lorenzo y Laura) era bautizado en las escuelas. El primer bautismo en la nueva iglesia fue el de Pura Blanco Casado (hija de Enrique y Pura).

Valer celebró durante siglos la fiestas patronales el día 10 de diciembre, unas fechas intempestivas que dificultaban muy seriamente las celebraciones, más aún si coincidía en días de lluvias.

El pueblo se asienta en un profundo valle cruzado por el río Frío, con la particularidad de que en sus orígenes las viviendas se asentaban todas en la margen derecha (ladera de la montaña donde ahora están las escuelas con numerosos manantiales para abastecerse) y la iglesia en su día bajo el patronazgo del Marquesado de Alcañices en la izquierda (las Cortinicas), con lo cual si el río se desbordaba, superaba el puente de piedra y madera y había que celebrar la misa en la ermita de los mártires Fabián y Sebastián (derecha), pero sin la procesión pues la imagen de la patrona estaba en la izquierda del cauce. Las procesiones antaño (por el siglo XVII) se celebraban entre la iglesia y la ermita.

Este fue el principal motivo de que los vecinos y feligreses decidieran cambiar la celebración a unas fechas mas propicias climatológicamente, eligiéndose el 10 y 11 de septiembre, buscando también que ya hubieran terminado las duras faenas de la cosecha veraniega. Ya en el siglo XXI surgía el problema de que en septiembre muchos emigrantes tenían que regresar a sus lugares de trabajo o estudio y no podían asistir, por lo cual se optaba por un nuevo cambio al primer domingo de septiembre.

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