Entrevista | Miguel Terrón Alcalde pedáneo de Latedo

"La aceituna de Latedo garantiza el autoconsumo de las familias todo el año"

"El 9 de diciembre abriremos de nuevo la lagar para la elaboración tradicional de aceite y ofreceremos las típicas pingadas con y miel"

Miguel Terrón Manías, alcalde de Latedo, localidad famosa por sus olivos. | Ch. S.

Miguel Terrón Manías, alcalde de Latedo, localidad famosa por sus olivos. | Ch. S. / Chany Sebastián

Miguel Terrón Manías, nacido en plena posguerra, el día 4 de agosto de 1949 en Latedo, es el más claro exponente del alistano de pura sangre que aún amando a su tierra de origen se vio obligado a emigrar para buscarse la vida por Suiza, Italia, Alemania y España, hasta que jubilado cumplió su promesa de volver a ella. Hoy, con 74 años, es el alcalde pedáneo de Latedo.

–¿Qué supuso para usted nacer y crecer en Aliste durante los duros años de la posguerra?

– Una suerte, pues siempre me sentí alistano, nunca renegué de mi tierra, humilde, sí, pero acogedora como ninguna y con unas gentes sencillas, abiertas y acogedoras que son, sin lugar a dudas, su principal valor. Tras la Guerra Civil llegaron unos años donde en los pueblos alistanos vivimos la época de mayor esplendor poblacional y a la vez de más necesidades. Éramos muchos y había poco: la práctica totalidad de las familias vivíamos de una agricultura y ganadería de supervivencia. No llegamos a pasar hambre porque nuestros padres y madres, abuelos y abuelas se mataron a trabajar para que no faltase un plato de comida y un cacho de pan, pero sí hubo necesidades.

–Latedo, tierra de emigrantes, ¿cómo se inicio el éxodo rural?

–La historia era la misma en todos los pueblos, siempre había uno que se lanzaba a la aventura y una vez que se asentaba regresaba al pueblo e iba arrastrando a sus paisanos. En el caso de Latedo fueron el señor Benito y su mujer los primeros en emigrar con sus cinco hijos al Locarno, el cantón italiano y zona turística de Suiza en Los Alpes, junto a Italia. Ellos fueron los encargados de abrir la puertas y el camino y con su apoyo les seguimos los jóvenes, aquí se quedaron solo los mayores.

Los actos comenzarán a las 10 horas con una ponencia y taller de iniciación a la cata de aceite impartidas por la Asociación Cultural y Patrimonio del Aceite "Olearum":

–Usted ha sido el alistano errante, ese que se va con la promesa de volver y vuelve.

–En 1966, con solo 17 años y lo puesto, llegué a Locarno y Ascona donde como todos, me inicié en la hostelería, pero mi deseo por aprender idiomas me llevó hasta Alemania donde trabajé como fresador en Friburgo, que está muy cerca de Suiza. Ya hablando con soltura alemán regresé a Locarno donde seguí trabajando y ahorrando hasta que tuve lo suficiente para regresar a España y establecerme como empresario en el sector de la hostelería y de las discotecas en Madrid, durante cuarenta y cinco años hasta jubilarme, cuando pude cumplir mi sueño de regresar a vivir y ser feliz en Latedo.

–¿Cómo se presenta la campaña de recogida de aceitunas?

–No muy buena, la verdad. El pasado año fue mala y este año vamos por el mismo camino. Las fuertes lluvias de la primavera dañaron mucho la flor de los olivos y luego tuvimos un verano muy seco. La próxima semana comenzaremos con la recogida de aceitunas, quizás no haya muchas, pero parece que la variedad santuliana, la mas abundante, tiene aceitunas muy gordas, con lo cual esperamos recoger.

–El aceite de oliva se ha con vertido en un artículo casi de lujo y prohibitivo por su coste. En esto sois unos afortunados.

–Aquí prácticamente todas las familias tienen olivos. El rendimiento medio se sitúa en el 25%, con lo cual su recoges 200 kilos de aceitunas cosechas unos 50 litros de aceite puro de oliva que te dan para todo el año. Por suerte tenemos el ancestral lagar, muy laborioso para la mayor parte de los vecinos, que somos mayores, por lo cual nos es más factible recoger las aceitunas y llevarlas para la extracción del aceite a molinos en poblaciones cercanas de Portugal como Argoselo, Caçarelhos y Braganza.

–¿Dónde está la virtud de La Raya para ser tierra de olivos de abundante fruto?

–La realidad es que resulta cuando menos extraño, pues en la mayor parte de Aliste, los olivos ni existen. Sin embargo en pueblos como Latedo, San Martín del Pedroso y Villarino tras la Sierra son uno de los árboles que mas abundan y más productivos. Quizás ayude el terreno pero seguramente sea que tenemos un microclima especial. Nosotros en Latedo tenemos olivos muy antiguos que quizás tengan más de 400 años, son muy gordos y siempre los hemos conocido así. Aquí plantas un olivo y a los tres o cuatro años ya dan aceitunas. Yo planté algunos hace ocho años y ya dan treinta kilos de olivas. Es un árbol que quiere la solana y donde no le de mucho el aire. Nunca en altos y abeseo. Crecen mucho, pueden llegar hasta los 12 metros de altura y por ello hay que podarlos, porque si no luego es un muy peligroso quitar las aceitunas. La leña es muy buena y apreciada para la lumbre. Incluso las ramas verdes recién cortadas arden muy bien porque tienen una sabia que es como aceite.

La mañana se completará con la apertura a las 11.30 horas del lagar para iniciar la producción de aceite y media hora más tarde la elaboración de pan tradicional en el horno comunal de la tía Emilia.

–¿Cómo y cundo serán este año las XVII Jornadas de Producción Artesanal de Aceite de Oliva y Elaboración de Pan?

–Hemos elegido el 9 de diciembre y los actos comenzarán a las 10 horas con una ponencia y taller de iniciación a la cata de aceite impartidas por la Asociación Cultural y Patrimonio del Aceite "Olearum": con su presidente Francisco Tapia Lorenzo y Jesús Ángel Blanco de la almazara de Soleare de Herguijuela de la Sierra en Salamanca. Las plazas son limitadas hasta completar el aforo por orden de llegada. La mañana se completará con la apertura a las 11.30 horas del lagar para iniciar la producción de aceite y media hora más tarde la elaboración de pan tradicional en el horno comunal de la tía Emilia.

–Gastronomía tradicional alistana, ¿cuál es el objetivo?

–Tenemos unos productos agroalimentarios y frutos del bosque que son auténticos manjares y queremos que la gente los conozca, los deguste y los disfrute. La comida en El Cruce de Trabazos, mediante reserva, será preparada por la cocinera María Gago a base de cocido alistano con sopa, garbanzos, chorizo, costilla adobada, carne de ternera alistana, pollo, pizpierno, lacón y panceta curada, con tarta de cuajada con frutos de otoño: doce euros para los niños y dieciocho para los adultos.

–¿Podrán interactuar en las faenas con los vecinos del pueblo?

–De eso es de lo que se trata, trasmitir las costumbres, tareas y tradiciones a las nuevas generaciones para que las sientan como suyas y así preservarlas. Por la tarde culminaremos, a partir de las 16 horas, la producción del aceite para que conocer y vivir su proceso a la más pura usanza en un molino de sangre movido por un caballo. Ofreceremos una degustación de las tradicionales pingadas con miel de Aliste. Como novedad plantaremos un jardín de olivos con diferentes variedades de olivos y contaremos con el folclore de Aulas de Música de Aliste y Tras os Montes. La organización corre a cargo de la asociación de vecinos "La Lagar" con apoyo del Ayuntamiento de Trabazos y Diputación de Zamora.

–Latedo cuenta con el único molino de sangre de Aliste ¿Cuál es su funcionamiento?

– Molino de sangre es aquel que utiliza la fuerza animal para la molienda. En nuestro caso consta de una pila de granito e irrompible de un estilo y material similar las pilas bautismales de las antiguas vicarias que los canteros elaboraban con las piedras graníticas extraídas de las canteras de Fornillos de Aliste y del Monte Pedroso en Nuez. Con respecto a los molinos harineros de agua la principal diferencia seta en que en estos las moliendas giran horizontalmente y en el lagar la miela gira en sentido vertical movido por una caballería que va dando vueltas como en las antiguas norias. Se dice que en los orígenes, los molinos de sangre eran movidos por los hombres. En Latedo se han utilizado desde bueyes y vacas de la raza autóctona alistana, caballos, yeguas o mulas. Las burras se utilizaban en Aliste para las norias, pero no en los lagares, ya que el peso de las piedras requiere de mucha fuerza.

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