El pueblo de Zamora con más lobos que ganaderos

Una ganadería de mil ovejas de leche en Fresnadillo de Sayago sufre dos ataques del cánido con tan solo 48 horas de diferencia entre ellos

Imagen de archivo de una lobada en el mismo municipio en 2018. | J. F.

Imagen de archivo de una lobada en el mismo municipio en 2018. | J. F. / Irene Barahona

En Fresnadillo de Sayago hay más lobos que ganaderos. Otras doce ovejas han aparecido muertas tras el último de los ataques que este pueblo al sur del Duero ha vivido, un lugar cuyo nombre es frecuente en los registros de ataque de este cánido, que ha fijado su mirada en las cuatro explotaciones que aun sobreviven en el municipio.

"Nosotros somos la minoría", reflexiona Juan Manuel Garrote, el pastor cuya explotación ha sido asediada por al menos tres lobos durante el fin de semana, cuando se produjo el último ataque: de las doce ovejas churra muertas, de dos de ellas solo encontraron la carcasa, habían sido devoradas, "las otras diez las mataron por matar". Los cánidos no dejaron casi testigo de los dos cuerpos de las churras, cada una de ellas de más de 70 kilos, lo que ha dejado claro al ganadero de que no se enfrenta a tan solo un ejemplar.

En Fresnadillo el número de ataques no ha hecho más que crecer en los últimos años, mientras que las explotaciones ganaderas como la de Garrote, parecen, van a desaparecer en cuanto él y otros tres compañeros de oficio lleguen a la jubilación. Los cuatro ganaderos rondan ya los sesenta años, mientras parece que ningún joven del pueblo recogerá el testigo de esa generación. "Somos muy poquitos los que quedamos y cada vez menos".

Las sombras que persiguen a Garrote son las mismas que rondan al sector primario en la provincia. Él trabaja una cabaña de más de mil ovejas churras de leche, la ganadería más representativa de Zamora, que encuentra en el ovino su mayor identidad gracias a guardar una de las mayores cabañas del país. Sin embargo, la falta de relevo generacional auguran un futuro difícil en Zamora, donde cada vez, quedan menos ovejas que contar: en 2012, la provincia contaba con 700.000 cabezas en su censo, mientras que en 2022 se contabilizaban 540.000 ejemplares.

Este ataque a doce ovejas de la explotación de semiextensivo llegaba tan solo dos días después del último que Garrote había podido contabilizar, cuando pudo certificar la muerte de tres ovejas por causa del cánido.

La última lobada en Fresnadillo de Sayago a doce ovejas, dos de ellas devoradas. | Cedida

La última lobada en Fresnadillo de Sayago a doce ovejas, dos de ellas devoradas. | Cedida / Irene Barahona

"Sabemos que cuando vayamos por la mañana no sabemos que vamos a encontrar", dice agotado el ganadero sobre ataques que se repiten a cada semana, tanto de noche como de día: "En agosto y julio casi la mayoría fueron por la mañana", explica sobre un año en el que casi todos los meses ha tenido que dar parte de las bajas.

A pesar de los retrasos en los pagos por la inclusión del lobo en el Lespre, el ganadero ya ha cobrado todas las bajas pendientes del último año. A pesar del dinero, los ataques dejan una mella profunda en la explotación difícil de reparar con compensaciones económicas, las secuelas que "quedan", tanto en el rebaño como en el pastor, son irreparables y difícilmente comprensibles, "esto es para el que lo vive día".

Después de un ataque las pérdidas económicas van más allá de las muertes de ovejas. En el plano personal, los ganaderos se sienten cada vez más abandonados tras soportar ataque tras ataque, "aguantar es duro y complicado, cuando la gente de las oficinas se preocupen ya será tarde", explica de un lobo que además de ovejas, mata aún más a un sector en el que los jóvenes no encuentran un futuro.

Los días siguientes a los ataques, los rebaños empiezan a dejar ver las otras consecuencias: abortos, bajadas de leche y ovejas marcadas por mordidas que aunque vivas, la experiencia de Garrote avala que tras el ataque el animal deja de comer y acaba por fallecer a las pocas semanas del ataque. "Esa oveja dura dos meses pero en ese momento no lo viste", explica con amargura sobre como, haga lo que haga, estas también "se van" a pesar de sus esfuerzos.

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