Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo

La asociación la IAIA dona cerca de un centenar de prendas a los residentes del centro San Juan Bautista

Entrega de mantas tejidas por voluntarios para los mayores de la residencia de Ferreras de Abajo | .|ARACELI SAAVEDRA

Entrega de mantas tejidas por voluntarios para los mayores de la residencia de Ferreras de Abajo | .|ARACELI SAAVEDRA / Araceli Saavedra

Con mucho color y mucha calidez Virginia Anta hacía entrega de las mantas solidarias a los 72 residentes de la residencia San Juan Bautista de Ferreras de Abajo, como gesto de solidaridad hacia los mayores en colaboración con la asociación La Culebra no se calla.

Unas mantas tejidas a ganchillo con lana virgen y donadas por las personas voluntarias de la Asociación de labores solidarias de la IAIA, de la Red Solidaria, especialmente de los grupos de Sanabria y Carballeda, aunque se han recibido de toda la región y de comunidades cercanas como Madrid.

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo / Araceli Saavedra

Las dos asociaciones quisieron hacer un reconocimiento a los mayores de este centro que sufrieron dos evacuaciones, el pasado verano, por los incendios. La gerente de la Residencia, Estela Mistal, recibía la primera de las mantas, de las que se repartieron casi un centenar. Virginia Anta y Montse Martínez hicieron la entrega personalizada, atendiendo a las preferencias de cada uno de los mayores.

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo / Araceli Saavedra

“Para ellos es muy importante y más ahora que viene menos gente para visitarlos” reconocía Estela Mistal. La gerente señalaba los momentos duros que se vivieron el pasado verano, cuando “nadie esperábamos que nos evacuaran dos veces. La primera vez se había quemado mucho y nadie esperaba que en el segundo”. En la segunda evacuación “había personas que no querían salir”. Una evacuación “que fue muy complicada” y que obligó a trasladar a los mayores a diferentes centros de Sanabria, Zamora, Benavente o Camarzana.

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo / Araceli Saavedra

Manuel Martínez, el usuario más mayor de la residencia con 106 años y de San Pedro de Ceque, recibía una manta de mano de las voluntarias. Hermelinda Mateos recibía esta manta como un regalo inesperado por su 88 cumpleaños. Su nombre “lo trajeron de Brasil. Vino un tío mío que preguntó qué nombre me iban a poner si era niña, y como no sabían, propuso Hermelinda porque él ya tenía una chica que se llamaba así”. Celebró con su familia, en Olleros de Tera, su onomástica y ese día va al santuario de la Virgen de Agavanzal para pedir “que me ayude”.

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo / Araceli Saavedra

Pepa Martín Aparicio de 103 años es una gran lectora de periódicos, una costumbre que le inculcó su padre “para mantener la mente abierta” además de comentar y dar su opinión. Recuerda que un familiar le pagó a su padre una suscripción a un periódico por un año algo que recuerda con mucha intensidad. Su periódico de cabecera es La Opinión que lee todos los días para poder comentar las noticias en un taller donde se comentan la actualidad. Nació el 19 de septiembre de 1919 en Moreruela y está ilusionada con el homenaje que le van a preparar por su cumpleaños.

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo

Mantas solidarias para los mayores de Ferreras de Abajo / Araceli Saavedra

Victoriano Canas, uno de los residentes de 94 años, que lleva poco tiempo en el centro, fue de los que no salió de su pueblo en la segunda evacuación. En el primer incendio le evacuaron hasta Vidriales pero después de eso no quiso volver a salir.

Una manta de colores llamativos y alegres se impone a la hora de elegir, aunque los caballeros en general la prefieren un poco más oscura. La mayoría de las mujeres fueron consumadas tejedoras y bordadoras, labores que no han olvidado y que a través de la Asociación la IAIA pueden retomar para hacer mantas solidarias para otros colectivos desfavorecidos o vulnerables, como recordaba Virgina Anta. El último envío importante fue para los campos de refugiados en Siria.

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