Los Reyes llegan a La Culebra con una manta bajo el brazo
Las asociaciones La IAIA y La Culebra no se calla entregan en la residencia de Villardeciervos las primeras 40 prendas tejidas por grupos de voluntarios
Los residentes y el personal del centro La Sagrada Familia de Villardeciervos recibían las primeras 40 mantas de lana tejidas “con mucho amor y mucho cariño” por voluntarios de la Asociación de Labores solidarias de la IAIA, reparto que se hacía con la colaboración de la Asociación La Culebra No se Calla.
La entrega de las prendas de lana extenderá a las residencias de la tercera edad de Ferreras de Abajo y Tábara en próximas fechas.
Las mantas han viajado solidariamente desde Ávila, Salamanca y León, y desde los grupos de tejedoras más próximas de Puebla, Mombuey, Robleda, Peque y Anta de Rioconejos.
La asociación La IAIA participa en una campaña publicitaria en el Metro de Madrid, con el lema “No hay ovillo” animando a colaborar con la asociación e invitando a donar ovillos para repartir entre todos los grupos que tejen solidariamente y a organizar “seranos” en los pueblos donde hacer “lanoterapia”.
La responsable de Proyectos Solidarios, Virginia Anta, explicó a los mayores este proyecto “tejer como terapia con grupos de tejedoras repartidos por toda España, en centros de mayores, y en zona rurales con proyectos intergenaracionales como el IES y el CEPA de Sanabria que une desde niños y mayores”.
Estas prendas se elaboran “con un fin solidario”. En este caso “a través de la asociación La Culebra no se Calla, hemos querido hacer un homenaje a las tres residencias de los pueblos afectados en el incendio porque queríamos visibilizar todo lo que ocurrió ese verano” y el desalojo de los centros. Con esta entrega “queremos dar un abrazo solidario” al tiempo que María Ángeles Valiente, en representación de La Culebra no se Calla” invitaba a los mayores a participar con el proyecto tejiendo prendas. Como recordaba Anta “todavía sois útiles y tenéis mucho que aportar a la sociedad”.
Virginia Anta hacía entrega de la primera de las prendas a la directora del centro que recogía la manta de lana pura de merina para “arropar” a los mayores que se pongan enfermos para que se curen pronto. Con mucho colorido y con mucha calidez, uno a uno -Roque, Ilusión, Rosario, Remedios,etc.-fueron recibiendo este regalo de Reyes anticipado.
María Gallegoo Gallego, de 99 años, recibía con especial agradecimiento la manta que le recordó a su colcha blanca de 62 cuadros de ganchillo que ahora en casa nadie pone, salvo yo”. Y pregunta si “está tejida con agujas del tres”. Como esta vecina de Codesal muchas mujeres tejieron desde la infancia hasta bien entradas en años, una bolsa con restos de lana y una toquilla son compañeras de pasos por la residencia.
Se resiente de “los huesos que ya están gastados” pero también porque trabajó toda su vida “en la labranza, haciendo ganchillo, todo lo que podía de costura lo hacía yo. Tener ánimo es lo que te vale” dice con una gran “chispa” y un “aquí estoy yo”. Al tener muchos años “no tener a los hijos aquí y tener que arrastrar leña para hacer lumbre” decidió ir a la residencia. Recuerda con lucidez el incendio de la Sierra y más en concretamente que afectó La Sierra en aguas vertientes de la Sierra, el Carrilón, yendo para Mahíde”. Por causa del fuego “nos llevaron de los valles para allá, por si llegaba aquí”, concretamente fueron trasladados a Benavente.
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