Fiestas en San Vicente de la Cabeza: Adorar sí, pero sin besar

San Vicente se coloca bajo la protección del “Pan Bendito” y la reliquia del mártir contra la viruela y la rabia cambiando el beso por la genuflexión

San Vicente de la Cabeza venera a s patrón en la tradicional procesión y entrega del ramo. | |  CHANY SEBASTIÁN

San Vicente de la Cabeza venera a s patrón en la tradicional procesión y entrega del ramo. | | CHANY SEBASTIÁN / Chany Sebastián

San Vicente de la Cabeza celebró ayer la ancestral tradición de venerar a San Vicente Mártir en su día propio al caer el 22 de enero en domingo.

La despoblación rural ha causado estragos en el pueblo dejando entre semana personas de la tercera edad, lo cual lleva a que si dicha festividad coincide de lunes a viernes se traslade a sábado o domingo. Muy atrás, han quedado perdidos aquellos tiempos donde San Vicente rebosaba vida con 307 habitantes por 1960. Hoy día solo quedan inscritos en el padrón 89 personas.

Historia de la tradición

San Vicente Mártir volvía a salir en procesión alrededor de la iglesia portada por los mozos Iván Fernández Ferrero y Víctor Fernández Caballero, para luego celebrarse la santa misa oficiada por Pedro García González. Las mujeres volvieran a hacer la ofrenda del “Pan Bendito” y se daba a adorar la reliquia: según la creencia popular un hueso de la cabeza del mártir. El mayordomo fue Fabri Mata Baladrón junto a su esposa Pura Alonso Blanco.

Valeriano Martín Vaquero, como mayordomo de la iglesia, preparó el templo y las campanas volvieron a repicar de la mano de Adrián Blanco Rivera, Paulino Blanco Garrido y Emiliano Peláez Vaquero (hijo del campanero mayor Francisco Peláez Blanco de 94 años). Isabel Fernández Pelaéz, –hasta ahora lo hacia Atillana Blanco Garrido–, fue la encargada este año de pedir la licencia antes de que sus compañeras cantaran el ramo.

La crisis sanitaria global originada por la pandemia han traído cambios obligados. Antaño los devotos y devotos besaban la reliquia algo hoy día imposible de hacer por cuestiones sanitarias. Por ello los feligreses pasaron ante la reliquia y con una genuflexión, doblando la rodilla hasta el suelo, la rindieron reverencia.

Manuel Cid y Monroy el visitador del Arzobispado de Compostela que en el verano de 1791 recorrió todos los pueblos de las Vicarías de Aliste y Alba ya dejó constancia escrita y trasmitió al entonces Arzobispo de Santiago Sebastián Malvar y Pinto la existencia de dicha reliquia.

En aquellos tiempos, hace ahora 232 años, siendo cura el presbítero Tirso Fraile (nacido en Trabazos), el pueblo situado a la vera del río Aliste, contaba con solo 26 vecinos (familias con casas abiertas) y 80 personas de comunión (confirmadas).

Adorar sí, pero sin besar

Adorar sí, pero sin besar / Chany Sebastián

El visitador dejaba constancia de su puño y letra de que: “En esta iglesia y altar separado existe una reliquia de San Vicente Mártir, la que se di ser un hueso de la cabeza del santo. Tal reliquia la vienen a adorar muchas personas, tanto del país como de fuera de él, especialmente las que se hallen tocadas del mal de la rabia para el que parece ser muy probada y de mucha virtud”.

La rabia y la viruela eran dos de los males que más mortandad causaban en la población en la comarca de Aliste. Fue así como los alistanos y alistanas buscaron remedio en la protección divina con el sagrado “Pan Bendito” de San Vicente Mártir.

Cada 21 de enero las madres y abuelas preparaban en la “Artesa” con agua, haría y “hurmiento” las hogazas de pan casero cocidas luego en el horno casero calentado con leña de jara y escoba.

Llegada la mañana del 22 de enero padre y abuelo salían con la burra, portando en las “Alforjas de Feria” (se utilizaban para ir a ferias, fiestas y romerías) las hogazas, camino de San Vicente de la Cabeza. Durante la ofrenda el pan era bendecido y ya con sus propiedades curativas regresaban al pueblo de origen donde se partía en trozos comiéndose primero los miembros de la familia y dándole luego también a los animales: burras, perros, gatos, vacas, gallinas, ovejas y cerdos. Se guardaba parte del pan “Por si las cosas venial mal dadas”. Cuenta la leyenda que el pan bendecido se conserva todo el año.

Era invierno y el viaje a pie o en caballería hasta San Vicente de la Cabeza no estaba exento de complicaciones e incluso riesgos pues la iglesia está situada en la margen derecha del río Aliste y había solo un pequeño puente de pilastras de piedra y plataforma hecha con vigas de fresno, ramas y tierra, que era sobrepasado por las aguas en épocas de crecidas: “Por San Vicente, almuerza y vente, que, si esperas a cenar, no podrás pasar” dice el refrán.

Adorar sí, pero sin besar

Adorar sí, pero sin besar / Chany Sebastián

Rabanales y Villarino

Los festejos de San Blas, patrono de Rabanales, inician el día 4 de febrero (sábado) a las 12 de la mañana con la misa y la procesión en honor a la Virgen de las Candelas oficiadas por el párroco Teo Nieto Vicente. Por la tarde habrá un taller gratuito de elaboración de velas de cera y por la noche verbena popular “La Misión”. El domingo, 5 de febrero, la misa y la procesión.

Villarino tras la Sierra por su parte venerará a su patrona la Virgen de las Candelas el día 2 de febrero con misa y chocolatada. El día 3 se honrará a San Blas y habrá bailes con la macrodiscoteca “Diamond”. Se finalizara el día 4 con una verbena popular amenizada por la orquesta “Kronos”.